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Un informe de la inteligencia europea documentó los intentos de injerencia del Kremlin en el ‘procés’

Rusia utilizó una “amplia gama de herramientas híbridas y medidas activas para influir en la crisis catalana”, según un análisis confidencial elaborado un mes después del referéndum independentista, al que ha tenido acceso EL PAÍS

Urnas colocadas por la ANC en la Plaza de Sant Jaume, delante del Palau de la Generalitat, en 2022, coincidiendo con el quinto aniversario del referéndum del 1 de octubre de 2017.
Urnas colocadas por la ANC en la Plaza de Sant Jaume, delante del Palau de la Generalitat, en 2022, coincidiendo con el quinto aniversario del referéndum del 1 de octubre de 2017.Carles Ribas
María R. Sahuquillo

Un informe confidencial elaborado por el centro de inteligencia y situación de la Unión Europea (Intcen) desgrana los intentos de Rusia de influir en la crisis de Cataluña y traza vínculos entre el independentismo y el Kremlin. El documento, de noviembre de 2017, un mes después del referéndum secesionista, habla de las redes “asociadas a los servicios de inteligencia rusos” y su presencia en Cataluña, de reuniones de personas de la órbita del Kremlin con el Gobierno catalán y de encuentros de personas “dirigidas” por otro de los servicios secretos rusos (el FSB) con “empresarios” de Barcelona. “Varios individuos rusos y asociados a Rusia y entidades separatistas [vinculadas a Moscú] han usado, en un esfuerzo coordinado, una amplia gama de herramientas híbridas (medidas activas) para influir en la crisis catalana”, dice el informe al que ha tenido acceso EL PAÍS. “Es muy poco probable que estas actividades se llevaran a cabo sin la aprobación y el apoyo del Gobierno ruso (Kremlin)”, señala.

Rusia buscó influir en la crisis catalana con las herramientas a su alcance, concluye el documento europeo. Manejó instrumentos cibernéticos, como “redes de robots rusos y venezolanos”, para amplificar los mensajes en las redes sociales y dar una mayor difusión internacional. También empleó otras herramientas, como “individuos asociados con los servicios de inteligencia” y figuras políticas de movimientos secesionistas prorrusos de Osetia del Sur y de Ucrania, vinculados también al espionaje de Moscú y cuyos lazos siguen hasta el Kremlin, según el mismo informe consultado por este diario. El texto analiza a algunas de esas personas que “ofrecieron su apoyo” a “líderes independentistas catalanes”, cuyos nombres no revela; tampoco los de los empresarios.

El documento, que detalla que ha sido elaborado con “información de inteligencia altamente creíble que ha sido corroborada”, se ha redactado con los datos y elementos aportados por varios servicios secretos europeos, ya que la UE no tiene un servicio propio, con agentes sobre el terreno. El informe del Intcen, que depende del Servicio de Acción Exterior, no detalla por qué se redactó ni si fue encargado por el Ejecutivo comunitario (que cambió en 2019), pero muestra la preocupación en la Unión Europea por lo sucedido en Cataluña durante el referéndum secesionista.

“Muchas de las herramientas híbridas (medidas activas) que se han utilizado [en Cataluña] y las personas que han estado activas son reconocidas en otros países”, señala el documento, que complementa otro informe de inteligencia sobre la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 —que terminaron con una victoria del republicano Donald Trump—, en las que el Kremlin llevó a cabo una “campaña concertada para influir en el resultado”. El informe habla de una Rusia “envalentonada” y de la posibilidad de que trate de repetir sus tácticas en las elecciones en países europeos, “para tratar de influir en los resultados a su favor”.

Los individuos y las organizaciones que llevan hasta el Kremlin

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El informe del EU Intcen sobre la interferencia del Kremlin en la crisis secesionista de 2017 se centra en tres rusos —dos de ellos con presencia en Cataluña y otro con diversos contactos— que asocia con los servicios secretos, y traza sus pasos hasta vincularlos con altos cargos del Gobierno ruso. Una de esas personas clave en la trama, y reconocida además en otros países, es Alexander Ionov, al que el informe define como “sospechoso de haber perpetrado ciberataques” con una red de hackers vinculada al GRU (la inteligencia militar rusa) y que también es presidente del Movimiento Antiglobalización de Rusia, una entidad fundada en 2012 que ha realizado actividades financiadas por el Kremlin (como congresos), en las que el informe detalla que ha participado uno de los movimientos independentistas, Solidaritat Catalana per la Independència, que el documento define como “radical”.

El centro de inteligencia europeo analiza a Ionov en el apartado que dedica, sobre todo, a los mensajes sobre la crisis constitucional, la desinformación y propaganda de los medios de la órbita del Kremlin, la amplificación en las redes sociales —en la que habla también de figuras como Edward Snowden, exiliado en Moscú, y Julian Assange, cuyo entorno, según el documento, ayudó a blindar las telecomunicaciones de los líderes independentistas—. También detalla otras actividades híbridas, entre las que concreta a los “observadores electorales encargados por grupos de fachada rusos que fueron detectados en Cataluña”. Ionov, que ha sido abogado de hackers rusos imputados en EE UU por el ciberespionaje en la campaña electoral de 2016, está acusado en ese país de orquestar una campaña de influencia maligna extranjera durante años, de usar su organización antiglobalización para reclutar a grupos políticos estadounidenses para promover los intereses estatales rusos, de difundir propaganda prorrusa e interferir en las elecciones, según los datos del caso de 2023.

El documento habla también de Dmitri Medoyev, que era el ministro de facto de Osetia del Sur —autoproclamada independiente de Georgia hace algo más de tres décadas con el apoyo político, económico y militar del Kremlin, que mantiene bases en ese territorio—, y menciona sus comunicaciones con el independentismo catalán —y otros contactos en regiones de Italia en momentos en los que también se celebraron referendos para solicitar mayor autonomía—. También señala sus visitas a Barcelona después del referéndum secesionista del 1-O con el objetivo de “establecer vínculos” y en las que aseguró que iba a abrir una oficina de representación osetia.

El informe precisa también los contactos del Gobierno regional catalán con Alexander Zajarchenko, separatista prorruso ucranio y líder de la autodenominada República Popular de Donetsk (RPD) hasta que fue asesinado en un atentado con bomba en un café de Donetsk, la ciudad ucrania controlada por el Kremlin, en verano de 2018.

“Evaluamos que estas actividades de búsqueda de contactos posiblemente estén dirigidas por el servicio de seguridad ruso FSB”, dice el Intcen. “Los antiglobalistas, los individuos de Osetia del Sur y de la RPD no actúan solos ni al azar”, sigue. “Estos individuos y entidades están controladas por Rusia y son herramientas importantes para el FSB y el GRU. Por ejemplo, es muy probable que Osetia del Sur esté siendo utilizada como centro financiero del Kremlin para apoyar a los separatistas de Ucrania”, dice el informe de 2017, tres años después del inicio de la guerra del Donbás impulsada por el Kremlin a través de los separatistas prorrusos, que hace dos años derivó en la invasión a gran escala lanzada por Vladímir Putin. “Así pues, el encuentro de Medoyev con empresarios de Barcelona atrae especial interés”, dice el Intcen.

En su reconstrucción del quién es quién, el documento señala la “estrecha asociación” de Zajarchenko con Alexander Borodai, su predecesor como líder secesionista en Donetsk. “Lo más probable es que Borodai sea un alto funcionario del FSB, encargado de coordinar movimientos separatistas”, apunta el informe europeo, que le sitúa también en Transdiéster en la década de 1990 —durante el conflicto secesionista—, y del que asegura que desempeñó “tareas antiseparatistas poco claras” en Chechenia, donde a través de dos guerras Rusia fulminó el movimiento secesionista.

Borodai, a su vez está asociado al filósofo Alexander Dugin —padre del euroasianismo—, y con Vladislav Surkov, uno de los padres del putinismo, según el informe del EU Intcen, que documenta la relación, además, con una fotografía de los tres hombres. Además del estratega del Kremlin, Surkov fue el responsable del gobierno para Osetia del Sur, Abjasia y el Donbás, señala. “A Surkov y a Borodai se les asigna proyectos especiales políticos, incluido el separatismo y grupos de fachada”, dice el informe. Surkov dejó el Kremlin en 2020, en 2022 tras la guerra de Ucrania y los fallos en la ofensiva lanzada por el Kremlin fue puesto bajo arresto domiciliario acusado de desfalco de fondos para el Donbás y ahora tiene una posición poco clara.

Rusia, desestabilizadora pero oportunista

Hace unas semanas, el Parlamento Europeo volvió a pedir una investigación de los vínculos del independentismo catalán con Rusia y la injerencia del Kremlin en el procés en una resolución impulsada por el caso de una eurodiputada letona sospechosa de estar a sueldo de Moscú, y que también pide investigar —a iniciativa del Partido Popular Europeo y el grupo de los liberales en el que está Ciudadanos— a Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat durante el procés, huido de España en 2017 y eurodiputado desde 2019.

En el marco de esa sesión de la Eurocámara en Estrasburgo, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario para Estilo de vida europeo, Margaritis Schinas, se refirió a “informes” sobre “contactos regulares y visitas organizadas entre funcionarios rusos y representantes de un grupo de independentistas catalanes”. Todo como previa a las elecciones europeas de junio, cruciales para la estabilidad de la UE, y con la sombra de la injerencia de Rusia, que ha mantenido una estrategia de sembrar para desestabilizar Occidente apoyando movimientos políticos divisivos a través de propaganda, desinformación, hackeos, filtración de información, financiación encubierta de movimientos políticos y otras medidas.

El informe de la inteligencia europea señala que las acciones rusas relacionadas con objetivos geopolíticos “son esencialmente oportunistas”. “Rusia intenta explotar las vulnerabilidades a medida que surgen. En algunos casos, creemos que Rusia puede retrasarse debido a la falta de oportunidades, cambios en el cálculo del riesgo u otros objetivos geopolíticos, como señales de ‘acercamiento’ o similares”, apunta el informe confidencial.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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