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Solidaridad vecinal navideña: Erasmus acogidos en comidas de Reyes, recogida de juguetes y talleres

Grupos de vecinos de varias ciudades españolas organizan iniciativas altruistas para compartir tiempo, combatir la soledad no deseada en estas fiestas y paliar las dificultades económicas

Andrés Cadenas, de 21 años, y su familia con Elvira Tozzi, Alessandra Nigro y Samuele Meschini, universitarios de Erasmus+, en su casa de Asturias esta Navidad.
Andrés Cadenas, de 21 años, y su familia con Elvira Tozzi, Alessandra Nigro y Samuele Meschini, universitarios de Erasmus+, en su casa de Asturias esta Navidad.Imagen cedida por Andrés Cadenas
Sara Castro

No siempre se puede volver a casa por Navidad, tener un regalo bajo el árbol o despedir el año en compañía. Las dificultades económicas y el aislamiento social duelen más en estas fechas, en particular a quienes están solos y no lo han elegido. Un 13,4% de las personas sufre aislamiento involuntario en este país, según concluye el estudio El coste de la soledad no deseada en España de la Fundación Once y la plataforma Nextdoor, presentado en abril de 2023, tras encuestar a más de 4.000 personas mayores de 15 años. Vecinos de diversos barrios españoles desarrollan estos días encuentros solidarios, algunos de ellos para combatir esta sensación. Acoger en la comida del 25 de diciembre y del 6 de enero a estudiantes del programa Erasmus+ que no pueden regresar con su familia, organizar una quedada para despedir el año entre personas que están solas, la mayoría inmigrantes, y ofrecer un taller navideño gratuito para compartir tiempo son solo tres de las iniciativas altruistas emprendidas esta Navidad.

Si Elvira Tozzi, de 22 años, cierra los ojos, aún puede saborear la “rica” crema de nécora que probó en la comida del 25 de diciembre en casa de Andrés Cadenas, que solo tiene un año menos que ella. Es italiana, ha venido a cursar un cuatrimestre de Filología Hispánica a Asturias y no pudo volver a casa este mes: “Los billetes eran muy caros, no merecía la pena regresar a mi país cuando en enero ya termino esta experiencia”.

Por ello, el joven universitario de Ingeniería Informática de Software no dudó en abrir las puertas de su hogar a Tozzi y a sus dos compañeros de piso, también italianos, a través de la asociación Erasmus Student Network (ESN) de Oviedo, que desde 2018 organiza estas acogidas con las familias españolas para ayudar a los estudiantes extranjeros a sobrellevar mejor estas fechas. Este año se han sumado 22 hogares y 32 universitarios de otros países. Pueden ser incluidos en todas las celebraciones navideñas familiares, incluso, algunos pernoctan en los domicilios.

“Están lejos de su familia y queremos que se sientan en casa. Volverán con nosotros el Día de Reyes”, explica Cadenas, que ya ultima los ingredientes para prepararles un roscón. El 6 de enero también se celebra en casa de Sara de Pablo, vecina de Salas de los Infantes (Burgos) de 22 años, que, desde hace más de un lustro, reserva una silla en su comedor a nombre de Ángel Fernández, de 69 años. Este vecino, amigo de su padre, casi no tiene familia y ellos se niegan a que coma solo. “Sabe que no necesita invitación porque la puerta la tiene abierta y su perrita Chini, que ya es un poco nuestra, también”, asegura la joven. Ahora no concibe esta celebración sin ellos en la mesa.

Otro informe, desarrollado también por la plataforma de vecinos Nextdoor entre 1.000 residentes en España, constata que el 64% de las personas ayudarían a los habitantes de su barrio que lo necesitaran. La coordinadora de esta red social en Madrid, Katherine Villegas, asegura que este proyecto, creado en 2011 en Estados Unidos, pretende acercar a las personas del entorno: “La idea es utilizar la tecnología para conectar con el barrio y generar experiencias en la vida real, en un contexto en el que los vínculos, sobre todo, en las grandes ciudades se han perdido un poco”.

En esta plataforma, Antonio López, de 76 años, anunció su iniciativa solidaria: un taller gratuito para realizar adornos navideños en su casa a principios de diciembre, en el madrileño barrio de Canillejas. Es aficionado a la artesanía creativa y al reciclado de materiales. Aunque no pudo acudir estos días con el resto de sus vecinos a repartir por las noches chocolate caliente entre las personas sin hogar, debido a sus problemas de visión, se siente contento por haber ayudado con este proyecto. Recolectó latas de cerveza y refrescos para hacer la decoración.

Seis personas con discapacidad acudieron al hogar de López para participar en la actividad. También dos vecinos mayores interesados en el proyecto recibieron un tutorial de este vecino por Whatsapp. “Pudo acudir todo aquel que quisiera aprender y compartir tiempo”, explica. Gracias a la aplicación intercambia materiales, herramientas, compañía y conocimiento.

Antonio López, de 76 años, en el taller de su casa en Madrid el 29 de diciembre.
Antonio López, de 76 años, en el taller de su casa en Madrid el 29 de diciembre.Jaime Villanueva

La red social sirve para ofrecer servicios gratuitos o con coste y acceder a ellos, pedir u ofrecer apoyo y socializar. Villegas asegura que la ayuda en el vecindario también ahorra dinero porque las relaciones cercanas evitan compras y favorecen el préstamo de productos, como puede ser un martillo. Además, permiten esquivar la contratación de algunos servicios; por ejemplo, el de cerrajería, porque el vecino puede guardar una copia de las llaves. Además, el comercio local y las compras de segunda mano se benefician con estos vínculos entre personas.

En Madrid, en el barrio de Carabanchel, también vive Jordi Ferrer, de 55 años, que participa en tres actividades solidarias esta Navidad. Por una parte, organiza la recogida de ropa, comida y juguetes con otros 300 vecinos para dar a las personas del barrio y los alrededores que más lo necesiten. La semana pasada se acercaron 30 familias a recoger las donaciones y este jueves volverán a acudir más personas.

Por otra parte, Ferrer se sumó a una quedada para despedir el año el día 31 por la tarde. La mayoría de las personas que asistieron a la cita eran inmigrantes, varios de ellos viven solos y aún no conocen a nadie en la zona. Además, el Día de Reyes intentará repetir el plan del año pasado para juntarse con sus vecinos, algunos conocidos y otros no, y comer roscón. Estas iniciativas se comunican en Netxdoor o en grupos de Whatsapp en los que se reúne mucha gente que necesita ayuda.

Las personas jóvenes son las que más soledad no deseada sienten, según el estudio de la Fundación Once y Nextdoor, con una tasa del 21,9%. En los siguientes tramos de edad el aislamiento involuntario desciende hasta situarse alrededor del 12%. La franja de 65 a 74 años es la que menor soledad sufre. Sin embargo, en las personas mayores de 75 años el índice vuelve a aumentar hasta llegar al 12,2%.

Entre las principales razones por las que las personas se sienten solas se incluyen en el informe los problemas económicos, la vida lejos de los familiares y la falta de apoyo social. Villegas asegura que la plataforma, presente en 3.600 barrios españoles, cumple con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para paliar el aislamiento: “Ponemos en contacto a las personas, pueden formar grupos con intereses en común y diversas entidades sociales como la Fundación Grandes Amigos les dan a conocer en esta red sus programas de voluntariado”. Los vecinos de López también han creado un grupo para charlar con las personas que lo necesiten en estas fechas.

La soledad duele más en Navidad. La gerente de Psicólogos Madrid, Montserrat Cabello, explica que son días en los que la sociedad presupone que hay que estar acompañados “en una juntanza familiar tradicional”. Por ello, el miedo al aislamiento se incrementa ahora entre los pacientes que acuden a su consulta el resto del año. Las ausencias, los ritos socioculturales y la presión social influyen en este sentimiento. “Están presentes en los anuncios de televisión y en el entorno más cercano. La pregunta más repetida en esta época es: ‘¿Con quién os vais a juntar?’”.

López recuerda que la puerta de su taller está abierta para compartir arte y tiempo. El estudio reivindica que la soledad no deseada es un tema que atañe al conjunto de la sociedad porque está muy vinculada “con las relaciones sociales, la convivencia, la ayuda mutua entre personas, las relaciones de buena vecindad, la solidaridad y el tejido social”.

De Pablo aguarda con ansia las naranjas confitadas con chocolate que cada 6 de enero lleva Fernández a su casa como cortesía y Cadenas ya piensa en qué regalo pueden dejar los Reyes Magos en su salón para los vecinos de Erasmus+. “Tiene que caber en la maleta”, bromea.

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