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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La fiesta ultra de Javier Milei

El economista que arrasó en las presidenciales argentinas de noviembre es la estrella del momento para la extrema derecha mundial

Milei sale este domingo al balcón de la Casa Rosada para saludar a sus simpatizantes tras tomar posesión como presidente de Argentina.
Milei sale este domingo al balcón de la Casa Rosada para saludar a sus simpatizantes tras tomar posesión como presidente de Argentina.JUAN IGNACIO RONCORONI (EFE)
Francesco Manetto

La toma de posesión de Javier Milei este domingo en Buenos Aires fue una fiesta con tres colas de invitados: los que viajaron a Argentina por obligación institucional o cortesía diplomática, los que querían participar en una cumbre ultra y los que nunca iban a acudir pese a figurar en la lista. El economista que arrasó en las elecciones presidenciales de noviembre es la estrella del momento para la extrema derecha mundial. Poco importa que el discurso incendiario con el que sedujo a millones de votantes asfixiados por una inflación galopante haya quedado en un “veremos”. Su victoria frente al peronista Sergio Massa, ministro de Economía saliente, es un símbolo para los dirigentes que en los últimos años se han alimentado de la retórica trumpista y bolsonarista. Y ese entusiasmo quedó inmortalizado en X (antes Twitter) ante el comienzo del mandato.

Uno de los primeros en llegar fue precisamente el exmandatario brasileño. El pasado viernes, se reunió con Milei acompañado por su equipo, pero también vio al expresidente argentino Mauricio Macri, quien en la segunda vuelta apoyó la candidatura del ultra; se abrazó con Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, se paseó por Puerto Madero y conversó con el chileno José Antonio Kast, quien aspira a desbancar a Gabriel Boric. Este último salió el sábado para asistir a la toma de posesión de su homólogo. Lo hizo sin alharacas, a pesar de situarse en las antípodas ideológicas, por responsabilidad y por representar a todos los votantes, según indicó hace días su Gobierno. En cualquier caso, la enviada de la televisión pública chilena confirmó que no habría reunión entre ambos. Boric viajó, además, con Antonia Orellana, ministra de la Mujer y Equidad de Género, una cartera que Milei eliminará.

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Si el mensaje político del presidente chileno queda claro, tampoco hay dudas con respecto a los propósitos de Santiago Abascal, quien ha aprovechado su visita para visibilizar su batalla cultural ultra “contra la ruina izquierdista”. “Entrañable reencuentro en Buenos Aires con el ya Presidente de la Nación Argentina, Javier Milei”, tuiteó el líder de Vox. Dos grandes ausentes latinoamericanos fueron el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el colombiano Gustavo Petro. Desde Bogotá sí viajó, en cambio, María Fernanda Cabal, una de las caras visibles de la oposición, quien dio una idea de lo que el relevo en la Casa Rosada representa para la derecha radical. “Ya estamos preparándonos esta noche en el Círculo de Armas con los amigos de varios países: Santiago Abascal, el expresidente Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo, viene también Patricia Chirinos, diputada de Perú, muchos, muchos amigos que hoy esgrimimos la bandera de la libertad”, comentó en un vídeo publicado el sábado.

“Libertad” fue la palabra más repetida por Milei y su compañera de candidatura, Victoria Villarruel, durante la campaña electoral. Tanto es así que la rebajó a la categoría de eslogan caricaturesco con su “viva la libertad, carajo”. La misma frase que figura, autografiada por el nuevo presidente, en una camiseta de Boca Juniors con la que supuestamente posa Emmanuel Macron en una fotografía que ha difundido exclusivamente el propio Milei. El presidente francés no viajó a Buenos Aires ni ha hecho ninguna alusión a esa imagen.

Entre los jefes de Estado europeos, el rey Felipe VI encabezó la delegación española, como siempre sucede en las tomas de posesión de los mandatarios latinoamericanos. También acudió Volodímir Zelenski, una oportunidad para el líder ucranio de coincidir y conversar con representantes de otras delegaciones extranjeras. La Casa Blanca envió a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, y a Juan González, el principal asesor de Joe Biden para América Latina. La presencia de todos ellos se enmarca en la lógica de la diplomacia y de las relaciones bilaterales. Mientras tanto, los portavoces de la ultraderecha internacional celebraron su fiesta, aunque echaron de menos a Donald Trump.

Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.
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