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Alemania presiona a Suiza para que abandone su neutralidad y le permita reexportar munición a Ucrania

Los ataques rusos contra infraestructuras civiles casi han agotado las reservas de cartuchos para los tanques alemanes Gepard. Berlín argumenta que la artillería antiaérea se usa para proteger los envíos de cereal desde los puertos del Mar Negro

Olaf Scholz
El canciller alemán, Olaf Scholz, junto a un tanque Gepard en la base militar de Putlos (Schleswig-Holstein), el 25 de agosto pasado.picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)
Elena G. Sevillano

Las desavenencias entre Alemania y Suiza por el envío de armamento a Ucrania amenazan con crear un conflicto diplomático entre países tradicionalmente bien avenidos. El tripartito alemán está presionando al Ejecutivo suizo para que levante el veto a la entrega de munición para los 50 blindados alemanes Gepard con los que el Ejército ucranio se defiende de los ataques rusos por tierra y aire. La ministra de Defensa, Christine Lambrecht, envió hace unos días una carta a su homóloga, Viola Amherd, en la que apremia a Suiza a abandonar su neutralidad y permitir que 12.000 cartuchos de 35 mm que compró Alemania y usan estos blindados lleguen a Ucrania. El Ejército de Kiev se está quedando sin munición para estos tanques de artillería antiaérea, la principal contribución alemana a la defensa del país.

El deterioro de la situación en Ucrania, con constantes ataques aéreos rusos contra las infraestructuras civiles, ha vuelto urgente una petición que Berlín hizo en junio pasado y que Berna contestó con una contundente negativa. Entonces la cosa quedó ahí. Alemania se dedicó a intentarlo con otros países, como Brasil, que en su momento también compraron esa munición y disponían de miles de proyectiles en sus depósitos. Ahora, sin embargo, Alemania considera que Suiza no puede seguir escudándose en su neutralidad para negar la ayuda al Ejército ucranio y ha vuelto a enviar una petición formal, como confirmó un portavoz gubernamental al diario suizo Tages Anzeiger.

El Gobierno suizo tiene derecho de veto por contrato sobre la reventa o donación de la munición. Los compradores firman una declaración de no reexportación, una garantía para evitar que las armas acaben en las manos equivocadas. Y considera que acceder a su envío a Ucrania pone en peligro la neutralidad, un principio fundamental de su política exterior. No es esta la primera negativa de Berna: en mayo tampoco dio permiso a Dinamarca para reexportar a Ucrania 25 blindados de transporte de tropas Piranha 3, del fabricante suizo Mowag. Según la ley del país alpino, no se pueden autorizar exportaciones de armas si la nación a la que están destinadas está involucrada en un conflicto armado interno o internacional.

Tanques con poca munición

La operatividad de los Gepard (guepardo, en alemán) es muy importante para Berlín. El Ejecutivo de Olaf Scholz decidió enviar estos blindados a Ucrania a finales de abril tras una intensa presión internacional después de negarse durante meses a suministrar armamento pesado. Hasta entonces, el canciller Scholz argumentaba que quería evitar una escalada que pudiera desembocar en una tercera guerra mundial. Los Gepard, un modelo de tanque muy usado durante la Guerra Fría, que puede alcanzar objetivos en tierra y aire hasta una distancia de seis kilómetros, salieron directamente de las existencias del fabricante alemán. Pero había un problema: prácticamente no quedaba munición de 35 mm para alimentar los cañones de este sistema de artillería antiaérea. Hacía más de 10 años que el ejército alemán no los usaba. El rumano es el único ejército de la OTAN que todavía tiene este modelo en funcionamiento.

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La búsqueda de cartuchos por medio mundo se ha convertido en un objetivo prioritario de Berlín, que quiere evitar más críticas por donar a Ucrania blindados sin suficiente munición y, por tanto, inservibles. Alemania proporcionó un envío inicial de municiones de alrededor de 60.000 rondas, pero el uso intensivo de los Gepard contra los drones y misiles de crucero rusos está acabando con las existencias en tiempo récord.

Hablar de los Gepard permite también al Gobierno de Scholz evitar la cuestión de los Leopard, los modernos carros de combate de fabricación occidental que Kiev lleva meses pidiéndole. No solo no envía los que tiene, sino que está impidiendo que otros países los donen, como ocurre con España, que se ofreció a entregar los tanques que tiene almacenados en Zaragoza.

Los Gepard protegen las exportaciones de cereal

Kiev también ha apelado a la solidaridad de los suizos, según publica el diario alemán Süddeutsche Zeitung. Y ha aportado nuevos argumentos, que se recogen en la carta de la ministra Lambecht a Berna: los Gepard se están usando en la costa del mar Negro para proteger las exportaciones ucranias de cereales, por lo que se considera que contribuyen a evitar la hambruna en países de África y Asia. En su misiva, el Gobierno alemán recuerda también que las exportaciones de cereal se acordaron con la mediación de Naciones Unidas. De momento, la Secretaría de Estado de Asuntos Económicos suiza (Seco), la responsable de las exportaciones, se mantiene firme y asegura que tanto la ley de neutralidad como la ley de material de guerra impiden dar el visto bueno a la petición alemana.

La Seco todavía no ha respondido formalmente a Berlín, pero la sospecha de que la respuesta volverá a ser negativa empieza a generar debate también en Suiza. Los medios publican opiniones a favor y en contra, como la de Thomas Cottier, profesor emérito y experto en temas de comercio internacional que sostiene que las leyes sí permiten dar luz verde a la entrega de armamento. Cottier argumenta que la ley de material de guerra permite excepciones, y que este sería el caso adecuado para recurrir a ellas. “La posición actual del Consejo Federal [el Ejecutivo suizo] es incomprensible y no beneficia a Suiza ni a su reputación”, le dijo al Tages Anzeiger.

La vacilación del país alpino a la hora de aplicar algunas sanciones contra Rusia de la Unión Europea ha creado cierto malestar en las capitales europeas, ahora renovado por el bloqueo al envío de armamento. En Berna, algunas formaciones políticas también empiezan a preguntarse si no habría que relajar la ley de material de guerra para no perjudicar más la reputación de Suiza en el extranjero. El Parlamento está examinando actualmente una iniciativa del partido liberal FDP que pide incluir una excepción a las declaraciones de no reexportación para los países con los que Suiza “comparte valores”. En el partido Die Mitte, de centro, sugieren hacer excepciones mediante una ley de emergencia.

El Gobierno suizo ha tratado de mejorar la percepción internacional de sus acciones con respecto a la invasión de Ucrania organizando la primera conferencia de reconstrucción en Lugano, en julio pasado ―la segunda se ha celebrado en Berlín hace unos días―, y con la visita del presidente del Consejo Federal, Ignazio Cassis, a Kiev. La cuestión de la neutralidad, sin embargo, parece por ahora intocable. El partido conservador y nacionalista SPV, con el mayor número de escaños en el Parlamento, cree que Suiza ya está violando su neutralidad al adoptar las sanciones de la UE. No parece que vaya a aceptar ninguna ayuda extra a Ucrania, y mucho menos si se trata de facilitar armamento de guerra.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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