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El primer barco humanitario con cereal ucranio atraca en África

El ‘MV Brave Commander’, fletado por Naciones Unidas, llega a Yibuti con 23.000 toneladas de trigo para paliar el hambre en Etiopía

El barco fletado por Naciones Unidas y cargado con 23.000 toneladas de trigo procedente de Ucrania en el puerto de Yibuti, este martes.
El barco fletado por Naciones Unidas y cargado con 23.000 toneladas de trigo procedente de Ucrania en el puerto de Yibuti, este martes.WORLD FOOD PROGRAMME (via REUTERS)
José Naranjo

Un barco fletado por Naciones Unidas y cargado con 23.000 toneladas de trigo procedente de Ucrania atracó este martes en el puerto de Yibuti, convirtiéndose así en el primer navío de ayuda humanitaria que lleva cereales desde este país europeo hacia África desde que comenzó la guerra hace más de seis meses, según informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El grano será enviado en los próximos días por carretera a Etiopía, país donde unos 20 millones de personas sufren inseguridad alimentaria debido al conflicto que vive desde noviembre de 2020, que se reactivó la semana pasada, y a la histórica sequía en el Cuerno de África, que también afecta a Kenia y Somalia.

“¡Hemos atracado oficialmente!”, se felicitaba este martes en Twitter David Beasley, director ejecutivo del PMA: “Nuestro primer barco desde febrero para transportar grano ucranio acaba de llegar a Yibuti. Ahora, descarguemos este trigo y vayamos a Etiopía”. El granelero de bandera libanesa MV Brave Commander zarpó el 16 de agosto del puerto ucranio de Pivdenni, en el mar Negro, y ha tardado dos semanas, navegando por el Mediterráneo, el canal de Suez y el mar Rojo, en llegar al puerto de Yibuti, situado en el golfo de Adén.

La operación de salida del cereal ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado el 22 de julio en Estambul entre Rusia y Ucrania, con la mediación de Turquía y la ONU, para desbloquear el grano ucranio que permanecía almacenado en los puertos de este país desde el inicio de la invasión del Kremlin. Dicho pacto incluía la salida de hasta 22 millones de toneladas retenidas en dichos puertos merced a la creación de un corredor en el mar Negro, que se encuentra bajo el control de la Armada rusa. El compromiso incluía que Moscú no atacaría los barcos siempre que no fueran usados para introducir armamento en Ucrania.

Según Naciones Unidas, el 44% del trigo importado en África procede de ambos países en conflicto, un 32% de Rusia y un 12% de Ucrania. Esta fuerte dependencia y el corte del suministro por la guerra ya estaba provocando escasez de cereales en el mercado internacional y empeorando el hambre en África, ya castigada por diversos conflictos, sequías históricas debido al cambio climático y la crisis económica provocada por la covid-19. Por todo ello, el desbloqueo de los cereales era una prioridad absoluta para el continente que el presidente de turno de la Unión Africana, el senegalés Macky Sall, reclamó el pasado 3 de junio a Vladímir Putin, el mandatario ruso, durante el encuentro que ambos mantuvieron en Sochi.

El 'MV Brave Commander', con 23.000 toneladas de trigo a bordo, atraca en Yibuti este martes.
El 'MV Brave Commander', con 23.000 toneladas de trigo a bordo, atraca en Yibuti este martes.WORLD FOOD PROGRAMME (via REUTERS)
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Tras el acuerdo alcanzado el 22 de julio entre Rusia y Ucrania, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, realizó una gira africana que le llevó a Egipto, República del Congo, Uganda y Etiopía, durante la cual se empeñó en tranquilizar a los dirigentes africanos sobre el cereal. “Las especulaciones de la propaganda occidental y ucrania de que Rusia supuestamente está exportando hambre son absolutamente infundadas”, aseguró entonces el titular de Exteriores ruso. Un tercio de los países africanos se negó a votar contra Rusia en la primera resolución de Naciones Unidas que condenó la invasión de Ucrania, un reflejo de cómo Moscú ha ido ganando terreno en un continente con el que ha ido fortaleciendo los vínculos en la última década.

Llevará al menos una semana descargar el cereal de las bodegas del MV Brave Commander y trasladarlo a Etiopía, y es apenas el primer paso de la operación que pretende desbloquear todo el cereal retenido en los puertos ucranios, siempre amenazada por las hostilidades entre Rusia y Ucrania, pero el PMA considera que este martes ha sido un día muy importante.

La emergencia humanitaria en el Cuerno de África alcanza ya una dimensión histórica y la cifra de personas que necesitan ayuda ha pasado de unos 13 millones a principios de año a unos 80 millones en la actualidad. Las razones que han conducido a esta crisis son la combinación de una sequía devastadora, la peor de los últimos 40 años, la recesión económica y la inflación derivadas de los dos años de restricciones comerciales por la covid-19, y los conflictos en zonas de Somalia y Etiopía, motivos a los que se ha sumado la escasez de cereales por la guerra en Ucrania. Según Naciones Unidas, la malnutrición infantil se ha disparado, así como el riesgo de brotes de enfermedades como la meningitis, el sarampión y el cólera. La Organización Mundial de la Salud hizo un llamamiento a principios de agosto para reunir 124 millones de dólares (suma equivalente en euros) destinados a paliar los efectos de esta emergencia.

Además, la guerra de Etiopía, donde hace cinco meses se había alcanzado un alto el fuego humanitario para permitir la distribución de ayuda en la región de Tigray, se reactivó la pasada semana tras la ruptura de la tregua de la que se acusan mutuamente el ejército etíope y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, los dos bandos enfrentados en el conflicto. Los combates estallaron en el norte de la región de Amhara, fronteriza con Tigray.

MV Brave Commander Yibuti
El 'MV Brave Commander', con 23.000 toneladas de trigo a bordo, durante su paso por el estrecho del Bósforo en su ruta hacia Yibuti, el 17 de agosto.YASIN AKGUL (AFP)

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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