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Radiografía electoral | La Rioja, un tablero político hecho trizas

La socialista Concha Andreu ha gobernado apoyada en una expulsada de Podemos y rompió con el líder de su propio partido a mitad de legislatura. El PP, que también sufrió una escisión, es favorito en las encuestas

La socialista Concha Andreu observa a la entonces diputada de Podemos, Raquel Romero, durante la sesión de investidura, en agosto de 2019.
La socialista Concha Andreu observa a la entonces diputada de Podemos, Raquel Romero, durante la sesión de investidura, en agosto de 2019.ALBERTO RUIZ ACIMAS (Europa Press)

El fuego amigo es peor que el enemigo. Las formaciones políticas en La Rioja pueden dar fe de esta máxima. Y más en esta legislatura que acaba, en la que todos los partidos, sin excepción, han vivido crisis internas en la comunidad menos poblada de España (320.000 habitantes). El mandato en el que se conmemoraba el 40º aniversario del estatuto de autonomía ha estado marcado, más allá de la pandemia, por los líos internos en los partidos. Cuando todavía están levantando cabeza de esos cataclismos propios, las formaciones encaran una campaña incierta, en la que el PP aspira a recuperar el poder que los socialistas le arrebataron hace cuatro años. El Parlamento regional está ahora partido en dos: la izquierda tiene 17 escaños, y la derecha, 16.

Las turbulencias comenzaron al día siguiente de las elecciones de 2019. Unidas Podemos saltó por los aires, y Podemos e IU negociaron cada uno por su cuenta el acuerdo de gobernabilidad con el PSOE, que dio a la socialista Concha Andreu la presidencia del Gobierno después de 24 años en manos del PP. La única diputada de Podemos, Raquel Romero, entró en el Ejecutivo como consejera de Igualdad, pero su partido, en un clima de fuerte división, la expulsó tres años después, en marzo de 2022, por no ceder parte de su sueldo a la organización (como exige su código ético); ella, sin embargo, ha seguido ocupando su escaño y el cargo de consejera.

“Es una tránsfuga de manual”, sostienen los partidos de la oposición, que han pedido reiteradas veces su cese. Podemos, no obstante, no ha reclamado a la diputada que entregue su acta (para no perjudicar, sostienen, al Gobierno de izquierdas), y Romero siempre ha votado en el mismo sentido que su antiguo partido. Ese voto ha resultado decisivo, ante la situación de práctico empate parlamentario entre la izquierda y la derecha, y ha permitido que el Gobierno de Andreu cierre la legislatura con 36 leyes aprobadas: el mayor registro en un mandato en La Rioja. Entre ellas, una ley contra la violencia de género, otra para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la de salud mental y la de memoria democrática.

La gran valedora de Romero ha sido la presidenta, Concha Andreu, que ha lidiado con su propia crisis en el PSOE: Andreu ha destituido en estos cuatro años a seis de los nueve consejeros que nombró en 2019, incluido el que fuera su secretario general en el PSOE regional, Francisco Ocón, con quien la relación se había hecho insostenible. La bicefalia se zanjó, además, cuando la presidenta autonómica asumió también el liderazgo del partido en 2021. Este terremoto orgánico, sin precedentes en el socialismo riojano, se llevó por delante a medio centenar de altos cargos del Ejecutivo.

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“Necesitamos consolidar el cambio que hemos traído a La Rioja”, dice Andreu a pocos días del inicio de la campaña. Su objetivo es lograr “una mayoría más amplia que hace cuatro años”, con un programa que aboga por dar a la comunidad un triple motor de crecimiento: la lengua castellana —con un proyecto emblemático de desarrollo en San Millán de la Cogolla, que recibirá una inversión millonaria del Gobierno central—, el vino y la economía circular. Las encuestas, sin embargo, le son desfavorables: la mayoría de sondeos pronostican la victoria del PP, aunque por un margen pequeño que deja la gobernabilidad en manos de las fuerzas minoritarias. En 2019, el bloque de izquierdas (PSOE y Unidas Podemos) logró su último escaño, el decisivo, por apenas 735 votos. Los dos grandes partidos tienen, por otra parte, referencias muy nacionales: el PSOE riojano se aferra a la figura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el PP a la de Cuca Gamarra, número dos de los populares y exalcaldesa de Logroño.

Las aguas también han bajado revueltas en la orilla derecha. El PP llega al 28-M con un candidato escogido por la dirección nacional: Gonzalo Capellán. El dedazo de Génova llevó al abandono de un destacado dirigente, Alberto Bretón, que ha creado un nuevo partido: Por La Rioja. Una docena de alcaldes y concejales populares también se han marchado a la nueva formación. Un revés para un partido que fundamenta su implantación en el poder local: gobierna en más de 100 de los 174 municipios riojanos, aunque en los pasados comicios perdió en Logroño y las cabeceras de comarca. “Es preciso sustituir el retroceso por el progreso”, sentencia Capellán. El candidato del PP propone, entre otras medidas, que La Rioja sea “la comunidad con los impuestos más bajos” y apuesta por impulsar el sector empresarial tecnológico.

Izquierda Unida volverá a concurrir en coalición con Podemos tras alcanzar un acuerdo de última hora. “Los principales avances en estos cuatro años llevan nuestro sello”, apunta la vicepresidenta del Parlamento, Henar Moreno, de IU, cuya prioridad para la próxima legislatura es “recuperar y conseguir más derechos para la mayoría trabajadora”.

Pero IU-Podemos no es la única candidatura que aspira a ser llave del nuevo Gobierno. También lo intentará la nueva coalición entre el Partido Riojano —la principal formación regionalista de la comunidad, que ha sufrido la fuga de al menos 200 afiliados hacia el nuevo partido Por La Rioja— y la España Vaciada, que concurre por primera vez en La Rioja con el objetivo de emular el éxito de Teruel Existe o Soria ¡Ya!. Por último, Vox, que ha sufrido su particular vía crucis con varias dimisiones de sus dirigentes, busca entrar en la Cámara autonómica, mientras que Ciudadanos acude a las urnas en caída libre tras la marcha de sus dos últimos líderes. Una de ellas, Belinda León, es ahora la número 9 de la lista del PP.

Cientos de tractores en la manifestación convocada por ARAG-ASAJA para protestar por la situación del campo, el pasado marzo en Logroño.
Cientos de tractores en la manifestación convocada por ARAG-ASAJA para protestar por la situación del campo, el pasado marzo en Logroño.RAQUEL MANZANARES (EFE)

Diversificar la economía

La agricultura y la ganadería acaparan el 5% del PIB riojano, casi el doble que en el conjunto del país, según el Instituto de Estadística del Gobierno regional. Un campo que protesta a golpe de multitudinarias tractoradas en Logroño. “Estamos sufriendo una tormenta perfecta”, asegura el presidente de ARAG-Asaja, Eduardo Pérez Hoces, que enumera que los bajos precios en origen, la sequía y el incremento de los costes ponen “contra las cuerdas” su viabilidad y, con ello, la vida en los pueblos. Más del 80% de los municipios en La Rioja tiene menos de 1.000 habitantes. Jesús Izquierdo, secretario general de UGT, reclama mejores salarios y un mayor peso de la industria (que supone el 23% del PIB, también por encima de la media, aunque al ser un territorio muy pequeño la comparación no es determinante). En CC OO, Jorge Ruano insta a las administraciones a trabajar para evitar la “desigualdad” con políticas de vivienda.

En todo caso, la economía riojana muestra signos de recuperación tras el impacto de la pandemia. La tasa de paro está entre las más bajas de España (10%) y el PIB crece apoyado en la ciencia y la innovación —que suman el 25% de los empleos creados este año, según el Ministerio de Trabajo—, junto a los sectores tradicionales de la industria agroalimentaria (en especial, el vino) y el calzado. El principal déficit de la comunidad está en las infraestructuras. “Llevamos 20 años de abandono”, dice el presidente de la Federación de Empresas, Jaime García Calzada. La Rioja es la única comunidad peninsular que no se conecta por autovía con Madrid. Una denuncia habitual, también de los sindicatos, que se suma al retraso en la llegada de la alta velocidad ferroviaria.

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