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La dana, “de una potencia extraordinaria”, reduce el déficit de lluvia en España en cuatro puntos porcentuales

Las lluvias aún no se notan en la reserva hídrica, que ha descendido al 37%, porque el agua está aún en tránsito por los cauces hacia los embalses

Dana consecuencias
La nave de autobuses urbanos Unauto, en el polígono industrial de Toledo, sigue afectada por los daños ocasionados por la dana este martes.ANGELES VISDÓMINE (EFE)
Victoria Torres Benayas

Qué efectos ha tenido la dana en los maltrechos pantanos de la sequía tras un verano seco y caluroso es la gran pregunta que muchos se hacen al ver la magnitud del agua caída en España en apenas tres días. La respuesta a esta pregunta es, por el momento, decepcionante. El Ministerio de Transición Ecológica ha publicado este martes el boletín semanal de agua embalsada y el nivel ha bajado, aunque solo de manera muy ligera. La reserva hídrica ha caído un 0,6% ―319 hectómetros cúbicos menos― y los embalses se encuentran hoy al 37% de su capacidad, con 20.763 hectómetros. En realidad, aún es pronto para calibrar su impacto.

En la nota, el ministerio explica que “las aportaciones pluviométricas de la dana aún no se hacen notar en las reservas, dado que al cierre del boletín los volúmenes de agua están aumentando las reservas de agua en el suelo y en tránsito por los cauces hacia los embalses”. Es decir, que en un país al final verano, con la tierra tan seca y en una situación de sequía meteorológica de larga duración desde el pasado diciembre, lo primero que hace la tierra es actuar como una esponja y después, lo que quede, se redirigirá a los embalses. Así, en estos aún no figuran las “aportaciones pluviométricas de la dana”. Pese al descenso, los embalses acumulan 1.092 hectómetros cúbicos más que hace un año, aunque están 8.250 por debajo de la media de los últimos 10 años. Las más preocupantes son las de Guadalete-Barbate (16,8%) y Guadalquivir (19,3%).

Sin embargo, estas lluvias, en muchos casos de intensidad torrencial, sí que han mejorado ya el balance hídrico del año, informa Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El 29 de agosto, el déficit de precipitaciones respecto a que suele llover en el conjunto de España era del 17% y, según los últimos datos disponibles, el 3 de septiembre ―el lunes llovió un poco más con los últimos coletazos de la dana― era del 13%. Una reducción de cuatro puntos porcentuales en cinco días. En el conjunto del país se acumularon “ocho litros por metro cuadrado, cuando lo normal habrían sido cinco, es decir, que durante el período en que la dana afectó a España, llovió cinco veces y media más de lo normal. “Ha paliado en parte la falta de lluvias y, cuando esa agua vaya llegando a los embalses, veremos la semana que viene si realmente aumenta el agua embalsada”, indica Del Campo.

En un primer resumen de lo acontecido, el portavoz de Aemet destaca que la dana dejó lluvias torrenciales sobre todo en puntos del Mediterráneo. Llovió mucho también en el noreste de la Península el sábado, que fue el día más adverso en la zona de Navarra y en el Pirineo de Aragonés. Luego se fue desplazando y al domingo afectó especialmente, tal y como se había anunciado, al centro de la Península.

“Es significativo que, por ejemplo, en la cuenca de acumulación del Tajo ―las cuencas de Aemet son similares a las hidrográficas pero no coinciden exactamente con estas― en esos cinco días han caído de media 61 litros por metro cuadrado cuando la media en una semana es de cinco. Ha llovido 12 veces más y casi todo en un día, el domingo. En la del Duero y del Guadalquivir, siete veces más, en la del Guadiana, nueve, y en las del Júcar, Segura y Ebro, entre cuatro y cinco”, subraya el meteorólogo.

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En cuanto a los récords, el domingo, hubo tres absolutos en estaciones principales de Aemet, es decir, que fue el día más lluvioso desde que hay registros. Fueron las de Segovia (50 litros), Toledo (90) y Valladolid (60). El sábado, Pamplona batió su marca mensual de septiembre con 62 litros. “En estaciones de otras redes ha habido también registros muy significativos”, añade.

En un primer análisis, Del Campo apunta a que este episodio destaca, pero no por prematuro. “Hemos tenido danas antes en años recientes, como la de agosto de 2017. Hace dos años, el 1 de septiembre de 2021, hubo una que causó inundaciones también en la provincia de Toledo. No es extraordinario que se forme una dana a principios de septiembre, pero sí lo es que haya sido tan profunda, tan potente, más propia de pleno otoño que de comienzos de la estación en cuanto a sus características dinámicas”, explica.

Esta dana también destaca porque ha provocado un temporal mucho más generalizado e intenso que sus precedentes por las mismas fechas. La cantidad de precipitación que ha dejado, en muchos puntos de récord, se debe probablemente a que estaba dopada, más cargada de humedad de lo normal, a causa de “un Mediterráneo más caliente de lo normal y, aunque esto hay que analizarlo a fondo, es posible que también recibiera aportes del Atlántico y otros factores”.

Otro factor que ha contribuido a que las lluvias fueran tan abundantes y persistentes en Comunidad de Madrid y en las provincias de Toledo, Segovia y Valladolid es que “la dana estuvo el domingo estática en el oeste de la Península” a causa de una potente dorsal en el Mediterráneo que impidió que se moviera hacia el este. “En general las danas se mueven, pero en este caso estuvo estática bastantes horas”, añade.

¿Están yendo a más? “Con todas las reservas, como decimos siempre que hablamos de las precipitaciones intensas asociadas al cambio climático, en las que no está tan confirmada la relación como con la temperatura, lo que nos dicen las proyecciones es que vamos hacia situaciones de sequías más intensas e interrumpidas por episodios de lluvias torrenciales también más intensos. Lo que estamos observando cuadra con lo que nos dicen las proyecciones climáticas”, concluye Del Campo.

En cuanto a la polémica de si Aemet estuvo acertada o no a la hora de decretar aviso rojo en Madrid, Del Campo afirma que en el organismo son “muy conscientes de las repercusiones que estos tienen a todos los niveles”, por lo que, cuando se toma esta decisión, se hace “de la manera más razonada y meditada posible”. “Cuando se activa un aviso rojo es que hay una probabilidad muy alta, un 70% en este caso, de que se produzca un fenómeno extremo que puede causar daños catastróficos, como así ha sido, con cinco muertos y tres desaparecidos y cuantiosos daños materiales”, prosigue. Afortunadamente para la capital, “la línea de tormentas quedó unas decenas de kilómetros al oeste, como preveían algunos escenarios minoritarios. Pero la probabilidad de que ocurriera encima de una gran área metropolitana de 7,3 millones de habitantes y en plena operación era real y muy alta, así que había que activar el aviso rojo”. “El rojo está más que justificado y la alerta de Protección Civil, basada en nuestros avisos, también”, concluye el experto.


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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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