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Los dos siniestros graves del PSOE andaluz en un mes

Los socialistas andaluces intentan sobreponerse de la debacle electoral y de la sentencia de los ERE y confían en recuperarse en las municipales

Lourdes Lucio
El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, tras ofrecer una rueda de prensa en la sede regional del partido.
El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, tras ofrecer una rueda de prensa en la sede regional del partido.EL PAÍS

En apenas un mes, el PSOE de Andalucía ha sufrido dos siniestros graves. El 19 de junio comprobó lo que hasta entonces no había podido o querido ver: el PP se convirtió en el partido preferido de los andaluces y sacó mayoría absoluta en el Parlamento autónomo. El 26 de julio, el Tribunal Supremo confirmó la pena de cárcel al expresidente andaluz José Antonio Griñán y a otros ocho ex altos cargos de la Junta, y la inhabilitación especial al expresidente Manuel Chaves por el caso de los ERE.

“Un inconveniente del que hay que sobreponerse”, asegura un dirigente. El controvertido fallo (hay dos votos particulares) ha supuesto un mazazo emocional para la inmensa mayoría de los socialistas, que anteponen el cariño a Chaves y Griñán sobre la existencia de un “sistema fraudulento” dotado con 680 millones de euros que, sin control, repartió fondos a empresas en crisis para garantizar la “paz social”, según mantuvo la Audiencia de Sevilla en la sentencia ahora ratificada. Muchos dirigentes creen descontado del todo el efecto electoral de este caso de corrupción, que lleva más de una década coleando en los tribunales, aunque otros advierten de que el fallo “inhabilita al PSOE para criticar la corrupción del PP”.

El mazazo electoral (peor resultado de su historia) aún mantiene en estado semicatatónico a los socialistas, pero cada vez menos. “Lo único bueno del resultado del 19 de junio es que los alcaldes se han asustado”, aseguran varios dirigentes, con la vista puesta en las municipales de dentro de 10 meses. “Hay que aceptar sin dramatismo esta etapa, asumiendo con normalidad la alternancia política en un sistema democrático después de 37 años de Gobierno”, templa Mario Jiménez, ex vicesecretario general, exportavoz parlamentario y diputado andaluz.

Veteranos socialistas andaluces que ocuparon puestos de responsabilidad en el PSOE como Enrique Linde, Amparo Rubiales, Manuel Gracia, Quico Toscano y una docena de diputados, exconsejeros del Gobierno autónomo, secretarios provinciales y antiguos miembros de la ejecutiva andaluza, que piden el anonimato, coinciden en que al PSOE andaluz le queda una larga etapa de pico y pala, de parar, analizar, reflexionar y reinventarse. En el cómo hay diferencias.

El secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, que ha rehusado hablar con EL PAÍS, admitió en el último comité director que el PSOE andaluz tiene “un problema profundo” y necesita una “revisión” a fondo. Ya está en marcha un estudio cualitativo para testar con sus propios datos “cómo se ha pasado de ser el partido de Andalucía a ser un partido desconocido en Andalucía” en opinión de un dirigente. Cuando el PSOE perdió por primera vez las autonómicas en 2012, pero gobernó; y cuando las ganó, pero perdió la Junta en 2018 con Susana Díaz al frente, no se analizaron las causas. Antes de eso vino la cruenta pelea entre Pedro Sánchez y Díaz, y después, tres años de ejercer una oposición invisible al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, marcada por más batallas internas, primarias y elecciones con resultados tan malos que un responsable provincial hasta plantea la siguiente duda: “Creo que hemos tocado fondo, pero ¿será así?”.

“Hay que asumir el papel de oposición a Moreno de manera continuada, dura y pertinaz. Se pueden llegar a dos o tres acuerdos, pero la oposición debe ser permanente”, opina Enrique Linde, ex vicesecretario general. “El proyecto socialdemócrata tiene que adecuarse a las nuevas realidades; la renovación es de una necesidad absoluta”, añade el expresidente del Parlamento, Manuel Gracia. “Es necesario un trabajo de recomposición”, apunta la presidenta del PSOE de Sevilla, Amparo Rubiales. Toscano, alcalde de Dos Hermanas (Sevilla) durante 39 años con 10 mayorías absoluta y ahora retirado, aconseja “una oposición constructiva”.

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Mario Jiménez señala que los cambios impulsados por la dirección regional hace siete meses “tienen que ir aguas abajo hasta las agrupaciones” y apuesta por definir un proyecto que vuelva a reconectar “nítidamente andalucista y de izquierdas, sin medias tintas” para, desde ahí, ocupar el centro político. “Hay que reconstruir por abajo y eso requiere una inversión de tiempo brutal”, afirma un exconsejero. Otro añade: “El PSOE tiene que revisar ideas, principios y programas y eso no lo puede hacer gente de 40 años que cree que te apuntas al partido y te dan un escaño”.

Para el PSOE en su conjunto las municipales de mayo de 2023 son clave porque medirán la salud electoral con vistas a las generales que vendrán después, en las que Andalucía es la que aporta más diputados al Congreso (61). Pero los socialistas andaluces son conscientes de que no se pueden permitir una derrota como la reciente y que gráficamente se ve, sin necesidad de bucear en los datos electorales, en el mapa electoral de Andalucía coloreado de azul con motitas rojas. “Si se produce eso estaríamos hablando de un problema de otra dimensión. No tendríamos que pasar la ITV sino a la UCI, pero no tengo la sensación de que estemos en la antesala del RIP”, afirma un veterano.

Nadie cree que eso se repita por el trabajo que han hecho los 458 alcaldes socialistas de los 785 municipios de Andalucía (el 58%), que le permite al PSOE controlar seis de las ocho diputaciones provinciales. “Las elecciones locales, locales son, no va a haber una traslación lineal de lo que ocurrió en las andaluzas, pero algún efecto va a tener porque hay mucho voto concentrado en el PP”, aseguran varias de las fuentes consultadas que destacan que el PP no tiene a 785 juanmas en los municipios. “Moreno ganó al PSOE las autonómicas y ahora los alcaldes socialistas van a ganar al PP”, asegura un secretario provincial.

En la reunión del reciente comité director que evaluó la debacle electoral, nadie pidió la dimisión de Espadas, ganador de las primarias a la Junta en junio de 2021 y secretario general un mes después. La mayoría no lo considera responsable de una catástrofe que tiene muchas causas. Antes de que nadie se pronunciara, él mismo dijo: “No tengo ningún apego al cargo, tenedlo claro, di el paso voluntariamente y consideré que el partido necesitaba un cambio y eso no se hace en seis meses”. t Linde, Rubiales, Toscano, Jiménez y Gracia defienden que debe volver a ser candidato dentro de cuatro años; aunque otros no tienen clara la respuesta. “Si hay un desastre electoral municipal se le verá de otra manera”, “quién sabe lo que puede pasar en cuatro años”, contestan bajo anonimato. Un tercer grupo de dirigentes cree que Espadas, que ha decidido compatibilizar su trabajo como jefe de la oposición con un puesto como senador autonómico, está ligado al “pasado” del PSOE por “haber participado” en los gobiernos de los dos expresidentes socialistas condenados por los ERE. “Hasta que no se perciba un proyecto nuevo, esto va a ser muy difícil”, apuntilla.

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