Escuela pública y valores comunes
Gabriela Cañas, como ya lo hiciera antes Millás, acertó con su artículo Los servicios prestados (27/5/2013). La escuela pública solo debe ofrecer los conocimientos avalados por el consenso científico y los valores cívicos comunes, que son los que permiten la convivencia, y que se adquieren con el estudio de las humanidades y de las ciencias sociales. No debe evaluarse el dominio de una doctrina, permitiendo una ventaja en el expediente y obligando a los demás, católicos o no, a cursar otra asignatura devaluada para no bajar su media.
Si lo que estuviera en juego fuese “desequilibrar la balanza (...) a la hora de votar”, tendríamos que reaccionar de una vez por todas ante la falta de pacto político para mantener a la escuela fuera de la “política”. Sería un gesto de decencia que los partidos dejaran a nuestros hijos en paz. Su batalla por la escuela puede privarles de la educación imprescindible para valorar la información de su periódico, y de otros. Una prensa cuya pluralidad debería evitar que imperase un pensamiento único. Si queremos que nuestros hijos sean autónomos, garanticemos su derecho a toda la perfección de la que sean capaces y dejemos que busquen su propio camino.— Roberto Pradas Sánchez-Arévalo.