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Los inversores se resignan a unas rebajas de tipos menos agresivas en Estados Unidos

La Reserva Federal mantendrá este miércoles el precio del dinero en el 5,25%-5,5% y actualizará sus previsiones para fin de año

Rate cuts in the United States
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, el pasado 6 de marzo en el Congreso.MICHAEL REYNOLDS (EFE)
Miguel Jiménez

Esperar y ver. Esa es la actitud que ha adoptado desde hace meses el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Los inversores están ansiosos, los analistas cruzan apuestas, pero el banco central de Estados Unidos lleva sin tocar los tipos de interés desde julio pasado. Tampoco lo hará en la reunión de este miércoles, según todas las previsiones. La atención está puesta en otra cosa: las pistas que dé Powell sobre cuándo empezarán las bajadas de tipos y las previsiones que formulen los componentes del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC). La resistencia de la inflación ha alejado las rebajas de tipos y los inversores se resignan a que sean menos agresivas de lo que esperaban hace solo dos meses. El mensaje de tipos más altos durante más tiempo que salió del seminario de Jackson Hole en verano pasado se ha hecho realidad.

El precio del dinero está en el 5,25%-5,5%, su nivel más alto en 23 años. En la última reunión de cada trimestre, los miembros del FOMC formulan sus previsiones sobre la economía. En ellas, se mojan sobre cuál creen que será la política monetaria apropiada, un pronóstico de dónde creen más probable que tenga que situarse el tipo de interés de los fondos federales para atender a su doble mandato legal: promover el máximo empleo y la estabilidad de precios.

En diciembre pasado, la mediana de esas previsiones apuntaba a una rebaja de los tipos de 0,75 puntos durante este año, hasta el 4,625% (o lo que es lo mismo, hasta el rango del 4,5%-4,75%). Algunos esperaban hace unos meses que el primer recorte llegara en esta reunión. Sin embargo, la fortaleza del mercado laboral y la resistencia de la inflación a recorrer la última milla hasta el objetivo del 2% han llevado a Powell a descartar rebajas inminentes.

La Bolsa se sobrepone

Las cotizaciones de los mercados de futuros muestran que el mercado ya solo espera este año esas mismas tres rebajas de tipos de 0,25 puntos. Descuentan una por trimestre a partir de junio, cuando hace unos meses los inversores apostaban por recortes más agresivos ante la previsión de que la economía perdiese fuerza y la inflación bajase más rápido. El nuevo paisaje ha tenido impacto en la renta fija, pero la Bolsa ha sido capaz de escalar hasta máximos.

Las previsiones del FOMC tienen un valor cualificado porque los que las formulan son básicamente los que tienen que tomar la decisión, aunque no comprometen su actuación y con frecuencia se desvían de la realidad. Opinan los 19 miembros del comité, no solo los 12 con derecho a voto. El primer foco de atención del miércoles estará en ver si se mantiene esa previsión de rebaja de 0,75 puntos, después de que la inflación haya repuntado en febrero hasta el 3,2%.

“El índice de precios al consumo de febrero no infundirá más confianza entre los miembros de la Reserva Federal en que la inflación sigue una senda sostenible hacia su objetivo del 2%, lo que reduce nuestras probabilidades subjetivas de que el banco central recorte los tipos de interés en su reunión de mayo”, apuntaban los analistas de Oxford Economics tras la publicación del dato. “Aunque por sí solo, [el dato] puede no ser suficiente para impedir que la Reserva Federal recorte los tipos a mediados de año, debería plantear interrogantes reales sobre la medida en que la inflación volverá al objetivo en ausencia de una mayor relajación en el mercado laboral”, indicaba Tiffany Wilding, economista de Pimco. La creación de empleo sigue siendo robusta, aunque la tasa de paro haya subido al 3,9%.

Powell se ha declarado dependiente de los datos. Para tener una mejor fotografía de lo que está pasando en la economía probablemente le convenga esperar. En la reunión de política monetaria del 30 de abril y 1 de mayo tendrá pocos ingredientes nuevos en la coctelera y la mayoría de los inversores apuntan a la última reunión de la primavera, la del 11 y 12 de junio.

Año electoral

En su última intervención en el Congreso, Powell dejó claro que no tiene ninguna prisa. Con un precavido “probablemente” por delante, admitió que los tipos han tocado techo. Al tiempo, aseguró que si la economía evoluciona en línea con lo previsto, “es probable que en algún momento de este año resulte apropiado empezar” a bajar los tipos. Pero en su discurso recordó que aún no se ha llegado a la meta de una inflación del 2% y que el éxito no está garantizado. Por ello, advirtió tanto contra el riesgo de relajar la política monetaria demasiado o demasiado pronto como contra el de hacerlo demasiado poco o demasiado tarde.

En año electoral, las decisiones de la Reserva Federal se van a analizar con lupa. Los demócratas apremian a Powell a que baje los tipos y Donald Trump le ha acusado sin fundamento de planear hacerlo para facilitar la reelección de Joe Biden. “No pensamos en política. Pensamos en lo que es correcto para la economía”, contestó ya en diciembre el presidente de la Reserva Federal.

La reciente misión del Odiseo mostró lo complicado que es un aterrizaje suave en la Luna. La historia reciente muestra lo difícil que es lograrlo en la economía, que tomó el término prestado de la carrera espacial y le dotó de su propio significado: controlar la inflación sin provocar una recesión.

Hace un año, los economistas manejaban como escenario central una recesión. Ahora, el aterrizaje suave parece posible, pero no garantizado. Tom Barkin, presidente de la Reserva Federal de Richmond, señalaba a principios de año cuatro riesgos: “La economía estadounidense podría quedarse sin combustible. Podríamos sufrir turbulencias inesperadas. La inflación podría estabilizarse a una altitud de crucero superior a nuestro objetivo del 2%. Y el aterrizaje podría retrasarse si la economía estadounidense sigue desafiando las expectativas”.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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