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Finalizado

‘Show’ sin goles entre Dinamarca y Túnez

La selección africana, pasional y eléctrica, rebaja el juego racional de los daneses para firmar las tablas en un duelo de gran fútbol

Jordi Quixano
Dinamarca Tunez Mundial Qatar
Eriksen da un pase en el duelo ante Túnez.ADRIAN DENNIS (AFP)

Pocas selecciones se han mostrado más reivindicativas y combativas con Qatar que Dinamarca, predispuesta a llevar el brazalete OneLove en favor de los derechos del colectivo LGTBI hasta que la FIFA intermedió y negó la mayor. También su marca deportiva, Hummel, expresó su disconformidad con la violación de los derechos humanos, pues creó una tercera camiseta de color negra por completo y adujo: “No queremos ser visibles durante un torneo que ha costado la vida a miles de personas”. Pero ese tono batallador lo plasmó mejor en el campo Túnez, conjunto aguerrido y gallardo como pocos, gasolina pura. Aunque ni uno ni otro encontró la mejor expresión del fútbol, un gol que festejar.

DINDinamarca
0
Schmeichel, Joachim Andersen, Kjaer (Mathias Jensen, min. 64), A. Christensen, Delaney (Mikkel Damsgaard, min. 45), Eriksen, Hojbjerg, Joakim Maehle, Rasmus Nissen Kristensen, Andreas Skov Olsen (Jesper Lindstrom, min. 64) y Kasper Dolberg (Cornelius, min. 64)
TUNTúnez
0
Aymen Dahmen, Dylan Bronn, Montassar Talbi, Yassine Meriah, Ali Abdi, Aissa Laidouni (Sassi, min. 87), Mohamed Drager (Wajdi Kechrida, min. 87), Ellyes Skhiri, Anis Ben Slimane (Naim Sliti, min. 66), Youssef Msakni (Hannibal Mejbri, min. 79) y Issam Jebali (Taha Yassine Khenissi, min. 79)
Goles
Árbitro César Arturo Ramos Palazuelos
Tarjetas amarillas Rasmus Nissen Kristensen (min. 23) , Mathias Jensen (min. 77) y Taha Yassine Khenissi (min. 85)

Resulta que las Águilas de Cartago tenían la capacidad de apretar al botón del hiperespacio en un periquete, jugaban con piernas a motor, intensidad máxima, presión asfixiante, fútbol al abordaje que se subrayaba en transiciones frenéticas. Así se aclaró desde el primer minuto, después de que Eriksen se marcara un control-delicatessen de los suyos y Laidouni se lo rebañara con una entrada a ras de suelo para festejarlo con rabia, vehemencia y frenesí. Delirio en las gradas y comunicado exprés de Túnez: para ganarles se necesitaría algo más que calidad.

Pero el arrebato tunecino también se daba con el balón en los pies, pues atacaban todos a una, como si no hubiera un mañana, como si cada ofensiva fuera la última. Siempre con Jebali y sus desmarques de ruptura como finalidad; siempre con Msakni como capataz y distribuidor en los metros finales, presto a los desmarques de apoyo y a los pelotazos desde lejos, como ese que noqueó por momentos a Christensen al poner la cara delante del balón al estilo Bruce Harper, o como ese otro de Drager, que también rebotó en el cuerpo del zaguero del Barça y por poco no se coló a gol, ya estatua y rezos de Schmeichel. Aunque ninguna ocasión como la de Jebali tras un pase-chut de Msakni que le plantó ante el portero, resuelto con una picadita irreverente y replicada con un manotazo a tiempo para ser, por el momento, una de las paradas del Mundial.

El portero de Túnez Aymen Dahmen rechaza un balón durante el partido frente a Dinamarca en la tercera jornada del Mundial de Catar.
El portero de Túnez Aymen Dahmen rechaza un balón durante el partido frente a Dinamarca en la tercera jornada del Mundial de Catar. Petr David Josek (AP)

Pero Dinamarca, recordemos, no estaba para disfrutar, sino para reivindicarse. Caso de Eriksen, que en la pasada Eurocopa se desplomó al suelo por un paro cardíaco que por poco le arrebata la vida, ya sin importar el fútbol. Pero lo suyo siempre fue la pelota y volvió a la Premier —donde dejan jugar con un desfibrilador interno—, primero al Brentford y ahora en el Manchester United, donde destila su calidad y finura, su fútbol virguero y golpeo magnético. Y a la que se fue desbravando la fiereza y la combustión tunecina, también su presión adelantada, a la que el tapete dejó de ser un auténtico pinball, fue emergiendo su figura, al fin con huecos para descontar líneas de presión con el pase vertical. Así, el pequeño danés era la catapulta —también Kjaer desde la raíz— que abría el juego a los costados para las ascensiones de Maehle y Kristensen, surtidores de centros que para su infortunio siempre quedaron huérfanos de rematador.

Masticó las jugadas Dinamarca y maduró el encuentro, cada vez más efervescente sobre la hierba, mezclas superlativas por dentro ante la telaraña tunecina hasta que Olsen marcó desde fuera del área —tanto anulado por fuera de juego como le ocurriera a Jebali en el primer acto—, advertencia que secundó Dolberg con un testarazo cruzado que Dahmen recusó. Y más de lo mismo remarcó Eriksen con un disparo desde fuera del área con la zurda que se encontró con otra estirada para los flashes del meta tunecino; también Christensen con cabezazo que, sorprendentemente, Cornelius no acertó a completar con un remate en plancha y la portería libre, balón escupido por el poste. Ni siquiera una mano de Meriah en el área —reclamada por el VAR— bastó para que el colegiado deshiciera la igualada. No había tutía y Túnez, ya con la lengua fuera y a la defensiva, sustituidos Jebali y Msakni para ganar oxígeno en las piernas, se conformó con las tablas. Se comprometieron todos, más pasional Túnez y más racional Dinamarca, y se vio mucho más fútbol que goles, empate para abrir boca entre dos equipos que tienen mucho que decir.

El tunecino Taha Yassine Khenissi (izquierda) y el danés Andreas Christensen disputan un balón aéreo durante el partido.
El tunecino Taha Yassine Khenissi (izquierda) y el danés Andreas Christensen disputan un balón aéreo durante el partido. DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

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Clasificación
Grupo D PT PJ PG PE PP
1 3 1 1 0 0
2 1 1 0 1 0
3 1 1 0 1 0
4 0 1 0 0 1
Grupo D PT PJ PG PE PP
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