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Los expertos culpan a la crisis climática del calor récord de abril: habría sido “extremadamente improbable” sin el calentamiento

Un estudio sostiene que ahora es al menos 100 veces más probable un episodio tan intenso como el vivido en el Mediterráneo occidental a finales de abril

crisis climatica
Una operaria del Ayuntamiento de Écija (Sevilla) se refresca con una manguera el 28 de abril de 2023.Salas (EFE)
Manuel Planelles

Unas temperaturas récord como las vividas a finales de abril en el Mediterráneo occidental habrían sido “extremadamente improbables” sin el cambio climático desencadenado por el ser humano en el planeta. Eso concluye un grupo de investigadores, especializado en la atribución de fenómenos extremos, en un informe difundido este viernes. Estos expertos del World Weather Attribution (WWA) han analizado “el evento de ola de calor de tres días” que ocurrió entre el 26 y el 28 de abril en la mitad sur de la península Ibérica, el norte de Marruecos y el oeste de Argelia. Y sostienen que el calentamiento global ha hecho que ese episodio récord fuera 100 veces más probable como mínimo.

La crisis climática —desencadenada por el ser humano tras muchas décadas de emisiones de gases de efecto invernadero debidas, principalmente, al uso de combustibles fósiles— ha aumentado la intensidad y duración de muchos fenómenos extremos, como las olas de calor. Es una de las conclusiones de los científicos dedicados al estudio del cambio climático y que se recoge también en la última revisión realizada por el IPCC, el panel de expertos vinculado a la ONU. Pero las olas de calor, como otros fenómenos extremos, siempre se han dado en la Tierra. A lo que se dedican los especialistas del WWA es a analizar el papel que el cambio climático tiene ahora en eventos concretos, como el que ha sacudido al Mediterráneo occidental a finales de abril.

En este estudio han participado científicos y agencias meteorológicas de Francia, Marruecos, Países Bajos y el Reino Unido. Lo que básicamente han hecho es analizar la probabilidad de que una ola de calor de estas dimensiones se hubiera producido si la temperatura media global no hubiera aumentado ya en 1,2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales debido a la acción del hombre. En su análisis, los expertos explican que un episodio así tiene un 0,25% de probabilidad de ocurrir cada año según los modelos que emplean para estudiar estos fenómenos. Esas cifras les llevan a “la conclusión cualitativa de que las temperaturas tan altas como las observadas habrían sido extremadamente improbables si las actividades humanas no hubieran calentado el clima en 1,2 grados”.

Fatima Driouech, profesora de la Universidad Politécnica Mohammed VI de Marruecos y una de las autoras del estudio, ha explicado que las temperaturas que se registraron en la región en abril son las que se observan en julio y agosto, por lo que el episodio ha sido inusual. Y ha incidido en que se han roto varios récords. Por ejemplo: las temperaturas locales en muchas regiones de España, Portugal, Marruecos y Argelia en abril fueron hasta 20 grados más altas de lo normal y en Córdoba se llegó a los 38,8 grados, una marca jamás registrada en la España peninsular desde al menos 1961 a estas alturas del año.

El calor extremo se suma a una sequía que también golpea a la región, como ha recordado Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente. “Estas temperaturas récord se sumaron a una sequía histórica de varios años en esas regiones, exacerbando los impactos del calor en la agricultura, que ya está amenazada por una creciente escasez de agua como resultado del efecto combinado del cambio climático y los usos”, ha incidido el WWA. Además, “esta ola de calor ha llegado en un momento crítico para la temporada de cosecha en los países del Mediterráneo occidental”, se añade en el informe.

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“El futuro no será mejor por desgracia”, ha lamentado Driouech, porque los recursos hídricos se reducirán más, con lo que habrá más impactos en la agricultura, las personas, la economía...

Análisis exprés

El informe de atribución presentado este viernes sale a la luz apenas una semana después del evento analizado, un tiempo récord, por lo que no ha podido ser revisado por pares (el método de control que se emplea en los estudios científicos), como ha indicado Otto. Pero esta investigadora ha añadido que sí han pasado ese control de calidad los modelos que emplean para llegar a sus conclusiones. “La ciencia que usamos está revisada por pares”, ha resumido Otto.

Las investigadoras del WWA han resaltado también el impacto que tienen estos episodios sobre la salud de las personas, sobre todo si son olas de calor tempranas (aunque para conocer las consecuencias de este episodio habrá que esperar). Por eso Driouech ha afirmado que episodios tan extraordinarios como el vivido este abril hacen “más urgente” mitigar el cambio climático recortando las emisiones, pero también adaptarse a los impactos de esta crisis.

Precisamente, el informe presentado este viernes incide en que “las muertes relacionadas con el calor han disminuido en las ciudades con planificación urbana para el calor extremo”. “Esto ha demostrado ser efectivo en España, y especialmente en Lisboa (Portugal), donde el efecto de isla de calor urbano se ha reducido mediante la incorporación de más espacios verdes y azules”, añade WWA. “Además, se ha demostrado que los sistemas de alerta temprana para el calor, los comportamientos simples de autoprotección, como beber suficiente agua, los planes de acción contra el calor de la ciudad, los fuertes lazos sociales y la mejora de la percepción del riesgo reducen los impactos en la salud relacionados con el calor”, abunda esta investigadora.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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