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¿Cuánta agua falta? La sequía en España explicada en cubos

Al déficit de lluvias de 2022 se le une una primavera extremadamente seca que está afectando a los embalses, algunos en estado crítico. Municipios y regantes de Cataluña y Andalucía ya están padeciendo restricciones y Aemet tiene puestas sus esperanzas en el otoño

Dentro de este cubo está la cantidad de agua que normalmente alberga el pantano de Sau en el mes de abril (media 2012-2022).

100%

72,6%

(media)

169 hm3

Cataluña

Pantano

de Sau

En abril de 2020, gracias a las lluvias, el volumen de agua estaba casi al 100% de su capacidad (169 hm3).

28 de abril de 2020

95,3%

Media

Sin embargo, en marzo de 2023, el nivel de Sau era tan bajo (17%) que el agua corría el riesgo de acabar contaminada. La Generalitat decidió trasvasar 15 hm3 de Sau a Susqueda para salvar ese agua.

Susqueda

Sau

Se acumulan

contaminantes

Dentro de este cubo está la cantidad de agua que normalmente alberga el pantano de Sau en el mes de abril (media 2012-2022).

100%

72,6%

(media)

169 hm3

Cataluña

Pantano

de Sau

En abril de 2020, gracias a las lluvias, el volumen de agua estaba casi al 100% de su capacidad (169 hm3).

28 de abril de 2020

95,3%

Media

Sin embargo, en marzo de 2023 el nivel de Sau era tan bajo (17%) que el agua corría el riesgo de acabar contaminada. La Generalitat decidió trasvasar 15 hm3 de Sau a Susqueda para salvar ese agua.

Susqueda

Sau

Se acumulan

contaminantes

Dentro de este cubo está la cantidad de agua que normalmente alberga el pantano de Sau en el mes de abril (media 2012-2022).

100%

72,6% (media)

169 hm3

Cataluña

Pantano

de Sau

En abril de 2020, gracias a las lluvias, el volumen de agua estaba casi al 100% de su capacidad (169 hm3).

28 de abril

de 2020

95,3%

Media

Sin embargo, en marzo de 2023 el nivel de Sau era tan bajo (17%) que el agua corría el riesgo de acabar contaminada. La Generalitat decidió trasvasar 15 hm3 de Sau a Susqueda para salvar ese agua.

Susqueda

Sau

Ahora

40%

Se acumulan

contaminantes

Dentro de este cubo está la cantidad de agua que normalmente alberga el pantano de Sau en el mes de abril (media 2012-2022).

100%

72,6% (media)

169 hm3

Cataluña

Pantano

de Sau

En abril de 2020, gracias a las lluvias, el volumen de agua estaba casi al 100% de su capacidad (169 hm3).

28 de abril

de 2020

95,3%

Media

Sin embargo, en marzo de 2023 el nivel de Sau era tan bajo (17%) que el agua corría el riesgo de acabar contaminada. La Generalitat decidió trasvasar 15 hm3 de Sau a Susqueda para salvar ese agua.

Susqueda

Sau

Ahora

40%

Se acumulan

contaminantes

También se sacrificaron más de 1,3 toneladas de peces para evitar que, al morir por la sequía, contaminaran el agua.

Sau

Presa

15 hm3

río Ter

río Ter

Susqueda

Ahora, el pantano está al 6,7%, el nivel más bajo de los últimos 30 años. Es una de las reservas de agua que están peor de toda España.

100%

Ahora

6,7%

Quedan 11 hm3

Se podría abastecer a la población del área metropolitana de Barcelona durante 26 días.

Sau

Presa

15 hm3

río Ter

río Ter

Susqueda

Ahora, el pantano está al 6,7%, el nivel más bajo de los últimos 30 años. Es una de las reservas de agua que están peor de toda España.

100%

Ahora

6,7%

Quedan 11 hm3

Se podría abastecer a la población del área metropolitana de Barcelona durante 26 días.

Sau

río Ter

15 hm3

Susqueda

Presa

río Ter

Ahora, el pantano está al 6,7%, el nivel más bajo de los últimos 30 años. Es una de las reservas de agua que están peor de toda España.

100%

Ahora

6,7%

Quedan 11 hm3

Se podría abastecer a la población del área metropolitana de Barcelona durante 26 días.

río Ter

Sau

15 hm3

Susqueda

Presa

río Ter

Ahora, el pantano está al 6,7%, el nivel más bajo de los últimos 30 años. Es una de las reservas de agua que están peor de toda España.

100%

Quedan 11 hm3

Se podría abastecer a la población del área metropolitana de Barcelona durante 26 días.

Ahora

6,7%

El pantano de Sau (Barcelona) es la punta del iceberg de la sequía que está golpeando a buena parte de España, con especial virulencia en el caso de Cataluña, donde las lluvias están por debajo de lo normal desde hace más de dos años. Si no llueve significativamente en los próximos meses, algo a lo que no apuntan los modelos de previsión de momento, cerca de seis millones de habitantes podrían tener restricciones importantes de consumo de agua a finales de año en esta comunidad. Y Cataluña no es la única región amenazada.

El calor impropio para esta época del año, el bajo nivel de algunos embalses arrastrado desde diciembre de 2022 (sobre todo de la cuenca del Guadalquivir y las cuencas internas de Cataluña), y las escasas lluvias de esta primavera han creado una situación preocupante. Más de 200 municipios catalanes tienen restricciones de uso de agua para los cultivos, limpieza de calles y el llenado de piscinas en estos momentos; en Andalucía, se ha reducido el agua de regadío un 90% en algunas zonas y en varias comarcas —como, por ejemplo, la del Tentudía, en Extremadura— vuelven las restricciones para la población, como ya ocurrió el verano pasado. Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la falta de agua actual afecta al 60% del campo español, algo que llevará a una subida de precios de los alimentos. Y queda por delante un verano más cálido y seco de lo normal, según apuntan los primeros pronósticos.

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Para comprender la situación en la que se encuentra la España peninsular hay que tener en cuenta que existen tres tipos de sequía diferentes aunque relacionadas: meteorológica (déficit de lluvia), agrícola (déficit de humedad en el suelo) e hidrológica (déficit en las reservas de agua, como los embalses). Normalmente, el meteorológico es el principal desencadenante del resto, es decir, la falta de lluvias. Y España arrastra ese déficit desde hace más de un año.

Cayetano Torres, portavoz de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología), detalla que 2022 fue en su conjunto “un año muy seco” en el que llovió un 84% de lo normal —tomando como referencia el periodo 1981-2010—. En enero de este año, las precipitaciones se acercaron a la normalidad. Pero febrero y marzo fueron de nuevo muy secos. Y abril ha sido excepcionalmente seco. Tanto, que es probablemente el abril con menos precipitaciones de la serie histórica de Aemet, que arranca en 1961.

Embalses de Andalucía y Cataluña

Esa falta de lluvias (sequía meteorológica) ha tenido un impacto directo en la sequía hidrológica, es decir, en los embalses que en primavera deberían estar llenándose pero que están bajando semana a semana por la falta de precipitaciones. La reserva de agua peninsular —lo que acumulan los pantanos— está ahora mismo al 50%, lo que supone un 26% menos de la media de la última década, según la última actualización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, del 25 de abril.

En España hay más de 300 embalses con una capacidad total de almacenamiento de 56.000 hectómetros cúbicos (hm³) de agua. Sau es el pantano que presenta el nivel más bajo (6,7%) de entre los 100 embalses de España de mayor capacidad, salvo el pantano de Finisterre, en Toledo, que está al 0,8% pero lleva años inutilizado. En conjunto, las cuencas internas de Cataluña se encuentran al 25,7%. La situación de Sau es crítica, pero no es la única. Ninguno de los pantanos y embalses catalanes alcanza siquiera el 40%.

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De los 100 embalses que están peor de todo el país, 33 son de más de 150 hectómetros cúbicos. Entre ellos está La Serena (Extremadura), el pantano más grande de España y el tercero de Europa. Este embalse de la cuenca del Guadiana tiene una capacidad máxima de 3.219 hectómetros cúbicos, aunque ahora mismo está lleno al 17%. Otro del Guadiana que marca niveles preocupantes es Cijara, el sexto de España en capacidad máxima, que ahora está al 34%.

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Los embalses del Guadalquivir, la tercera cuenca con más capacidad para embalsar agua de España, son los que están más bajos: al 24,5% de capacidad. El pantano más perjudicado es Iznájar, el más grande de la cuenca y el décimo en capacidad de toda España: actualmente está al 19%. El siguiente más grande del Guadalquivir, La Breña II, se encuentra a un preocupante 13%.

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Aun así, la sequía no influye por igual en toda España. Las cuencas del norte y oeste se encuentran en niveles altos por las abundantes lluvias, fundamentalmente las de finales de 2022 y principios de este año. El segundo embalse más grande de España, el de Alcántara (Tajo), está casi al 80%. Aunque de menor tamaño, los que están más llenos en porcentaje son los de las cuencas del Cantábrico Oriental y Galicia Costa.

Estado de las cuencas españolas

Capacidad total y volumen actual (25 de abril de 2023). El tamaño es proporcional a la capacidad total de cada cuenca

Más grande

Tajo

Más pequeña

60,9%

Guadiana

33,7%

Guadalquivir

24,5%

Ebro

54,2%

Duero

68,8%

Miño-Sil

76,4%

Júcar

60,6%

Guadalete-

Barbate

Segura

34,6%

27,9%

Cuenca

Mediterránea

Andaluza

Cuencas internas

de Cataluña

24,5%

25,7%

Galicia Costa

Resto*

85,2%

76,4%

(*) Suma de Cantábrico Occidental y Oriental, Tinto, Odiel y Piedras y Cuencas internas del País Vasco. Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica.

Estado de las cuencas españolas

Capacidad total y volumen actual (a 25 de abril de 2023). El tamaño es proporcional a la capacidad total de agua de cada cuenca

Más grande

Tajo

Más pequeña

60,9%

Guadiana

33,7%

Guadalquivir

24,5%

Ebro

54,2%

Duero

68,8%

Miño-Sil

76,4%

Júcar

60,6%

Guadalete-

Barbate

Segura

27,9%

34,6%

Cuenca Mediterránea

Andaluza

Cuencas internas

de Cataluña

24,5%

25,7%

Galicia Costa

Resto*

85,2%

76,4%

(*) Suma de Cantábrico Occidental y Oriental, Tinto, Odiel y Piedras y Cuencas internas del País Vasco. Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica.

Estado de las cuencas españolas

Capacidad total y volumen actual (a 25 de abril de 2023). El tamaño es proporcional a la capacidad total de agua de cada cuenca

Más grande

Tajo

Más pequeña

60,9%

Guadiana

33,7%

Guadalquivir

Ebro

24,5%

54,2%

Duero

Miño-Sil

76,4%

Júcar

68,8%

60,6%

Segura

Guadalete-Barbate

34,6%

27,9%

Cuenca Mediterránea

Andaluza

Cuencas internas

de Cataluña

Galicia Costa

85,2%

24,5%

Resto*

25,7%

76,4%

(*) Suma de Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Tinto, Odiel y Piedras y Cuencas internas del País Vasco. Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica.

Estado de las cuencas españolas

Capacidad total y volumen actual (a 25 de abril de 2023). El tamaño es proporcional a la capacidad total de agua de cada cuenca

Más grande

Tajo

Más pequeña

Guadiana

60,9%

33,7%

Guadalquivir

Ebro

Duero

24,5%

54,2%

68,8%

Miño-Sil

76,4%

Júcar

60,6%

Guadalete-Barbate

Galicia Costa

27,9%

Segura

85,2%

34,6%

Cuenca Mediterránea

Andaluza

Cuencas internas

de Cataluña

Resto*

24,5%

76,4%

25,7%

(*) Suma de Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Tinto, Odiel y Piedras y Cuencas internas del País Vasco. Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica.

Así, el 43% de los embalses están situados por encima del 70% de su capacidad total, si bien es cierto que los más llenos son pantanos de poco volumen, como Enciso (Ebro), Montefurado (Cuenca del Miño-Sil) o el Eiras, en Galicia; ninguno de los tres, que están al 100%, alcanza los 50 hm³ de capacidad. En el siguiente buscador, se puede consultar el estado de cada uno de ellos.

Sin agua para cultivos, limpieza de calles y piscinas

En España, alrededor del 80% del agua embalsada se destina a la agricultura, mientras que el recurso restante va a parar a los usos urbanos y a la industria. Por ello, los primeros afectados por la sequía hidrológica son los regadíos, que en algunos casos llevan más de un año sufriendo restricciones. El caso más singular es el de la cuenca del Guadalquivir, donde en algunas zonas se aplican ya reducciones de hasta el 90% del agua de regadío, explican desde la Confederación Hidrológica de este río.

En el Ebro, los embalses de Rialb y Oliana se encuentran con reservas muy bajas y se plantean restricciones del 40% de agua en los cultivos. También se ha recomendado cultivar girasol, sorgo o soja, y cereales de invierno en lugar de maíz, por ser menos demandantes de agua, e incluso se podría prohibir el cultivo de segundas cosechas. Además, en algunos municipios del Guadiana y del Guadalquivir se están habilitando pozos de sequía (captaciones de emergencia que se autorizan cuando hay escasez de agua para extraerla de acuíferos subterráneos).

Lo primero que se suele reducir ante una situación de escasez es el agua para el regadío. Y se deja como último recurso el corte de los suministros en los domicilios. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, descartó el jueves que se vaya a llegar en los próximos meses a restricciones en el abastecimiento de los grandes núcleos de población, pero dejó abierta la puerta a que se produzcan “tensiones” en las localidades de menor tamaño que obliguen a tomar medidas de restricción.

A finales de febrero, Cataluña pasó a la fase de excepcionalidad por sequía en el sistema del Ter-Llobregat, que abastece Girona, Barcelona y toda su área metropolitana. Ahí, el agua de regadío se ha reducido un 40%, y un 15% en el caso del uso del agua para procesos industriales. Además, el consumo por habitante y día es de un máximo de 230 litros. Se ha vetado llenar las piscinas particulares este verano, regar jardines y zonas verdes ni limpiar las calles con agua potable. “Si no llueve durante la primavera y en otoño, podríamos tener restricciones para los usuarios a finales de año”, ha explicado el director de la Agència Catalana de l’Aigua, Samuel Reyes. En ese caso, se entraría en la fase de emergencia, la última y más restrictiva: el tope sería de 200 litros por habitante al día, sumando todos los usos: domésticos, agrícolas e industriales.

Además de a las reservas de los embalses, el déficit de lluvias acumuladas también afecta a la humedad del suelo, es decir, la sequía agrícola. Y esto de nuevo golpea al sector de la agricultura e, indirectamente, a la ganadería, porque reduce y encare el alimento para los animales. COAG afirma que la mayor parte de las cosechas de trigo y cebada en la mitad sur de la Península ya se dan por perdidas y peligran gravemente las de la mitad norte si la lluvia no termina de llegar. Porque estos cultivos son de secano: no reciben agua de los embalses, sino que dependen de las precipitaciones. En España, las producciones medias de cereales se sitúan en unos 20 millones de toneladas. El año pasado, con las lluvias de marzo y abril, la cosecha fue de solo 18 millones. En este año, sin casi precipitaciones, se teme una caída histórica.

Otoño, la esperanza

“El año pasado tuvimos una sequía generalizada en Europa; ocurrió en España e Italia, pero también en Francia, Alemania y Polonia”, explica Carlo Buontempo, director del servicio de Cambio Climático de Copernicus, que forma parte del Programa Espacial de la UE. Pero, en mayor o menor medida, la mayoría del continente se ha recuperado. Salvo la península Ibérica, “donde la situación es dramática”, advierte Buontempo. “Si solo hubiese sido una primavera seca… Pero el problema es que viene de un año muy bajo en lluvias y con temperaturas altas, que aumentan la evaporación”, añade este experto.

La sequía que arrastra España desde hace más de un año

Índice de Precipitación Estandarizada (SPEI) de 12 meses de la segunda semana de abril de 2023

Extremadamente

húmedo

Extremadamente

seco

Normal

Fuente: Monitor de sequía del CSIC.

La sequía que arrastra España desde hace más de un año

Índice de Precipitación Estandarizada (SPEI) de 12 meses de la segunda semana de abril de 2023

Extremadamente

húmedo

Extremadamente

seco

Normal

Fuente: Monitor de sequía del CSIC.

La sequía que arrastra España desde hace más de un año

Índice de Precipitación Estandarizada (SPEI) de 12 meses de la segunda semana de abril de 2023

Extremadamente

seco

Extremadamente

húmedo

Normal

Fuente: Monitor de sequía del CSIC.

La sequía que arrastra España desde hace más de un año

Índice de Precipitación Estandarizada (SPEI) de 12 meses de la segunda semana de abril de 2023

Extremadamente

seco

Extremadamente

húmedo

Normal

Fuente: Monitor de sequía del CSIC.

Buontempo señala que para el verano se esperan, de nuevo, temperaturas más cálidas de lo normal. Y, respecto a las precipitaciones, Cayetano Torres, de Aemet, no espera que en los próximos meses se pueda revertir la situación: “Los modelos indican que mayo, junio y julio serán meses normales o secos. Agosto puede ser normal o algo más húmedo que la media, pero lo que llueve en este mes es muy poco”. La esperanza, admite Torres, la tienen puesta en el otoño. “Los modelos apuntan a que octubre puede ser húmedo o muy húmedo”, explica siempre manteniendo las cautelas sobre unos pronósticos a tantas semanas vista. “Es nuestra esperanza. Hay que ser optimistas y hay una señal”, remacha.

Probabilidad de precipitaciones

en los próximos meses

Anomalías de precipitación en Europa respecto a la media de 1993 a 2016

Por debajo de la media

Por encima de la media

-70%

-40%

+40%

+70%

Mayo

Junio

Agosto

Julio

Fuente: ECMWF.

EL PAÍS

Probabilidad de precipitaciones

en los próximos meses

Anomalías de precipitación en Europa respecto a la media de 1993 a 2016

Por debajo de la media

Por encima de la media

-70%

-40%

+40%

+70%

Mayo

Junio

Agosto

Julio

Fuente: ECMWF.

EL PAÍS

Probabilidad de precipitaciones en los próximos meses

Anomalías de precipitación en Europa respecto a la media de 1993 a 2016.

Por debajo de la media

Por encima de la media

-70%

-40%

+40%

+70%

Mayo

Junio

Agosto

Julio

Fuente: ECMWF.

EL PAÍS

Probabilidad de precipitaciones en los próximos meses

Anomalías de precipitación en Europa respecto a la media de 1993 a 2016.

Por debajo de la media

Por encima de la media

-70%

-40%

+40%

+70%

Agosto

Mayo

Junio

Julio

Fuente: ECMWF.

EL PAÍS

Cambio climático

Como explica Buontempo, en el clima mediterráneo es habitual que se sucedan los periodos secos y los húmedos, es decir, que haya sequías. Los modelos que intentan predecir cómo evolucionará el cambio climático no son del todo concluyentes en el caso de las precipitaciones. Sin embargo, sí lo son en lo que se refiere al impacto del calentamiento global en la sequía agrícola e hidrológica, es decir, en los recursos disponibles. Porque el aumento de las temperaturas conduce a una mayor evaporación, lo que disminuye a su vez las reservas de agua disponible y aumenta el estrés de la vegetación, lo que conducirá a peores incendios.

En el último informe del IPCC, el panel de expertos de la ONU sobre cambio climático, se apuntaba a que en la zona del Mediterráneo se ha observado ya un incremento de “las sequías hidrológicas y agrícolas”. Y se pronosticaba un crecimiento de la superficie árida y de los incendios si el calentamiento global alcanza los dos grados (ya está en los 1,2). Además, el IPCC advertía de que “en el sur de Europa, más de un tercio de la población estará expuesta a la escasez de agua si se llega a los dos grados”. Si se alcanzan los tres grados, el riesgo se duplicará y se esperan “pérdidas económicas significativas en sectores dependientes del agua y la energía”.

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