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Elon Musk tumba las cuentas de Twitter que siguen jets privados de millonarios, incluida la que rastreaba al suyo

El magnate justifica su decisión como una medida de seguridad, pese a que en noviembre dijo que su compromiso con la libertad de expresión le hacía respetar hasta a la cuenta que persigue a su avión

Elon Musk
Elon Musk baja de su avión privado en Ostende, en 2019.Kurt Desplenter (Contacto)
M. G. Pascual

Elon Musk se ha cansado de que le sigan. Twitter suspendió ayer al menos 25 cuentas que seguían en tiempo real la ubicación de jets privados de millonarios y organismos públicos. Entre esos perfiles está @ElonJet, que desde 2020 rastreaba los movimientos de su avión privado. La decisión entra en conflicto con lo que dijo hace apenas un mes, al poco de comprar la red social por 44.000 millones de dólares: “Mi respeto por la libertad de expresión incluye no prohibir ni siquiera la cuenta que sigue a mi avión”, tuiteó el 7 de noviembre.

La cuenta @ElonJet tenía medio millón de seguidores y se nutría de información pública relacionada con los despegues y aterrizajes de la aeronave del dueño de Twitter, así como con una estimación de las emisiones de CO₂ que emitía cada vuelo. Así lo ha asegurado su creador, Jack Sweeney, un estudiante de 20 años que ha prometido seguir con su labor en otras redes sociales. Musk hacía tiempo que sabía de la existencia de esa cuenta. Llegó a ofrecerle a Sweeney 5.000 dólares para que cerrara la cuenta. El joven rechazó la oferta.

Twitter ha suspendido también cuentas similares que seguían a los jets de otros magnates como Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta; Jeff Bezos, fundador de Amazon; el inversor Warren Buffett o Donald Trump, expresidente de EE UU. La influencer Kim Kardashian y la cantante Taylor Swift, entre otras, tampoco deberán temer por su privacidad cuando se suban a bordo de sus aviones privados. Lo mismo sucede con varios oligarcas rusos a los que Sweeney tenía también bajo su radar.

Musk ha justificado su medida como una cuestión de seguridad. Compartir la ubicación en tiempo real de la gente puede ponerla en peligro, asegura el magnate de origen sudafricano. No sucede lo mismo, a su parecer, si lo que se comparte son las localizaciones pasadas de alguien. Los términos y condiciones de Twitter se han cambiado para incluir el término [compartir la] “ubicación en tiempo real”, que hasta la semana pasada no aparecía, entre los supuestos que justifican el cierre de una cuenta.

El fundador de Tesla y SpaceX ha publicado, acaso a modo de explicación adicional, que su familia ha sido acosada por la calle. “Anoche, el coche en el que iba el pequeño X [su hijo se llama X AE A-XII] en Los Ángeles fue seguido por un loco acosador (que se pensaba que era yo), que luego bloqueó el paso del coche y se subió al techo. Se están tomando medidas legales contra Sweeney y las organizaciones que apoyan que se haga daño a mi familia”, tuiteó, ofreciendo también un vídeo en el que se ve al presunto acosador.

La política de moderación de contenidos de Twitter ha dado varios vaivenes desde que Musk se hizo con las riendas de la red social. En un primer momento, dijo que crearía un consejo para decidir qué cuentas podían o no podían estar en su Twitter, aunque luego desestimó la idea. También readmitió a Donald Trump, que fue expulsado de la plataforma tras el asalto al Capitolio.

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Sobre la firma

M. G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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