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España cierra la vigilancia de las misteriosas hepatitis en niños sin detectar un incremento de casos

Desde que el Reino Unido dio la alarma en abril, las comunidades han notificado 61 casos y tres fallecimientos, unas cifras que no suponen una anomalía con respecto a otros años

El Hospital Infanta Leonor de Vallecas, en Madrid.
El Hospital Infanta Leonor de Vallecas, en Madrid.Olmo Calvo
Pablo Linde

La alerta por hepatitis de origen desconocido en niños ha sido, en España, una falsa alarma. El Ministerio de Sanidad cerró el 28 de diciembre la vigilancia especial que venía realizando desde que en abril el Reino Unido notificara un aumento de casos y fallecimientos. Las comunidades autónomas no han registrado este crecimiento, según los datos. “En España hasta el momento no se ha encontrado una causa común, ni se ha observado un aumento por encima de lo esperado”, asegura Sanidad en un comunicado.

El ministerio ha recabado datos hasta el 23 de diciembre de 2022, fecha hasta la cual se han investigado 61 casos en 12 comunidades autónomas, 49 de ellos en niños menores de 11 años. Ninguno de estos casos tenía vínculo epidemiológico entre ellos; tres necesitaron un trasplante y dos fallecieron después de este, mientras el tercer trasplantado tuvo una evolución favorable. Otro más murió sin recibir trasplante. Son cifras que no representan una anomalía con respecto a otros años en cuanto a hepatitis graves infantiles de origen desconocido.

Desde que el Reino Unido lanzó una alerta internacional, el 5 de abril, el resto de los países se puso a rastrear casos de forma retrospectiva para comprobar si encontraban un incremento similar. Después de ocho meses, parece que el aumento anómalo se ha circunscrito fundamentalmente a las islas británicas, donde sí se ha confirmado un mayor número de infecciones graves que en otros años. Aunque todavía no está completamente clara la causa de estas hepatitis, la principal hipótesis tiene relación con la infección por adenovirus, que se ha asociado de forma muy significativa a los casos graves en el Reino Unido y ha estado presente en un porcentaje importante de los de otros países.

Precisamente el misterio en torno a sus causas y el hecho de que los países no tuvieran muy claro si se había producido un aumento de casos fue lo que desató la preocupación de las autoridades sanitarias. Se investigaron varios escenarios, sin encontrar una toxina presente en el cuerpo de todos los niños afectados, un virus común a todos ellos (aunque ahora sí en muchos) o una condición genética compartida, además de no estar conectados entre sí en la gran mayoría de ocasiones. En un primer momento, algunos sectores negacionistas incluso intentaron promover la idea de que se trataba de una afección asociada a la vacuna frente a la covid, algo que rápidamente se desmintió, ya que la gran mayoría de los afectados eran menores de cinco años y no la habían recibido. De los casos con datos disponibles, el 86% no estaba vacunado.

Según las estadísticas oficiales, hasta el 22 de noviembre, en la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 22 países habían notificado 572 casos de hepatitis aguda de etiología desconocida: Austria (6), Bélgica (14), Bulgaria (3), Chipre (2), Dinamarca (8), Finlandia (1), Francia (10), Grecia (21), Irlanda (29), Israel (5), Italia (50), Letonia (1), Luxemburgo (1), Países Bajos (16), Noruega (6), Polonia (23), Portugal (28), República de Moldavia (1), Serbia (1), España (54), Suecia (12) y el Reino Unido (280). La gran mayoría de los afectados (75,5%) tienen cinco años o menos y se han notificado un total de siete fallecimientos asociados a la enfermedad.

Estas estadísticas, tanto en España como en el entorno Europeo, han motivado a Sanidad a dar por cerrada la alerta: “A partir de este momento no se realizará más vigilancia rutinaria de estos casos. El estudio de las etiologías asociadas continuará en el ámbito de la investigación”.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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