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El teatro argentino abre casa en Madrid

La prestigiosa compañía Timbre 4, referente de la escena de Buenos Aires, desembarca en la capital española con una escuela dirigida por Claudio Tolcachir

Rocío García
De izquierda a derecha, Gerardo Otero, Claudio Tolcachir y Lautaro Perotti posan la semana pasada para EL PAÍS en la sala Timbre 4 de Buenos Aires.
De izquierda a derecha, Gerardo Otero, Claudio Tolcachir y Lautaro Perotti posan la semana pasada para EL PAÍS en la sala Timbre 4 de Buenos Aires.SOL SCHILLER

En el año 2001, había que tocar al timbre número 4 de una calle del barrio de Boedo, en el sur de Buenos Aires, para acceder a una escuela teatral y también espacio de exhibición de apenas 50 butacas. En realidad era un piso grande y destartalado que antes había sido una fábrica de zapatos y que servía de sede a una compañía que decidió bautizarse precisamente Timbre 4. Allí instaló su vivienda, además, el dramaturgo, director y actor Claudio Tolcachir (Buenos Aires, 46 años), uno de sus fundadores junto al actor y director Lautaro Perotti (Buenos Aires, 47 años). Poco a poco, el proyecto fue creciendo y en unos años se convirtieron en un referente no solo en Argentina, sino en general en el ámbito teatral latinoamericano y también en España. Sobre todo desde que hace 10 años estrenaron en el teatro Español de Madrid La omisión de la familia Coleman, obra de Tolcachir, su presencia y éxito han ido creciendo y hoy ya son dos nombres muy consolidados en el panorama dramatúrgico español.

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Veinte años después, aquel espacio tan especial que vio la luz en Buenos Aires en plena recesión económica abre casa en Madrid. Será en septiembre, en un pequeño local a pie de calle en la calle de Arganzuela, en el barrio de La Latina. De momento, solo como escuela, primera que inaugura este grupo teatral tras la de Buenos Aires, pero con un proyecto de largo aliento, con diferentes talleres dirigidos tanto a actores sin experiencia como a aquellos que se están iniciando en la profesión o a profesionales, y también a adolescentes. “Queremos un espacio cálido y útil de mucho trabajo y disciplina, pero en el que el placer esté siempre presente, un lugar de encuentro de docentes y alumnos que ofrezca seguridad y confianza para salir a trabajar, un aula donde al actor se le ofrezcan las herramientas necesarias para desarrollar su propia individualidad, de manera muy íntima y particular”, celebra por teléfono un entusiasmado Tolcachir, que será el director de la escuela y que se mudará el curso próximo a Madrid, donde ya tiene colegio reservado para sus dos hijos. También impartirán clases Perotti y Gerardo Otero, otro miembro de la compañía.

Entrada a la nueva sede de Timbre 4 en Madrid.
Entrada a la nueva sede de Timbre 4 en Madrid. Andrea Comas

Mientras el Timbre 4 de Buenos Aires crecía y se iban añadiendo más timbres, más butacas (hasta 200 hoy) y las salas de la escuela, multiplicadas con talleres, seminarios y mil proyectos, Tolcachir y Perotti soñaban con un proyecto similar en Madrid. Aman la docencia y los dos han impartido en los últimos años numerosos talleres y seminarios para todo tipo de intérpretes en España. “Queríamos un proyecto docente de largo alcance, más allá de los talleres o seminarios de corta duración, un espacio propio donde armar nuestro quilombo. La escuela es un ámbito de pureza, de libertad, donde los egos se relajan y desaparecen, es un lugar de encuentro y descubrimientos, de comunicación y estímulos, un espacio donde salta el riesgo y uno se coloca en el mejor lugar del mundo”, asegura Tolcachir, para quien el punto central de la docencia está en la creatividad. “Cada actor tiene su propia individualidad, el docente tiene que ayudarle y darle las herramientas necesarias para que encuentre su propio desarrollo único y particular como intérprete”, añade el director, que en la primera semana de octubre estrena en el Piccolo de Milán su obra Tercer cuerpo, con elenco italiano, que también tiene previsto estrenar en España más adelante con actores españoles.

“Más que un salto, lo de Madrid es algo que se ha ido construyendo. Llevamos muchos años aquí y todo se ha ido dando naturalmente”, opina también desde Buenos Aires Perotti, que recuerda cuando llegó a la capital de España por primera vez con La omisión de la familia Coleman, como actor. “¿Cómo no iba a ser Madrid? Yo me sentaba en la plaza de Santa Ana, delante del Teatro Español, y me encontraba en mi casa, rodeado de tanta gente con la que coincidía artísticamente. Siempre ha sido así”, confiesa el actor, que este otoño continuará su gira como director de la obra Rita, con Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta. “Como docente, mi objetivo es romperme la cabeza para ayudar a cada actor y actriz a buscar su propia voz y singularidad”, añade Perotti.

Serán cinco los talleres con los que se inicie Timbre 4 en Madrid, modulados trimestralmente y con trabajos de final de curso. Las clases, entre 15 y 20 alumnos, se impartirán mañana y tarde. El taller de iniciación correrá a cargo de Gerardo Otero; los dos dedicados a estudiantes con distintos niveles de experiencia los impartirá Perotti y el taller para actores profesionales lo dará Claudio Tolcachir. También habrá otro para adolescentes que impartirá Lara Ruiz. Las puertas de la sala madrileña estarán también abiertas a propuestas y proyectos de otros artistas.

Timbre 4 en Madrid no restará un ápice de fuerza al de Buenos Aires. Será un excelente complemento. El sonido de aquel timbre en el barrio Boedo se oirá también ahora en La Latina de Madrid, como un espacio que busca ser un puente internacional entre España, Latinoamérica y Europa. “Buscamos cruzar gente”, confiesa Tolcachir.

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