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LA BRÚJULA EUROPEA
Columna
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Los regalos bajo el árbol de Navidad de Putin

El Kremlin tiene varios Papás Noel: Viktor Orbán, Donald Trump y los republicanos, Xi Jinping, los camioneros polacos y el doble rasero de Occidente

Un calendario con un retrato de Putin en una tienda de regalos en Moscú, el pasado día 7.
Un calendario con un retrato de Putin en una tienda de regalos en Moscú, el pasado día 7.YURI KOCHETKOV (EFE)
Andrea Rizzi

A Vladímir Putin, que ayer anunció su poco sorpresiva candidatura a las elecciones de marzo para seguir en la presidencia, se le van acumulando muchos regalos bajo el árbol de Navidad. Tiene varios Papás Noel: Viktor Orbán, Donald Trump y los republicanos, Xi Jinping, los camioneros polacos y el doble rasero de Occidente, entre otros. Veamos.

Orbán. El primer ministro húngaro ha sido en repetidas ocasiones un obstáculo para que la UE avanzara en su respuesta a la invasión Rusia de Ucrania. Ahora, de cara al importante Consejo Europeo de la semana que viene, Budapest agita su poder de veto ante dos iniciativas fundamentales: la actualización presupuestaria necesaria para garantizar nuevos fondos —50.000 millones de euros entre ayudas y préstamos— a Kiev, y la apertura de negociaciones para la adhesión de Ucrania a la UE. Sin duda, en gran medida es una maniobra para obtener a cambio la liberación de fondos europeos congelados a causa de sus desmanes antidemocráticos. Pero no es solo eso, hay más: una visión estratégica que igual será la que él cree mejor para Hungría, pero se parece mucho a un servicio prestado al Kremlin.

Trump y los republicanos. El partido conservador estadounidense ha tumbado esta semana en el Senado la medida con la que la Administración de Biden busca, entre otras cosas, activar 50.000 millones de dólares de nueva ayuda para Ucrania. Los republicanos han argumentado que para dar el visto bueno la presidencia debe hacer mucho más para frenar la inmigración irregular en EE UU. Más allá de la catadura moral del tener como rehén a Ucrania para una pelea de política interna, en realidad lo ocurrido es una muestra de la creciente reticencia del partido a implicarse en el apoyo a Kiev, en línea con la más general ideología aislacionista de la que Trump es portabandera.

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Xi Jinping. Esta semana se han conocido los datos de comercio entre China y Rusia desde enero hasta noviembre de este año. El total asciende a 218.000 millones de dólares, un 26% más que el año anterior. En el desglose, se ve que las exportaciones chinas a Rusia han crecido un 50%. China está sustituyendo en gran medida los productos occidentales que ya no llegan con fluidez por las sanciones. Oxígeno chino reanima a Rusia.

Camioneros polacos. Desde principios de noviembre, los camioneros polacos mantienen una protesta que está obstaculizando el comercio con Ucrania. Se quejan de que la UE garantiza a los camioneros ucranios un trato de favor que distorsiona la competencia. Por ello, bloquean pasos fronterizos, ralentizando el flujo mercantil. Bruselas no logra solventar el asunto, que va a peor, con agricultores polacos y camioneros húngaros —¡qué casualidad!— sumándose a la protesta.

Doble rasero occidental. Un regalo intangible pero colosal para el Kremlin es la actitud de EE UU y Europa ante el conflicto en Gaza. Aunque la retórica haya ido cambiando con el paso de las semanas, reclamando con mayor contundencia a Israel el respeto del derecho internacional, la total ausencia de hechos concretos y relevantes para presionar al Gobierno de Netanyahu para que se abstenga de infligir el masivo sufrimiento humano que viene causando desde hace dos meses da alas enormes al argumento de que Occidente actúa con un doble rasero. En tromba contra las violaciones del derecho en Ucrania, con sordina en Gaza. Putin gustosamente subraya esta duplicidad ante la mirada de un mundo que, vaya, no tiene dudas acerca de lo que ve.

La UE y EE UU han reaccionado de forma notable a la invasión de Ucrania. Claramente, Putin no se esperaba de ninguna manera algo parecido. Esa reacción ha permitido a Ucrania resistir, y hundido a Rusia en un camino que es un calvario. Pero ahora muchas cosas están yendo claramente mal a este lado del frente. Hay que activarse con contundencia para desactivar a esos Papás Noel y quitar, o reducir el tamaño, de los regalos que se acumulan bajo el árbol de Navidad de Putin. No es demasiado tarde, pero la tarea es compleja y requiere mucho ingenio, mucha concentración, mucha altura de miras, mucha valentía. Ánimo.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).
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