_
_
_
_
_

Las claves de Madrid 360: en qué consiste y en qué ha cambiado el plan contra la contaminación

Ocho preguntas y respuestas sobre el plan anticontaminación municipal tras la entrada en vigor de la prohibición del acceso a todo el término municipal a los conductores sin etiqueta que no estén empadronados

Vista de un cartel de Madrid 360 en la Avenida de Oporto, en Plaza Elíptica de Madrid en febrero de 2022.
Vista de un cartel de Madrid 360 en la Avenida de Oporto, en Plaza Elíptica de Madrid en febrero de 2022.MARISCAL (EFE)
Victoria Torres Benayas

Madrid ha logrado reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) por debajo del máximo fijado por la Unión Europea por segundo año consecutivo en 2023, un éxito que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, achaca a “la innegable efectividad de Madrid 360″. Rodeado de controversia, su plan ha entrado este 1 de enero en una nueva fase tras la prohibición del acceso a todo el término municipal a los conductores sin etiqueta que no estén empadronados. A continuación, ocho preguntas y respuestas sobre el programa:

¿Qué es Madrid 360?

Es la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental de la actual corporación municipal para luchar contra la contaminación. Su finalidad es reducir todas las fuentes de emisiones de gases contaminantes y su cara más visible es Distrito Central, las limitaciones al tráfico en la almendra central, pero incluye múltiples medidas entre las que el Ayuntamiento cita mejoras en el transporte público ―como la creación de 11 líneas de autobús, entre ellas las Líneas Cero que unen gratis Atocha y Moncloa―, la ampliación del SER con 27.067 nuevas plazas, la llegada de Bicimad a todos los distritos y ayudas de 33,8 millones a la renovación de vehículos y de 33,3 a calderas.

¿Y qué pasó con Madrid Central?

Madrid 360 fue lanzado por Almeida en septiembre de 2019 en sustitución del plan A de calidad del aire de Manuela Carmena. Su cara más visible, Madrid Central, suponía crear un área de tráfico restringido a la que solo podían acceder residentes y vehículos con etiqueta B o C si se los aparcaba en un parking, además de repartidores y transporte público. A los coches sin etiqueta, los más contaminantes, se les prohibió el paso, salvo que fueran de residentes.

La nueva ordenanza, aprobada el 13 de septiembre de 2021, entró en vigor el 22 de ese mes entre la confusión de los madrileños y supuso un gasto de 185.000 euros en cambiar los carteles. El área acotada siguió siendo la misma, salvo que se la llama Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección Distrito Centro, pero se relajaron las restricciones: los coches C —de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014— que lleven dos ocupantes o más sí que pueden transitar al ser “vehículos de alta ocupación”. Además, los 15.000 comerciantes del perímetro tienen los mismos derechos de acceso que los vecinos y se permite a las motos estar una hora más. Más Madrid calcula que el nuevo plan permite entrar a 50.000 coches más que Madrid Central.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A Distrito Centro se sumó otra zona de bajas emisiones, Plaza Elíptica, en diciembre de 2021, que no pueden cruzar coches sin etiqueta —diésel de antes de 2006 o gasolina previos a 2000—, mientras que los B y C, Cero y ECO pueden circular y estacionar sin limitaciones.

¿Qué cambios sufrió el plan este 1 de enero?

Con el comienzo del año, entró en vigor una nueva restricción en todo el término municipal: la prohibición del acceso y la circulación a los turismos sin etiqueta que no estén empadronados en Madrid antes del 1 de enero de 2022 o que no abonen el Impuesto de Vehículos. Estos turismos no podían circular por la M-30 ni entrar en la almendra central desde el 1 de enero 2023. La medida no afecta a vehículos de mercancías o motocicletas sin etiqueta.

De momento, los infractores captados por las cámaras recibirán un aviso de sanción sin coste. En la M-30 y su interior, el periodo de aviso acaba el 14 de enero, día a partir del cual cualquier vehículo cazado será sancionado. Fuera de la M-30, el periodo de aviso es mayor, de seis meses, hasta el 30 de junio. No obstante, el infractor podrá ser sancionado durante el periodo de aviso si es detenido por un agente. El siguiente paso será el 1 de enero de 2025, cuando los empadronados y domiciliados sin etiqueta tampoco podrán acceder a la ciudad.

Multas y cuantía. ¿Dónde y cómo recurrir?

El acceso no permitido al término municipal supone una infracción grave, que lleva aparejada una multa de 200 euros (100 por pronto pago) pero no pérdida de puntos. La multa es la misma en Distrito Centro y Plaza Elíptica, donde hasta marzo de 2022 era de 90 euros (45 euros por pronto pago).

Si no se está conforme con la sanción, se puede recurrir ―on line o presencialmente con cita previa a través del 010 en la oficina de información y multas de circulación― dentro de un mes, que empieza a correr al día siguiente de su notificación. Si el Ayuntamiento no contesta es que lo ha desestimado y habrá que acudir a la vía contencioso-administrativa.

¿Cómo conseguir la etiqueta ambiental en el menor tiempo y más barata?

Lo primero es conocer la categoría ambiental del vehículo en la DGT. Una vez comprobado si tiene derecho o no a un distintivo y cuál le corresponde ―hay cuatro en función de su impacto medioambiental―, la etiqueta se puede comprar en muchos sitios con el permiso de circulación del vehículo y el DNI del titular o autorizado, pero su precio y rapidez varía.

Lo mejor es acudir a una oficina de Correos, ya que se recibe en el momento por cinco euros. Si se tramita aquí pero online, tarda de dos a tres días y cuesta 6,3 si se recoge en oficina o 7,99 si lo envían a casa. También se puede adquirir presencialmente en talleres autorizados ―5 euros y en el momento―, y on line en Ideauto ―6,5―, la propia DGT ―7,4― y distribuidores como Pegatinas DGT ―6,5― o Amazon ―9,99―.

¿Qué controversia ha generado?

“Con Almeida, Madrid Central se acaba el 26 de mayo [de 2019]” es probablemente la promesa electoral más incumplida de la capital, ya que el plan no ha desaparecido, solo ha cambiado de nombre. La razón es, sencillamente, que no se puede. Para empezar, la directiva de la UE es de obligado cumplimiento ―el Tribunal de Justicia europeo llegó a condenar a España por la polución de Madrid y Barcelona en diciembre de 2022 aunque no llegó a ser sancionada―, y para seguir, la Justicia no lo permitió.

En el verano de 2019, Almeida suspendió las multas de Madrid Central, pero en apenas cinco días un juez anuló su decisión. Después, la campaña contra el proyecto volvió en contra del alcalde y en febrero de 2021 se le acumulaban seis sentencias que, en parte, invalidaban el plan. El Gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos trabajaba en una alternativa cuando todo se precipitó el 11 de mayo de 2021. El Tribunal Supremo dejó en el aire Madrid Central al dar por buenos los argumentos del Grupo Municipal Popular, que defendía que no se había tramitado correctamente. Tras esta sentencia, el Ayuntamiento apresuró en preparar su Madrid Central entre tiras y aflojas de PP y Ciudadanos.

¿Ha servido de algo?

Sí. En su primer año, 2019, Madrid Central redujo la contaminación un 20% en el área de vigencia y bajadas significativas en otras zonas. Tras ese punto de inflexión, Madrid cumplió por primera vez con los máximos permitidos de NO₂ en 2022 y, de forma consecutiva y con algo más de margen, lo volvió a hacer en 2023. “Madrid 360 ha permitido conciliar la sostenibilidad ambiental con la económica y, sobre todo, con la social”, celebra Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente, en declaraciones a este diario. Ecologistas en Acción aplaude la reducción del NO₂, pero recuerda que las cifras de otros gases contaminantes con umbrales legislados, como el ozono troposférico, “son los peores desde 2015″.

¿Se hace algo parecido en otras ciudades de España?

A Madrid le siguió Barcelona, que creó la segunda zona de restricciones del país en 2020. Esta veta el acceso a los coches sin etiqueta y ha conseguido que la ciudad cumpliera la directiva en 2023. Además, todos los municipios de más de 50.000 habitantes, 151, tenían la obligación de tener al menos una zona de bajas emisiones antes de 2023. En septiembre, 120 urbes estaban en trámite y 18 no los habían iniciado, entre ellos Tres Cantos, Aranjuez, Coslada y Arganda del Rey. En la UE, Londres restringió el tráfico en el centro en 2003 y en Alemania 50 urbes que hacen lo mismo, con Berlín desde 2008.

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_