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Trias se encomienda a la sociovergencia para que no se le escape la alcaldía de Barcelona

El candidato de Junts, de 76 años, se reivindica como el triunfador de la jornada electoral: “Dije que me presentaba para ganar y seré alcalde”

Marc Rovira
Xavier Trias recibe la felicitación de la presidenta de Junts, Laura Borràs.
Xavier Trias recibe la felicitación de la presidenta de Junts, Laura Borràs.Albert Garcia

Xavier Trias ha dado el golpe en Barcelona. El candidato de Junts ha logrado ganar las elecciones en la capital catalana, sacando un edil de distancia sobre el PSC de Jaume Collboni, y dos más que la candidatura de Ada Colau. El efecto Trias ha disparado los resultados de la formación neoconvergente, saltando de cinco concejales a 11. “¡Quién se lo iba a imaginar!”, manifestó al filo de las once de la noche. “Ya dije que me presentaba para ganar las elecciones y para ser alcalde, y seré alcalde de Barcelona”, una primera reacción que fue celebrada con gritos de entusiasmo de los seguidores que habían acudido al Hotel Catalonia, en pleno centro de la ciudad, lugar escogido para pasar la velada electoral.

Pese al triunfo, Trias admite que que no lo va a tener fácil para gobernar. La posibilidad que Ada Colau devuelva a Jaume Collboni el apoyo que el socialista le brindó en 2019 supone un quebradero de cabeza para que Trias atrape la vara de alcalde. “Hemos ganado bien”, repetía este domingo por la noche el vencedor, marcando músculo y tratando de reivindicar su derecho a comandar las negociaciones poselectorales.

“Tenemos que ser capaces de entendernos”, valoró Trias. “Vamos a tener que gobernar con otros”, advirtió el alcaldable, en su discurso ante la militancia. Sus palabras fueron jaleadas, por momentos, con cánticos de “Independencia”, a los que él no se sumó. Trias evidenció que tendrá que hacer un complicado encaje de bolillos. Su lista integra nombres de Junts, pero también del PDeCAT y de formaciones menores como Demòcrates y Moviment d’Esquerres. De saque, tendrá que moverse rápido para buscar alianzas que lo avalen en un pleno de investidura y, a la vez, tiene que driblar las reticencias que pueda despertar entre los suyos un posible pacto con el PSC. A su favor, que a estas alturas no tiene nada que perder. Si quiere gobernar sin los aprietos que da la minoría tendrá que seducir a Jaume Collboni, descartada de entrada la posibilidad de llegar a ningún acuerdo con Colau.

Trias centró su campaña en presentarse como la herramienta antiColau. Priorizó el rechazo a la alcaldesa, calificando su gestión de “fracaso”, por delante de desplegar un programa con un proyecto claro de ciudad. Repitió que no tendría ningún inconveniente en hacer alcalde a Jaume Collboni o a Ernest Maragall, en el caso que ellos ganaran las elecciones. Les pidió un compromiso idéntico, pero ni el uno ni el otro recogieron el guante.”A ver como somos capaces de colaborar”, dijo durante el festejo de la victoria. “Nos queda mucho trabajo por hacer”, abundó.

“La gente de Junts tenemos muchos motivos para la alegría”, celebró Jordi Turull, secretario general del partido. “Dijimos que en Barcelona no presentábamos un candidato, sino que presentábamos un alcalde”, siguió Laura Borràs, presidenta de la formación. “Barcelona quería un cambio y este cambio se llama Xavier Trias”, vitoreó Borràs, que tiene una condena a cuatro años y medio de cárcel por trocear contratos públicos para beneficiar a un conocido suyo. Borràs recuperó el alegato de “unidad” del independentismo, pese a que en Junts es motivo de jolgorio haber adelantado a Esquerra en resultados.

Pero, hubo abrazos y palos. La derrota de Gemma Geis en Girona abre una profunda herida. Era la única capital de provincia controlada por Junts y fue la cuna de Carles Puigdemont. En Vic, sin Anna Erra en los carteles, el partido ha aguantado el golpe, pero a costa de perder la mayoría. Peor resultado sale en Manresa, otra pieza clave de la Cataluña central. Desde la dirección del partido se señala que allí el partido ha salido penalizado por no concurrir en alianza con el PDeCAT. Una alianza que sí ha funcionado en Figueres, Tortosa, Igualada, pero que tampoco ha servido para ganar Reus, caída del lado del PSC.

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Junts se reivindica en su tradicional fortín de Sant Cugat del Vallès, tras tener que claudicar en 2019 ante un tripartito de ERC, PSC y la CUP, pero se queda sin representación en Badalona y saca un pésimo resultado en Tarragona. La noche electoral suponía una prueba de fuego para Junts per Catalunya. Y se saldó con un chispazo en Barcelona, pero con algunas quemaduras en otros consistorios.


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