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Rosa García, 47 años en Bimbo (Alicante): “Queremos que la empresa tenga un poco de corazón y no nos venda”

Los trabajadores de la fábrica de El Verger, que la empresa quiere clausurar, arrancan esta semana siete días de huelga en espera de evitar el cierre o de una oferta digna

Trabajadores de la fábrica de Bimbo en El Verger convocan una huelga de 24 horas el lunes y martes.
Trabajadores de la fábrica de Bimbo en El Verger convocan una huelga de 24 horas el lunes y martes.Europa Press
Rafa Burgos

Rosa García lleva 47 años inclinada sobre la línea de producción de la fábrica de Bimbo en El Verger (Alicante, 5.101 habitantes). Empezó con 14 años dando salida a los productos que le iban indicando desde la dirección de lo que entonces era Magdalenas Ortiz. “Íbamos unos cuantos días a la fábrica de Dénia y el resto, aquí”, recuerda. Ahora, con la jubilación a la vuelta de la esquina, es una de las integrantes de una plantilla de 96 personas que está al borde del despido por el cierre irrevocable, según la dirección, de la factoría. “Aquí estábamos bien, trabajamos hasta sábados y domingos, cobrábamos bien e íbamos tirando”, declara por teléfono desde la puerta del que ha sido su puesto de trabajo, donde los trabajadores siguen la huelga de siete días convocada por el comité de empresa. “Lo que queremos es que esto se arregle, que tengamos trabajo”, continúa Rosa, “y que la empresa tenga un poco de corazón y no nos venda”.

La convocatoria de huelga ha tenido un seguimiento del 100%, asegura el presidente del comité, José García. El paro se reparte entre dos días esta semana, otros dos la semana que viene y tres más a mediados de febrero. Con esta medida, la plantilla confía en que “nos den una salida que minimice el agravio”, afirma García. “Somos realistas, sabemos que paralizar el cierre será difícil”, comenta, “pero esperamos una oferta digna de recibir una contraoferta por nuestra parte”. De momento, la empresa, en dos reuniones celebradas a lo largo de este mes, ha planteado “15 puestos de trabajo en la fábrica de Paterna (València), que está a 108 kilómetros de aquí y exigiría un cambio de domicilio”, detalla el delegado sindical, “otros 15 en Puente Genil (Córdoba) y 30 más en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona)”. “También han ofrecido planes de renta para 10 trabajadores mayores de 55 años y unas salidas incentivadas por despido objetivo” que, en el segundo encuentro con la patronal, alcanzaron “una indemnización de 25 días por año trabajado”, con una anualidad como tope.

Bimbo argumentó que la ampliación de la factoría barcelonesa les permitía albergar la línea de producción de El Verger, que saca cada día 15 toneladas de unos aperitivos llamados Takis y 2.500 kilos de Pan Tostado Ortiz, con un coste más reducido. Los trabajadores, en cambio, no ven “motivos para cerrar”. “Esta fábrica da beneficios y hacemos un producto exclusivo”, los Takis, “sin competencia ni marca blanca”. Por tanto, sin pérdidas, “tampoco ha lugar un despido objetivo”, sostiene García. Bajar definitivamente la cancela de la sede de El Verger sería “un desastre” no solo para la plantilla, formada en un 60% por mujeres, “gente con hipotecas y niños pequeños que se vería abocada al sector turístico y de servicios, porque en esta comarca”, la Marina Alta, al norte de Alicante, “casi no hay industria”. Tanto el pueblo como los de alrededor también se resentirían, vaticina el presidente del comité de empresa, representante del sindicato CC OO.

Trabajadores de la planta de Bimbo en El Verger protestan ante el cierre de la planta. Foto cedida por los empleados
Trabajadores de la planta de Bimbo en El Verger protestan ante el cierre de la planta. Foto cedida por los empleados

El anuncio del cierre lo dieron “directivos de Madrid” el pasado 10 de enero. “Nos sentimos engañados”, lamenta García, “porque en una reunión el 22 de diciembre nos transmitieron absoluta tranquilidad”. Desde entonces, la plantilla convocó una manifestación el pasado sábado, “a la que asistieron miles de personas”, y pasa los días de huelga “cumpliendo con los turnos laborales de ocho horas normales, pero fuera de las instalaciones”, alrededor de una hoguera y con un hilo musical improvisado que suena permanentemente. Pese a la repercusión alcanzada, hasta ahora solo han recibido apoyo institucional “del Ayuntamiento de El Verger, con el alcalde”, Basili Salort (Compromís), “implicado personalmente”. Los consistorios de Dénia y Pego también han mostrado su solidaridad. “Nadie más”, sentencia García.

Si se cumplen las previsiones de Bimbo, acabaría la historia de una fábrica que arrancó los motores en Dénia, como obrador de pan, y que llegó a contar con “más de 600 empleados” en su sede de El Verger. El delegado sindical traza a grandes rasgos la historia de la factoría. “Después de que cerrara Magdalenas Ortiz, la fábrica la compró en 1973 United Biscuits, una firma de Reino Unido, que se declaró en quiebra y ya intentó cerrar”. En aquel momento, la Generalitat sí apoyó económicamente la continuidad de la firma, que cayó en manos de cuatro directivos. En 1997, la sede alicantina fue adquirida por Nutrexpa. Tras un par de cambios de titularidad más, en 2013 fue la central mexicana de Bimbo la que la adquirió para su división española, según la cronografía que maneja García.

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