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Los hoteleros de Barcelona estudian utilizar una desaladora de agua para rellenar las piscinas

El Gremio analiza la viabilidad de alquilar una desalinizadora que se ubicaría junto al mar y transportaría el agua con cubas

Sequía en Barcelona
Piscina del hotel The Social Hub, en el barrio del Poblenou de Barcelona, en verano pasado.Kike Rincón
Clara Blanchar

El Gremio de Hoteles de Barcelona estudia utilizar una desaladora para llenar (o más bien rellenar) las piscinas este verano. Los casi 460 hoteles de la ciudad tienen entre 150 y 180 piscinas y la actual fase de Emergencia por sequía prohíbe llenarlas. Hace dos semanas, en una nueva flexibilización de las restricciones más duras impuestas por la Generalitat, el Govern anunció modificaciones en el plan de sequía para permitir que el sector turístico pueda utilizar desalinizadoras para sus necesidades, entre las que figura el llenado de piscinas. Los primeros en plantear públicamente la cuestión fueron establecimientos de la Costa Brava y la Costa Dorada cuyos negocios en verano dependen en buena parte de estas instalaciones que permiten a sus clientes refrescarse. La Agencia Catalana del Agua (ACA) recuerda que, “en todos los casos, para utilizar desalinizadoras es necesario que las empresas o Ayuntamientos presenten proyectos y analizar si es viable”.

El director general del Gremio de Hoteles, Manel Casals, explica que se han valorado distintas alternativas y que, tras descartar varias, la que está más avanzada es alquilar una desalinizadora cerca del mar, pero que la ubicación no está decidida y han consultado al Ayuntamiento posibles espacios. “Dependerá del punto de captación del agua”, apunta Casals, sobre una máquina del tamaño de un contenedor grande de obra que tiene un depósito adjunto donde se vierte el agua ya sin sal. Lo que es seguro, precisa Casals, es que en ningún caso veremos máquinas junto a los hoteles de la ciudad. También que el coste lo cubrirá íntegramente el Gremio o los hoteles que la usen. Y que, si producen más agua de la que necesitan, la cederán al Ayuntamiento. Lo más probable es que el transporte del agua hasta los hoteles se realice con camiones-cuba.

Pero sigue habiendo incógnitas, como la cantidad de agua necesaria. “Estamos evaluando la capacidad que necesitamos para no quedarnos cortos”, explica Casals. Barajan una horquilla de producción muy amplia: entre 300 y mil metros cúbicos al día. “Vamos a contrarreloj”, admite el director general del gremio. Entre las opciones descartadas figura la de utilizar agua sobrante de empresas que ya utilizan desaladoras en su actividad habitual.

El Ayuntamiento está “acompañando” al sector, añaden fuentes municipales. “En contexto de sequía estamos pidiendo al sector que haga un esfuerzo y lo están haciendo”, celebra el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, de quien depende también la cartera de turismo. El consistorio señala también que todavía hay cuestiones técnicas por resolver, pero confirma que el coste lo asumirán los establecimientos y que habrá un retorno en agua a la ciudad, todavía no concretado.

9% del consumo de la ciudad

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El Gremio de Hoteles asegura que “ha hecho los deberes” y presume de que los establecimientos de la ciudad han reducido un 40% su consumo de agua en los últimos siete años. Con todo los hoteles han sido objeto de críticas por el gasto, que es mayor en proporción a la categoría, por la presencia de más bañeras o piscinas y más amplias. El gremio publicó recientemente un informe que rebajaba los consumos que en 2016 había calculado la agencia de desarrollo urbano Barcelona Regional. Los consumos, según el informe del gremio analizando 57 hoteles, oscilan entre 242 litros diarios por persona que pernocta en un hotel de cinco estrellas y los 110 de uno de una estrella. La media del consumo doméstico diario por habitante en Barcelona es de 106 litros. En el mismo estudio, los hoteleros aseguran que el consumo total de agua del sector ha caído desde un 12% en 2016 a un 9% en 2022.

Entre otras medidas que recuerdan que han tomado para ahorrar agua (tanto la que gastan los clientes como los empleados) figuran dispositivos que reducen el consumo en grifos, duchas y cisternas, la reducción de presión en las duchas, grifos automáticos que se cierran cuando no se utilizan, o pedir a los clientes que reutilicen toallas o sábanas.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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