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Una testigo clave revela cómo actuaba Laura Borràs: “Estaba claro que los trabajos los hacía Isaías”

Una alta funcionaria de la Generalitat declara ante el tribunal que la actual presidenta de Junts desatendió reiteradas advertencias sobre el abuso de los encargos a dedo en la Institució de les Lletres Catalanes

Laura Borràs profesora
Laura Borràs, accediendo al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), durante una de las sesiones de su juicio por corrupción.Albert Garcia
Marc Rovira

El juicio para aclarar irregularidades en el sistema de contratación de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) estrecha el cerco sobre quien fue su directora: la líder de Junts y presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs. Una alta funcionaria del departamento de Cultura ha prestado declaración este miércoles y ha desvelado las maniobras que, supuestamente, realizaba Borràs para adjudicar a dedo contratos y beneficiar a un informático amigo suyo, Isaías Herrero, también acusado en el juicio. “Estaba claro que todos los trabajos los hacía Isaías”, ha declarado la empleada pública, que se encargó de la gestión administrativa de la institución entre 2011 y 2016, y estuvo a las órdenes de Borràs. Pese a que el departamento de Cultura de la Generalitat daba instrucciones precisas acerca de cómo debían hacerse las contrataciones de trabajos de cuantía menor, de hasta 18.000 euros, y pedía escoger entre un mínimo de tres presupuestos, la mayoría de encargos sobre mantenimiento informático recaían en Isaías Herrero. “Me sorprendía a mí y a toda la gente del ILC”, ha asegurado la funcionaria ante el tribunal.

Cuando hizo falta desarrollar el portal del ILC, Isaías Herrero también fue el elegido. “Me extrañó que no lo hicieran los informáticos del departamento de Cultura”. Según la versión de la testigo, Borràs tenía manga ancha para hacer las adjudicaciones y presentó al informático como la persona que asumiría el encargo. “No me gustaba lo que estaba pasando”, ha declarado la funcionaria, quien ejercía funciones de administradora. En una contundente declaración que se ha alargado más de una hora, la trabajadora ha señalado que comentó sus recelos con el jefe de contratación del departamento de Cultura y con al menos dos interventoras. “Las irregularidades que se hacían en el ILC no me gustaban y no quería que se perpetuaran”, ha dicho. Las suspicacias se centraban en la manera en que la directora, Borràs, planteaba los encargos, y en su afición por dividir pagos que aparentemente formaban parte de un mismo proyecto.

Borràs comandó la Institució de les Lletres Catalanes entre 2013 y 2018 y su gestión despertó suspicacias desde bien pronto. “En 2013, cuando vi que el tema del portal web era un tema de envergadura y se hablaba de un presupuesto, le hice ver que tal vez debería ser un contrato negociado, pero ella me hizo ver que eran proyectos diferentes, no un solo proyecto”, ha declarado la jefa de administración. La presidenta de Junts per Catalunya afronta una petición fiscal de seis años de cárcel y 21 de inhabilitación por trocear supuestamente el proyecto de la web del ILC para adjudicarlo a dedo, en 18 contratos menores por un valor global de 335.700 euros.

Gestos de disconformidad

Durante la quinta sesión de su juicio por corrupción, Laura Borràs se ha enfrentado al relato de quienes estuvieron a sus órdenes en el ILC. Desde el banquillo de los acusados, la líder independentista ha reaccionado con visibles gestos de disconformidad a algunas de las revelaciones y se ha girado en repetidas ocasiones para hacer comentarios a sus abogados, Gonzalo Boye e Isabel Elbal, y pasarles notas.

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La funcionaria responsable de la administración del ILC ha denunciado ante los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) las maniobras de la presidenta suspendida del Parlament y ha detallado que, cuando estuvo a sus órdenes, se tuvo que tomar una baja médica durante casi un año. Según ha revelado, antes de ausentarse trató de enmendar el proceder de Borràs. “Cuando vi de qué iba todo, le dije que hacía falta hacer un contrato negociado para hacerlo de acuerdo con el marco legal vigente y cumplir con la libre concurrencia y la publicidad”.

También ha prestado declaración este miércoles otro funcionario que trabajó junto a la jefa de administración y que desempeñó algunas de sus funciones cuando ella se tomó la baja. A preguntas de la Fiscalía, este trabajador ha explicado que estuvo en una reunión donde la interventora advirtió a Laura Borràs de que “no era recomendable” el abuso que hacía de los contratos menores y la invitó a que “hiciera una reflexión” para adoptar la fórmula del contrato negociado. El testigo ha declarado que Borràs replicó que no estaba de acuerdo con las apreciaciones de la interventora.

Luego, cuando Borràs ya había sido relevada como directora del ILC, este trabajador vivió una situación “surrealista”. Ha contado que la exdirectora convocó una reunión con varios empleados de la institución y les presentó a dos personas de su confianza que podían encargarse de las tareas informáticas que hicieran falta.

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