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El gas natural licuado impulsa el tráfico del puerto de Barcelona, que disparó su beneficio un 66%

El presidente de la entidad portuaria avisa de que el impuesto sobre emisiones de grandes barcos que prepara la Generalitat puede llevar a la “deslocalización” de las escalas de los cruceros

Josep Catà Figuls
Lluis Salvado
El presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, en una intervención reciente.Kike Rincón (Europa Press)

El puerto de Barcelona logró el año pasado mantenerse ajeno a las disrupciones de las cadenas de suministro y a las congestiones que sufrieron otros puertos del mundo y cosechó cifras máximas tanto en tráfico de mercancías como volumen de negocio. La entidad, dependiente de Puertos del Estado, cerró 2022 con un beneficio de 62 millones de euros, un 66% más que el año anterior, y obtuvo una cifra de negocio de 181 millones de euros, un 20% más. En cuanto a tráfico, el puerto logró un récord de 70,8 millones de toneladas, un 6,9% más, un aumento que se explica en parte gracias al incremento del 34,5% del tráfico de gas natural licuado (GNL).

Barcelona cuenta con una de las plantas de regasificación de GNL más importantes de Europa, lo que la ha convertido en estratégica tras la guerra de Rusia en Ucrania y la decisión de los países europeos de alejarse del gas ruso y buscar alternativas energéticas. El puerto también ha recuperado parte de los pasajeros de cruceros tras la pandemia, aunque todavía está lejos de la cifra de 2019. Con todo, el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria, Lluís Salvadó, ha reiterado que la de los cruceros es una actividad estratégica, y ha lamentado que el impuesto que prepara la Generalitat sobre las emisiones de grandes buques, “tal y como está ahora sobre la mesa”, puede llevar a las compañías a elegir otros puertos para hacer escala.

“Los resultados de 2022 son buenos, aunque hemos tenido que convivir con un contexto convulso de crisis internacional, unos factores que no han facilitado la recuperación tras el covid en los términos que eran previsibles”, ha dicho el presidente de la institución en la rueda de prensa. La cifra de negocio, de 181 millones, supera la de 2019, que con 179 había marcado ya un récord. La subdirectora general, Míriam Alaminos, ha destacado que este importe viene parcialmente corregido por el Plan de Recuperación, un mecanismo iniciado en 2021 para hacer frente al impacto de la covid-19 y que movilizó el año pasado 25 millones. El plan ya no estará en vigor en 2023. La cifra de negocios también se explica por los ingresos por utilización de las instalaciones, las tasas que pagan los buques (83 millones), y por otro lado, los ingresos por concesiones (76 millones). Alaminos ha señalado que la entidad está en una situación muy buena en el plano financiero, ya que cuenta con un flujo de caja de 101 millones de euros, y un saldo de tesorería de 231 millones, y el año pasado logró reducir la deuda bancaria en 18 millones, situándola en 124 millones (un 14% menos que el año anterior).

El director general del puerto, José Alberto Carbonell, ha explicado que el tráfico de mercancías también ha tenido un muy buen comportamiento, con un incremento total del 6,9%. Ha destacado el incremento de las exportaciones de potasas (gracias a la mayor producción en la mina de Súria de la compañía ICL), y el aumento de las importaciones de hidrocarburos, especialmente por el impulso del GNL. El gas licuado llega, en un 29%, de EE UU, mientras que el que proviene de Qatar representa un 23%, y en tercer lugar se sitúa Nigeria, con un 18%. A partir de su llegada y regasificación, este se distribuye a Europa. Por el lado contrario, Carbonell ha explicado que se han reducido las importaciones de soja y las exportaciones de cemento y clínquer un 11%, por la subida de los derechos de CO2 y por los precios de la energía, que hacen menos competitivas las plantas de cemento de Cataluña.

En cuanto a pasajeros, destaca la cifra de los ferrys, de 1,6 millones de personas, gracias sobre todo a la conexión con Baleares. El tráfico de cruceristas alcanzó en 2022 los 2,3 millones de pasajeros, lo que implica un gran aumento con respecto a la casi nula actividad de 2021, pero todavía lejos de las cifras de 2019, cuando pasaron por Barcelona 3,1 millones de cruceristas. Salvadó ha admitido que en la ciudad hay puntos de vista “diversos” sobre la actividad de los cruceros, pero ha afirmado que su voluntad es escucharlos todos e integrarlas. “Para el puerto los cruceros son muy importantes, pero también lo es la opinión de la ciudadanía”, ha dicho el presidente.

La Autoridad Portuaria tiene previstas unas inversiones de 300 millones de euros, que financiará con recursos propios y que corresponderán a infraestructuras que se ejecutarán o se licitarán este año. 200 millones se destinarán a actualizar el puerto en distintos puntos y 45 millones servirán para proyectos de electrificación.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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