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Polémica en Tordesillas por la retirada de unas luces navideñas con una silueta del pecho de un hada

El Ayuntamiento de la localidad vallisoletana, gobernado por el PP con mayoría absoluta, quita unos adornos por considerarlos improcedentes: “No son representativas de las fiestas de la Navidad“

Luces de Navidad Tordesillas
Luces de Navidad en las principales calles de Tordesillas.Emilio Fraile
Juan Navarro

A María le han hecho la puñeta. A ella le encantan las mariposas, de hecho cuando firma añade un dibujito del animalito, y estaba encantada con la colocación de unos adornos navideños en Tordesillas (Valladolid, 8.600 habitantes) con forma del colorido insecto. A su lado, la silueta de perfil de un hada. Su ilusión navideña la ha desmontado el Ayuntamiento gobernado por mayoría absoluta del PP tras quejas por considerar impertinente esa imagen, simplemente porque el perfil de este espíritu del bosque, sentado sobre unas flores, mostraba el pecho de este ser fabuloso. “Hay gente con mucha imaginación, se están pasando de la raya en todo”, refunfuña la mujer. Pasear por el pueblo ofrece un ramillete de indignación y estupefacción ante este ejercicio de censura sobre una pizpireta criatura inocente, o no tan inocente para alguno.

Los tendidos con bombillas se cruzan entre las calles de Tordesillas y alumbran entre la niebla castellana. Los adornos de la discordia han sido retirados de la avenida de Valladolid y de la avenida de León y en su lugar se han colocado un rostro también femenino y unos copos de nieve. EL PAÍS ha contactado por vía telefónica y mensajería con el alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira (PP), pero no ha obtenido respuesta para conocer los detalles. Oliveira aseguró en El Norte de Castilla que la medida respondía a disconformidad con las luces colocadas. “Desde el Ayuntamiento de Tordesillas se contrataron las luces con motivos navideños, como hacemos cada año. Al montarlas, comunicamos a la empresa que este año no estábamos conformes y solicitamos el cambio”, indicó, y añadió que “han instalado arcos con motivos navideños, como habíamos solicitado. Hemos entendido que las mariposas y las hadas no son representativas de las fiestas de la Navidad“. Según él, los vecinos le han agradecido el movimiento “sobre todo por los niños que pasan a diario por esta zona”.

La actuación se ha propagado por la localidad mediante el boca a boca moderno: el grupo de Facebook Tordesillas comenta. Vaya si Tordesillas comenta. Los que menos abordan la polémica afirman que ni se habían fijado, que paseaban por las calles sin reparar en presuntas hadas pecaminosas o seres fabulosos impropios de estas fechas de regocijo familiar. Tres chavales de entre 14 y 15 años, de nombre Víctor Rodríguez, Diego Martín y Héctor Bastida, reconocen que el tema ha salido en los mentideros del instituto. “No es provocativo, estábamos todos de acuerdo en que era un gesto muy innecesario, está la gente muy sensible”, protestan los adolescentes, uno de los cuales ni siquiera se había fijado en ese adorno sorprendentemente ofensivo.

La panadería de María del Soto, de 34 años, se convierte en un refugio térmico en la tundra cubierta por la niebla. Ella, entre barras de pan y apetecibles dulces, recurre a lecciones elementales de anatomía humana contra quienes se escandalizaron por el pecho del hada: “Todos tenemos dos pezones”. “¡Pero si es una luz!”, insiste, sorprendida. La mujer tampoco se había fijado en tal agravio y hace un diagnóstico social sobre los motivos que inducen a quejarse por tal imagen: “¡La gente está tonta! Lo peor es que encima les hagan caso”. Muchos caminantes coinciden en la libertad ineludible de cada quien para criticar aquello que no les guste, aunque suene disparatado, pero reniegan de que un Ayuntamiento atienda semejantes peticiones.

Unos hombres que avanzan por la calle principal responden con un exabrupto chabacano cuando se les consulta por el tema, pero más razonable se muestra Vanesa Jiménez, de 43 años, cuyos dos hijos miran entusiasmados el escaparate de una librería. “¿Cómo me voy a quedar? Un pecho no es para tanto”, exclama la mujer, quien recuerda que en las playas no se arma tanto revuelo con los bustos femeninos. La cuestión une a generaciones dispares como las de Cati Fradejas, de 57 años, y Laura Martínez, de 26, juntas por el centro de Tordesillas: “La gente le está cogiendo gustillo a esto de quejarse, tienen demasiada imaginación”.

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El argumento consistorial para justificar la retirada de las hadas y las mariposas por esa supuesta falta de correlación con las fechas navideñas, en cambio, no se ha aplicado en otras luces colgadas. Una de las vías cercanas a las avenidas implicadas cuentan con iluminaciones con forma de antifaces o de señores con bombín y bigote, aún titilantes en la noche tordesillana. Nada de renos, papás noeles y ningún centelleante Niño Jesús, más habituales en esta época. Tampoco se ha aplicado ese rigor en los altavoces de la plaza Mayor, donde el conjunto asoportalado cuenta con las tradicionales luces parpadeantes y un enorme árbol iluminado entre altavoces que canturrean una extraña mezcla entre villancicos tradicionales y el último grito de los boleros y la salsa.

Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.
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