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Barcelona, la batalla crucial de las elecciones municipales del 28-M

Sánchez busca un triunfo en mayo en la capital catalana para presentarlo como aval a su política sobre Cataluña. El PP asume su desgaste en Madrid y plantea la batalla en clave nacional

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se abraza a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en un acto de Sumar celebrado este mes en la ciudad condal.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se abraza a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en un acto de Sumar celebrado este mes en la ciudad condal.Quique García (EFE)
El País

El gran año electoral ya está en marcha y apuntando a la primera estación de paso, los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo. Ese día se elegirán 12 parlamentos regionales y los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, así como las corporaciones de 8.131 municipios, cada uno con sus peculiaridades y dinámicas propias. Lo que suceda el 28-M no tiene por qué prefigurar necesariamente el desenlace de las generales previstas para diciembre, pero deparará una montaña de lecturas políticas. Y en el plano municipal una batalla acapara el interés del Gobierno y será pasto de todos los análisis: Barcelona.

Madrid se antoja un objetivo difícilmente alcanzable para el PSOE, que ahora es cuarta fuerza en la capital. Tampoco aparece como objetivo fácil Valencia, donde Compromís comanda el Ayuntamiento y el espacio de la izquierda. En Sevilla el mayor logro de los socialistas sería mantener la alcaldía y resistir al empuje del PP andaluz. En Barcelona, en cambio, todas las posibilidades están abiertas. La conquista de esa plaza tendría un enorme poder simbólico, ya que permitiría a Pedro Sánchez presentarla como un aval a su controvertida política catalana, precisamente lo que muchos consideran su gran lastre ante las generales de final de año. Con la alcaldía de Barcelona en el bolsillo, Sánchez reforzaría el argumento de que su política conciliadora ha debilitado a los independentistas, una gran baza en la partida para continuar en La Moncloa. Estas son algunas de las claves de la batalla local del 28-M.

Barcelona, el gran deseo. Los socialistas perdieron la capital catalana en 2011 y ahora gobiernan con Ada Colau, líder de los comunes, que opta por segunda vez a la relección. La disputa se presenta apretadísima al reunir al exalcalde Xavier Trias, que ha accedido a rescatar a Junts; al republicano Ernest Maragall, el más votado en 2019, y a Jaume Collboni, del PSC, que acaba de dejar el ejecutivo local y su acta en el Consistorio en un gesto muy discutido por sus socios y la oposición, y que augura la acidez de la futura campaña, informa Angels Piñol. Colau supo el lunes que Collboni —no el resto del grupo municipal— dejaba el acta y el gobierno municipal a través de un mensaje de WhatsApp. “Debió ser fruto del nerviosismo. Es poco serio”, dijo perpleja la alcaldesa. “Necesito toda la libertad y tiempo para construir una candidatura”, sostuvo el ya ex teniente de alcalde. Relegados por los partidos soberanistas durante más de una década, los socialistas sienten que están en su momento tras reencontrarse con la victoria en 2021 en las elecciones autonómicas. Pilotados por Salvador Illa, su objetivo es ser la primera fuerza municipalista de Cataluña, lo que no logran desde 2007, y desbancar del trono a ERC.

La cita electoral presagia que puedan rasgarse costuras en las alianzas entre socialistas y comunes. No solo por Barcelona. Alineados con Yolanda Díaz, los comunes acusan al PSC de haber dado un volantazo a la derecha defendiendo un macrocasino junto a Port Aventura, la construcción de una gran carretera en la región metropolitana de Barcelona y la ampliación del aeropuerto de El Prat como condiciones ineludibles para aprobar los presupuestos catalanes.

Han pasado cuatro años y parece un mundo desde la noche electoral de 2019, histórica para ERC. Con el 23% de los votos y 3.107 ediles, mató dos pájaros de un tiro: arrebató a Junts, sucesora de CiU, la hegemonía soberanista y contuvo al PSC, que volvió a ser segundo. ERC situó a alcaldes en tres capitales de provincia pero perdió la joya de la corona tras el voto insospechado de Manuel Valls, el exministro francés y excandidato de la coalición Barcelona pel Canvi-Ciudadanos, que apoyó a Colau para cerrar el paso a Maragall. Muy criticada por las élites, la alcaldesa ha liderado una guerra total contra el coche con unas controvertidas calles para peatones, aún en obras.

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Con una Barcelona polarizada, todos optan por desbancar a Colau, que ya se ha fotografiado con Trias alrededor de una mesa para dejar claro que esto es cosa de dos. Maragall sueña con repetir una victoria que no sea inocua esta vez, tras haber ejercido una oposición amable, al albur a veces de las alianzas del Govern de la Generalitat con los comunes. Junts fía buena parte de su futuro en Trias, que ha pasado de decir a su partido que no debería “buscar a un abuelito” a ser candidato. Favorito en los sondeos, a nadie se le escapa que en última instancia todo dependerá de los pactos.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto el 22 de enero en la capital.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto el 22 de enero en la capital. Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

Madrid, en clave nacional. La batalla electoral en la capital ya ha empezado, si es que alguna vez se fue. Más Madrid, la primera fuerza de la oposición, ha lanzado una campaña que incluso elogia en privado un alto cargo del alcalde popular, José Luis Martínez-Almeida. Se titula Lo va a hacer Rita, un eslogan que acompaña al rostro de la candidata de la formación, Rita Maestre, visible ya en marquesinas y andenes de Metro. Y con una promesa: “Una escuela infantil en cada barrio”, informa Manuel Viejo.

El objetivo, recalcan en el equipo de Maestre, es ensanchar el electorado lo máximo posible, en la idea de que solo una amplia participación permitirá desbancar al PP. Más Madrid atacará la gestión de Almeida sobre todo con dos episodios: la comisión de más de seis millones de euros pagada por los contratos de material sanitario inservible en lo peor de la pandemia y el supuesto intento de espionaje desde el Ayuntamiento a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso.

El PP basará su estrategia en clave nacional. Almeida y su equipo son conscientes del desgaste por su gestión y pretenden centrarse en hacer oposición a Sánchez, en línea con la estrategia de Ayuso. Vox, que vuelve a presentar a Javier Ortega Smith, también irá en esa línea. Si en la Comunidad de Madrid las encuestas publicadas son tajantes con una victoria electoral del PP, en el Ayuntamiento la pugna se presenta más abierta. En 2019 la más votada fue Manuela Carmena, pero no obtuvo la mayoría suficiente tras el fracaso del PSOE. Ahora, los socialistas apuestan por la ministra de Industria, Reyes Maroto, que planteará una campaña basada en la gestión de la ciudad y no ha anticipado cuándo dejará el Gobierno. Es conocida solo por el 57,9% de los españoles, según el CIS.

La izquierda puede comparecer desunida en cuatro partidos. Unidas Podemos se presenta por primera vez con sus siglas y con el atleta Roberto Sotomayor de candidato, mientras que una escisión de Más Madrid busca el aval de 8.000 firmas para presentarse como agrupación de electores bajo la marca Recupera Madrid. En el campo contrario la incógnita es si la actual vicealcaldesa, Begoña Villacís, repetirá al frente de Ciudadanos o se pasa al PP.

Evitar el desplome. El PSOE de Andalucía confía en la gestión de sus 459 alcaldes de un total de 785 (el 58%) para conjurar el riesgo de desplome total en la comunidad tras el pésimo resultado de las autonómicas del pasado junio, que ganó el PP con mayoría absoluta. Las municipales son el segundo reto electoral al que se enfrenta un cada vez más cuestionado Juan Espadas como secretario general, informa Lourdes Lucio. Los socialistas creen que la gestión “batiéndose el cobre” de sus alcaldes durante la pandemia será valorada por los ciudadanos, pese a que la preocupación por la covid ha dejado de existir. Espadas aspira a “ganar” en el cómputo de votos y se agarra al tradicional lema del “PSOE es mucho PSOE” frente a las enormes expectativas que el PP se ha marcado.

El secretario general de los populares andaluces, Antonio Repullo, fija el objetivo en ser el más votado y ganar en las ocho capitales y en las ocho diputaciones. En la actualidad, el PSOE gobierna en cuatro de esas capitales (Sevilla, Jaén, Granada y Huelva), el PP en tres (Málaga, Córdoba y Almería) y Adelante Andalucía en una, Cádiz, donde José María González, Kichi, se retira tras lograr la mayoría absoluta en 2019. El propio presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, rebaja el listón y dice que busca “equilibrar” el poder municipal de la izquierda, que gobierna en casi el 70% de los ayuntamientos. Por primera vez, el PP presentará candidaturas en todos ellos. De las ocho diputaciones, el PSOE controla seis, todas menos Málaga y Almería, en manos del PP.

Pese a los malos augurios de las autonómicas, Podemos, IU y otros partidos de esa órbita están alcanzando principios de acuerdo en muchos municipios para concurrir juntos, aunque todavía no se puede dar nada por cerrado. Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez, volverá a ir por libre.

Reñida pugna en Valencia. En una noche de infarto y por unos centenares de votos, el bloque de la izquierda (Compromís y PSPV-PSOE ) se impuso en Valencia hace cuatro años al de la derecha (PP, Cs y Vox). Ahora los dos partidos en el gobierno local pueden, según algunos sondeos publicados, conservar la vara de mando de la tercera capital del país si se confirma el desplome de Cs, informa Cristina Vázquez.

Compromís, con el alcalde, Joan Ribó, que vuelve a presentarse a sus 75 años, resistiría aunque con menos ediles y los socialistas crecerían con la candidata Sandra Gómez, con opciones a la alcaldía. La caída de Cs y el corto avance que se pronostica para Vox complicarían un gobierno conservador pese a la mejora de la candidata popular, María José Catalá, que sería la más votada.

Alicante es la única de las tres capitales de la comunidad con un alcalde del PP, Luis Barcala. En 2019, PP y PSOE empataron con nueve concejales, pero un pacto con Cs y apoyos puntuales de Vox, han permitido gobernar al PP. Los socialistas cuentan con una candidata reconocida: Ana Barceló, consejera de Sanidad durante la pandemia. Los populares buscan la mayoría absoluta ante la posible desaparición de Cs, mientras los socialistas esperan una mejora apreciable, aunque las polémicas por el recorte del trasvase Tajo-Segura o la baja inversión del Estado en la provincia no ayudan a sus opciones.

Renovación en Zaragoza. Tras muchas semanas de incógnita y con cierta sorpresa, el PP ha desvelado el nombre de su candidata en Zaragoza. La concejala Natalia Chueca pugnará para que la quinta ciudad de España continúe en manos del PP. Los populares han lanzado al actual alcalde, Jorge Azcón, a disputar la presidencia autonómica al socialista Javier Lambán, una maniobra que suscitaba sus dudas por temor a sacrificar el Ayuntamiento zaragozano. En 2019, el PSOE fue el más votado, con la actual ministra de Educación, Pilar Alegría, desplazada por el pacto del PP con Cs. Los socialistas presentarán esta vez a la actual concejala Lola Ranera.

Puente, a por la tercera. En Valladolid, el socialista Óscar Puente busca un tercer mandato en la confianza de que cuenta con un gran respaldo ciudadano, como lo probaría, según él, el retraso del PP en decidir un candidato, presentado hace apenas unos días. Será Jesús Julio Carnero, que cuenta con el factor de ser una figura conocida, actual consejero de Presidencia de la Junta y ex presidente de la Diputación, en contra de otros nombres menos populares barajados por el PP, informa Juan Navarro.

Galicia sin Feijóo. En Galicia la cita de mayo será especial. El PP, que lleva gobernando la Xunta con mayoría absoluta desde 2009, afronta su primer examen en las urnas sin Alberto Núñez Feijóo y el reto no es menor. Pese a reinar en el gobierno de la comunidad, los populares no ostentan la alcaldía de ninguna de las siete grandes ciudades gallegas y solo dirigen una Diputación, la de Ourense, en la que perdieron la mayoría absoluta hace cuatro años. El municipio más grande que gobiernan es Arteixo (30.000 habitantes), informa Sonia Vizoso.

El sucesor de Feijóo, Alfonso Rueda, encara su primer desafío electoral con un liderazgo más tibio y endeble. Ante el difícil panorama municipal que dejó Feijóo, el PP se propone conquistar al menos alguna de las ciudades y alguna Diputación. Ferrol o Lugo, ahora con alcaldes socialistas, están entre sus objetivos más plausibles. El PSdeG-PSOE, tercera fuerza en el Parlamento gallego tras su batacazo en las autonómicas de 2020, también se enfrenta a las municipales con nuevo líder, Valentín González Formoso, que se juega la presidencia de la Diputación de A Coruña que ocupa desde 2015. La cita servirá para calibrar el despegue del BNG tras el subidón de las autonómicas, cuando se convirtió en segunda fuerza. Las mareas municipales que en 2019 perdieron los gobiernos de A Coruña, Santiago y Ferrol llegan mermadas y con la integración de Podemos en el aire.

PNV, hegemonía a prueba de bomba. Todo parece mucho más claro en Euskadi, donde el PNV no tiene rival. Se hizo con la mayor parte de la tarta municipal hace cuatro años y todos los sondeos vaticinan un nuevo triunfo holgado. Solo EH Bildu puede discutirle la supremacía en los feudos controlados por la izquierda abertzale, informa Mikel Ormazabal. No hay color en Bilbao ni en Bizkaia. Son plazas dominadas de antiguo por el PNV. Tiene un valor seguro en el alcalde bilbaíno, Juan Mari Aburto, quien podría incluso alcanzar la mayoría absoluta. También parece garantizada la victoria de Eneko Goia en San Sebastián, cada vez con más respaldo. EH Bildu apuesta fuerte por ganar en Gipuzkoa, la provincia más nacionalista, donde ha colocado como cabeza de cartel a su portavoz parlamentaria, Maddalen Iriarte, uno de sus rostros más mediáticos y amables. Pero las alianzas poselectorales podrían mantener a los peneuvistas en el sillón foral. La pelea más reñida se dirimirá en Vitoria, donde las fuerzas están muy igualadas entre Bildu, PSE-EE y PNV. Las encuestas colocan en la cuarta posición al PP, que controló este territorio varias legislaturas.

La ministra vuelve a casa. El PSOE se juega revalidar la victoria cosechada en 2019 en ambas capitales canarias y para ello Sánchez devolverá a casa a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, candidata en Las Palmas de Gran Canaria. Con Darias, los socialistas parten como favoritos, tras dos legislaturas gobernando gracias al acuerdo tripartito con UP y Nueva Canarias, informa Guillermo Vega. El todavía alcalde, Augusto Hidalgo, optará ahora a la presidencia del Cabildo. El PP ha renunciado a los tradicionales cabezas de cartel en favor de una relativa desconocida, la economista Jimena Delgado.

En Santa Cruz de Tenerife, en cambio, es el candidato de Coalición Canaria (CC), José Manuel Bermúdez, quien parte levemente en cabeza, según las últimas encuestas. En 2019, CC ya fue la formación más votada, pero la candidata del PSOE, Patricia Hernández, gobernó durante un año gracias a un pacto con Unidas Podemos hasta que una concejala tránsfuga de Cs cambió de bando y le devolvió la alcaldía a Bermúdez. Hernández volverá a intentarlo en mayo en un municipio donde la formación nacionalista ha gobernado 39 de los últimos 40 años.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participa en un acto público de partido junto al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participa en un acto público de partido junto al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. alejandro ruesga

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