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Sánchez hace un parón en la precampaña española para buscar inversiones en Davos

El presidente alterna mítines y mensajes electorales con su intensa agenda internacional

Carlos E. Cué
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió al consejero delegado de GlobalLogic, Nitesh Banga.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió al consejero delegado de GlobalLogic, Nitesh Banga.EFE

Pedro Sánchez hace un parón en la intensa precampaña española, dominada ahora por las medidas antiabortistas que Vox ha pactado con el PP en Castilla y León y ahora los populares están intentando rectificar, para participar por quinta vez en el foro de Davos, donde se concentra cada año el corazón financiero y político del mundo occidental. Sánchez nunca ha faltado a esta cita, a la que su antecesor, Mariano Rajoy, siempre renunciaba, y en la que otro presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, tuvo una mala experiencia en plena crisis de 2010. Esta vez estará lunes y martes.

El jefe del Gobierno español, centrado como todo su Gobierno y el PSOE en un año electoral decisivo —a finales de año se sabrá si Sánchez sigue en La Moncloa y, por tanto, acude triunfante en enero de 2024 a Davos o si es relevado y es su último encuentro o como mucho llega en funciones como despedida— está decidido a mantener su agenda internacional porque considera que es muy relevante para España tener un presidente que ha logrado ocupar un espacio en estos foros que sus predecesores no tenían por varios motivos, pero especialmente el de los idiomas. Así que alterna los mítines —este sábado fue en Sevilla— con citas internacionales como Davos y el jueves una cumbre con Emmanuel Macron en Barcelona.

Y además, en La Moncloa ven esta agenda internacional también como un gran activo electoral del presidente, que en este asunto tiene claramente más experiencia y potencia que su rival, Alberto Núñez Feijóo, que está empezando ahora a trabajar este aspecto fundamental de la política.

Sánchez acude a Davos con una agenda menos política que en otras ocasiones y se ha centrado sobre todo en reuniones con altos ejecutivos para buscar inversiones. España está en pleno despliegue de los fondos europeos y en este paraíso en los Alpes suizos que en estos días se convierte en la capital financiera del planeta están muchas de las personas que van a tomar esas decisiones de inversión alrededor de esos fondos.

En todas sus intervenciones en Davos de los últimos años, Sánchez vende optimismo económico. En el último foro, en mayo de 2022, el presidente del foro incluso le preguntó cuál era el milagro español, algo que causó impacto en España porque contrastaba con el debate político que se producía en ese momento en el país, con una oposición convencida de que venía un otoño e invierno calientes con una profunda recesión que nunca se produjo. Pero el presidente también ha acudido a este encuentro económico, epicentro del liberalismo y de las grandes fortunas que pasan aquí una semana analizando el futuro del planeta, pero sobre todo haciendo negocios en las reuniones más discretas, a plantear un discurso socialdemócrata clásico y a reivindicar la necesidad de una política fiscal más justa para reducir la desigualdad, un discurso que siempre chirría en el ambiente anti-impuestos de Davos.

Pero Sánchez nunca ha tenido problemas en Davos, ni siquiera por el hecho de ser el único gran gobierno europeo que tiene una coalición con un grupo a la izquierda de la socialdemocracia y que tiene dentro al Partido Comunista de España, como Unidas Podemos. Ya en su primer encuentro después de firmar la coalición con Pablo Iglesias, en 2020, Sánchez recibió el beneplácito del poder financiero. El jefe de operaciones internacionales de Morgan Stanley, Frank Robert Petitgas, le dijo entonces en una reunión privada: “El mercado ha comprado bien este Gobierno, cree que va a ser razonable y responsable y hará una política seria”. Nadie estaba entonces ni estuvo después en este mundo preocupado por la presencia de Unidas Podemos en el Ejecutivo.

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Ahora Sánchez convoca reuniones con los máximos ejecutivos de empresas clave para posibles inversiones en España como Qualcomn, Dow Chemical, Air Liquid, Arcelor Mittal, Envision o Maersk, y dos de los mayores fondos de inversión: BlackRoch y Mubadala. Además de estas citas bilaterales, organizará una reunión con altos ejecutivos de otras empresas clave para explicar la situación de la economía española. Pero mientras corteja a los inversores, Sánchez también se verá con la directora general de Oxfam Internacional, la ONG más importante del mundo que ha arrancado este foro con un duro informe sobre el aumento de la desigualdad en el mundo y con propuestas rompedoras para una cita como esta: un impuesto del 75% para las grandes fortunas y también revisar los enormes beneficios de las grandes distribuidoras de alimentos en esta crisis mientras las clases medias y bajas sufren por el aumento de precios, en un planteamiento similar al que está poniendo encima de la mesa en España Unidas Podemos.

Encuentro “de cortesía”

El presidente también tendrá un encuentro “de cortesía”, según fuentes del Ejecutivo, con los principales ejecutivos españoles presentes en Davos, después de un año de fuertes tensiones con algunos de ellos por los nuevos impuestos a las energéticas y la banca. Algunos de los más afectados por ellos, que los han combatido legalmente y también a través de presiones discretas, están en Davos. Casi todos suelen acudir al discurso central de Sánchez, que en este caso será este martes a las 16.00, y se sientan en primera fila. El año pasado, Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, incluso gesticuló y estableció un diálogo con Sánchez desde su asiento cuando el presidente habló de los grandes beneficios de las energéticas. La presidenta del Santander, Ana Botín, no suele acudir a esa cita del discurso de Sánchez. Habrá que ver quién va al encuentro privado para comprobar cómo están las relaciones con la gran empresa, que antes era un referente de las inauguraciones del curso político de Sánchez y ahora está mucho más distante después de la apuesta del giro a la izquierda y el discurso contra los “poderes oscuros” que en su opinión trabajan para intentar debilitar al Gobierno progresista.

También estará en el foro el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que participa en un panel sobre el futuro de la Defensa en Europa con los presidentes de Polonia, Lituania y Macedonia del Norte y la opositora bielorrusa Svetlana Tijanovslaya. “Juntos abordarán la necesidad de reforzar la Unión Europea de la Defensa, incluida la industria de defensa europea, así como las estrechas relaciones de complementariedad UE-OTAN para asegurar la paz y la prosperidad en el continente ahora y en el futuro”, señalan en Exteriores. La guerra en Ucrania, que dominó el pasado foro en mayo de 2022, sigue omnipresente en todos los debates previos al inicio de Foro Económico Mundial de Davos.



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