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Las empresas agrícolas e industriales disparan sus márgenes por encima del nivel precrisis

La evolución por segmentos sigue siendo muy heterogénea, según los datos del tercer trimestre de 2023 publicados por el Banco de España

Un agricultor pasa la sembradora con un tractor en un campo de cultivo de secano.
Un agricultor pasa la sembradora con un tractor en un campo de cultivo de secano.Albert Garcia
Laura Delle Femmine

Las empresas españolas cerraron con un broche dorado el tercer trimestre del año pasado: sus márgenes sobre ventas a nivel agregado han dejado atrás los baches de la pandemia y la crisis energética y han repuntado con fuerza, superando los registros anteriores a la crisis de la covid también aquellas actividades que hace unos meses seguían rezagadas. Así lo refleja la última publicación del Observatorio de Márgenes Empresariales que ha difundido el Banco de España. Y eso se reflejó en los resultados de ese trimestre. Las grandes empresas registraron beneficios récord en ese periodo. Ahora es la estadística del organismo que preside Pablo Hernández de Cos el que detalla ese fenómeno.

Los excedentes de las compañías agrícolas se han anotado los principales repuntes, con un alza que ronda el 30% con respecto a 2019; los márgenes de la industria también avanzaron con fuerza, por cuarto trimestre consecutivo, aunque hay mucha heterogeneidad cuando se mira con lupa y se analiza la evolución de forma desglosada actividad por actividad. El margen sobre ventas de las compañías de servicios se mantiene constante, algo por encima de las marcas de 2019, y también parece haberse estabilizado el relativo al suministro de gas y electricidad tras los acusados repuntes de 2022.

La espiral inflacionaria impulsada por el encarecimiento de la energía es justo una de las razones que está detrás de la creación del observatorio, constituido el año pasado por el Ministerio de Economía, el de Hacienda y el Banco de España. La inflación empezó a repuntar en 2021 con la reactivación de la demanda poscovid y el atasco en las cadenas de suministros, y la guerra en Ucrania dio la puntilla la situación. La persistencia en el tiempo de los precios altos motivó entonces la decisión de vigilar la evolución de márgenes, para discernir si las subidas de precios eran ocasionadas por mayores excedentes empresariales o responden a una subida de costes debida a factores exógenos.

Las grandes energéticas, de hecho, presentaron resultados apabullantes con el calentamiento de los precios, sus márgenes se dispararon y el Gobierno les impuso un impuesto extraordinario —también diseñó un gravamen para la banca, beneficiada por la subida de tipos, pero el observatorio no analiza el sector financiero—. Los últimos datos presentados por el supervisor apuntan ahora a una estabilización de los excedentes de la rama relativa al suministro de gas y electricidad, que, sin embargo, continuaban entre un 30% y un 40% por encima de los niveles de 2019 en el tercer trimestre del año pasado. El margen sobre ventas en el subsector del refino, que seguía una senda descendente tras los picos de mediados de 2022, volvió a repuntar ligeramente en septiembre.

Los márgenes de la cadena alimentaria han tenido una evolución distinta. Sus excedentes agregados mejoraron durante la crisis sanitaria, pero se fueron esfumando a medida que el impacto de la guerra en Ucrania agravaba la subida de costes. En el tercer trimestre de 2023 la evolución ha sido desigual por área. Los márgenes del comercio, es decir, las tiendas y los supermercados, siguen cayendo —la tendencia a la baja lleva meses, salvo una mejora puntual a inicios de año—, y marcando niveles inferiores a 2019. También continúan rezagados los excedentes de la industria agroalimentaria, aquel segmento que se dedica a la elaboración y transformación de los productos, pese la exuberancia reciente: en los últimos tres trimestres han encadenado subidas, síntomas, según el Banco de España de “normalización” tras la crisis energética.

Solo la agricultura vivió un verdadero empujón: sus márgenes se han disparado como un cohete en los últimos seis meses y en septiembre del año pasado superaban con holgura la marca precrisis sanitaria. El dato no es, sin embargo, suficiente para trazar un cambio de tendencia, ya que el campo es sensible no solo a elementos monetarios y económicos como la inflación o la fluctuación de la demanda; también está sujeto de manera directa a fenómenos climáticos como la sequía o las heladas. El mismo supervisor alerta de que sus márgenes presentan una “elevada volatilidad” —la evolución que presenta desde finales de 2019 hasta el tercer trimestre del año pasado se asemeja a una montaña rusa— y matiza que la actividad está “escasamente” representada en la muestra estadística al no incluir los datos de los trabajadores autónomos, que suponen una parte importante de la profesión.

Desde el Ministerio de Agricultura destacan que la renta agraria se ha incrementado un 11,1% y se ha comportado “particularmente bien” en los sectores que menos dependen del agua de lluvia como el porcino, las frutas y hortalizas (riego), vacuno de leche, huevos y carne de ave. Por otro lado, recuerdan que hay que tener en cuenta los elevados costes que ha sufrido el sector y la alta volatilidad en el mercado de las materias primas.

Transporte y bienes de equipo

Los resultados en la industria —excluidas energía y agroalimentación— también son dispares en función de la rama, aunque hay una tendencia generalizada al alza que se refleja en el resultado agregado del sector: en el tercer trimestre del año pasado volvió a recuperar el terreno perdido y hasta superó el nivel de cierre de 2019. En este caso, el gran batacazo fue el subidón de los precios energéticos vivido entre 2021 y 2022, que obligó a varias fábricas a parar o repensar su producción sin lograr trasladar el alza de costes. “El abaratamiento de los insumos habría contribuido a que el margen sobre ventas supere los niveles anteriores a la crisis energética en el tercer trimestre”, señala el informe publicado este miércoles.

Las empresas dedicadas a producir material de transporte y bienes de equipo son las que más mejoraron sus resultados. Las primeras experimentaron una contracción importante con la pandemia, debido al atasco en la cadena de suministros y a la crisis energética, que ya ha sido compensado plenamente; las segundas asisten a una subida imparable de sus márgenes desde mediados de 2022 que aún no se ha agotado. En ambos casos, ya se han recuperado los niveles precovid, mientras que el resto de la industria sigue ligeramente por debajo.

Los servicios, por su parte, se han resentido mucho por el golpe que la pandemia ha infligido al turismo y al transporte. Los márgenes de estos dos segmentos registraron una paulatina —pero constante— recuperación a partir de 2021, y en septiembre del año pasado se mantenían estables, cercanos a los niveles precovid. Las demás empresas del sector sí han recuperado la cota prepandemia, una meta que lograron a finales de 2022. “Y presentan una tendencia creciente a lo largo de 2023″, subraya el Banco de España.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
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