Sharon apunta a Al Qaeda y jura vengar las muertes del doble ataque de Kenia
Agentes secretos israelíes viajan a Mombasa con órdenes de investigar y capturar a los culpables
"Descubridlos y capturadlos". Ariel Sharon ha dado orden a los servicios secretos del Mosad de investigar, descubrir y capturar a los responsables de los atentados de Kenia. Los indicios y las primeras pistas apuntan claramente a los hombres de la red terrorista de Al Qaeda, dirigida por el multimillonario saudí Osama Bin Laden, que habría actuado por primera vez en la historia contra intereses israelíes, aunque en medios gubernamentales de Tel Aviv no se descarta que en estas operaciones se encuentren también implicados movimientos radicales palestinos.
La orden partió ayer de la sede del Ministerio de Defensa, donde Sharon había mantenido una larga conversación en solitario con el encargado del departamento, Saúl Mofaz. La misión fue desvelada oficialmente horas más tarde por el propio Sharon, cuando, una vez finalizado el recuento de las primarias del Likud, el veterano político era entronizado a sus 74 años como jefe indiscutible del partido y candidato a primer ministro en las elecciones generales del próximo 28 de enero. "Nuestro largo brazo capturará a los atacantes y a quienes los enviaron", anunciaba solemnemente el primer ministro.
La misión no sorprendió a nadie en Israel. El Mossad ha venido recibiendo durante sus 51 años de existencia órdenes similares. En marzo de 1972, Golda Meir encargó a sus agentes castigar la matanza que el Septiembre Negro palestino cometió en la ciudad olímpica de Múnich, donde fueron asesinados 17 atletas y entrenadores israelíes. Dos décadas después, en 1992, tras los atentados contra la Embajada de Israel en Buenos Aires y la sede de la asociación judía AMIA,en 1994 en la misma ciudad y en la que murieron en total más de cien personas, el Mosad recibió la misma orden. La más reciente fue la de 1997, cuando a los agentes se les encargó la muerte del líder de Hamás Jaled Mechaal, a la sazón en Jordania.
El ex general Meir Dagan, responsable desde hace poco más de un mes de los servicios del Mosad, se enfrenta, a sus 55 años, a una de las misiones más difíciles de su vida. Para cumplir esta operación cuenta con una larga experiencia adquirida como experto en la lucha antiterrorista, en el campo de batalla de Líbano, en la primera Intifada o en los despachos oficiales junto a Ehud Barak, Benjamín Netanyahu y ahora Sharon. El encargo no le va a dejar tiempo libre para dedicarse a su pasión favorita: la historia del arte.
Sobre la mesa del jefe del Mosad se amontonan ya las pruebas de las implicaciones de Al Qaeda en las operaciones de Kenia. Las han aportado sus propios agentes, que desde hace dos días investigan en Mombasa, pero también las han rubricado otros servicios de inteligencia internacionales, incluida la CIA y el FBI. Por si todas estas evidencias no fueran suficientes, Dagan tiene además la confesión del dirigente radical fundamentalista egipcio, Abu Hamsa al Masri, quien desde su exilio de Londres ha afirmado su convicción de que los hombres de Osama Bin Laden son los autores de la operación terrorista.
Las pistas que implican a Al Qaeda podrían, sin embargo, hacerse más complicadas y cruzarse con las de los movimientos radicales palestinos. El ministro de Asuntos Exteriores, Benjamín Netanyahu, no descarta la posibilidad de una implicación palestina en el atentado. Lo aseguró el viernes en Jerusalén, cuando recordó a la prensa que los métodos utilizados en Kenia son similares a los usados por los radicales palestinos, incluido el lanzamiento de misiles contra aviones civiles, práctica usual en la década de los setenta.
Pero no sólo son los métodos, también lo es la munición. Los misiles antiaéreos SAM-7, o Strella, de fabricación soviética, utilizados en el atentado frustrado contra el avión de la compañía Arkia de Israel, es un arma habitual en los arsenales de los movimientos radicales palestinos. Los alijos de armas capturados por el Ejercito israelí a los palestinos durante los dos últimos años contienen este tipo de proyectiles, según recordaba ayer Imra, una agencia de análisis e información independiente, del conflicto israelo-palestino, cuya sede central se encuentra en Kfar Sava, a pocos kilómetros de Tel Aviv.
Por si todos estos indicios no fueran suficientes, portavoces del Gobierno de Israel recuerdan aún el mensaje de Osama Bin Laden, como responsable de Al Qaeda, quien hace más de un año trató de convertirse en defensor de la causa palestina en su conflicto con Israel, lo que provocó el disgusto de la Autoridad Nacional Palestina y de Yasir Arafat, quienes acabaron aconsejando al millonario saudí que se mantuviera al margen del contencioso.
Ahora, las insinuaciones hacen temblar al Gobierno de Arafat y a las formaciones radicales palestinas, empezando por Hamás, que en las últimas horas no ha dejado de lanzar mensajes desmintiendo cualquier vinculación con la red de Al Qaeda.
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