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GENÉTICA: COMPORTAMIENTO

La actividad sexual de las moscas está gobernada por un megagen

Un grupo de científicos estadounidenses ha descubierto un gen maestro que orquesta la actividad sexual masculina en moscas del vinagre, lo que significa el primer descubrimiento de un gen en una especie que regula un complejo sistema de comportamiento. Aunque el gen funciona en la mosca (drosófila, el animal favorito de los laboratorios de genética), los investigadores afirman que el descubrimiento llevará a un conocimiento profundo sobre el papel de los genes en las neuronas y en el comportamiento en mamíferos y tal, vez incluso en humanos."Demostrar que un comportamiento tan complejo como el sexual está controlado por un único gen, por lo menos en las moscas, levanta la obvia posibilidad de que otros comportamientos estén regulados de forma siImilar", afirma Bruce S. Baker, de la Universidad de Stanford, uno de los integrantes del equipo estadounidense del proyecto de investigación, cuyos resultados se dieron a conocer la semana pasada en la revista Cell.

El megagen, por lo menos 70 veces mayor que el típico gen de la mosca del vinagre, gobierna toda una batería de comportamientos de cortejo masculino. Los investigadores comprobaron sus efectos observando comportamientos anómalos producidos por mutaciones o defectos del gen.

Una mutación, por ejemplo, confunde la orientación sexual de la mosca macho, la cual corteja indistintamente a hembras y machos. Cuando se meten en la misma jaula a machos con esta mutación "forman cadenas de cortejo macho-macho en que cada uno corteja y a la vez es cortejado", apuntan los investigadores. Sin embargo, el insecto no intenta copular.

Otra mutación destruye la habilidad del macho de aletear para producir el zumbido de cortejo característico de la especie, aunque es capaz de volar perfectamente. Otro defecto del gen destruye completamente el deseo o la habilidad de aparearse.

"Esto lleva la cuestión de la genética del comportamiento a nivel molecular", afirma Jeffrey C.Hall, de la Universidad Brandeis, y miembro del equipo de investigación. "Este gen no controla un pequeño detalle sutil de la masculinidad o femineidad", continúa Hall, "sino que esta muy alto en la jerarquía, es una especie de gen maestro que controla elementos del sistema nervioso relacionados con el sexo".

Los científicos autores de este trabajo declinan dar el paso especulativo entre su gen de drosófila y la posible variante humana que pudiera influir en la orientación sexual. "No se sabe si hay o no mutaciones en humanos que tengan que ver en la orientación sexual", afirma Hall. "Tales factores genéticos en personas están lejos de ser alcanzados". Sin embargo, Steven A. Wasserman, de la Universidad de Texas en Dallas, también integrante del grupo, apunta que hay evidencias de que los genes de la mosca del vinagre pueden tener similaridades sorprendentes con los genes humanos, tanto en estructura molecular como en función.

Por ejemplo "investigadores suizos han descubierto que un gen mutante de drosófila denominado sin ojos, que produce moscas sin ojos, es muy parecido a un defecto genético humano llamado aniridia, que hace que los fetos no tengan ojos. Y un defecto del corazón en la mosca del vinagre se debe a una - mutación genética que es análoga a la que causa un desorden cardíaco en humanos, explica Wasserman.

Una sorpresa es que este gen se activa sólo en un minúsculo porcentaje de las neuronas del insecto, unas 500 de sus aproximadamente 100.000 células cerebrales. Esto sugiere, afirman los investigadores, que el gen maestro regula otros genes y neuronas en cascada. Determinar qué genes y qué celulas se activan en varias etapas del cortejo sexual es una prioridad ahora.

Copyright The Boston Globe.

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