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Muere en Barcelona un homosexual de 37 años, víctima del síndrome de inmunodeficiencia adquirida

Milagros Pérez Oliva

Un hombre de 37 años de edad, cuyo nombre se mantiene en secreto por razones familiares, natural de Berga (Barcelona), murió a principios de este mes de octubre en Barcelona a consecuencia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Paralelamente a este caso, la Generalitat ha recibido la comunicación oficial de otra muerte por el SIDA ocurrida en octubre de 1981, que hasta ahora no había sido calificada oficialmente como causada por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Estos dos casos serían el último y el primero de los producidos en España a causa de la extraña enfermedad descubierta hace tres años, cuyo origen todavía es desconocido a pesar de las intensas investigaciones efectuadas.

El pasado 26 de septiembre la Generalitat recibió la comunicación oficial de que había sido ingresado en la clínica Quirán de Barcelona un enfermo de 37 años en estado grave que presentaba un cuadro clínico diagnosticado como síndrome de inmunodeficiencia adquirida. A los pocos días fue comunicada su muerte como consecuencia de una neumocistis carinú. El paciente era homosexual y presentaba un cuadro agudo de sobreinfección, además del sarcoma Kaposi, una modalidad de cáncer asociada también al síndrome de inmunodeficiencia adquirida. El 28 de septiembre, por otra parte, quedó oficialmente registrado otro caso de SIDA, el primero que se habría producido en España reconocido como tal, ocurrido en el mes de octubre de 1981, antes por tanto de las dos muertes registradas en Sevilla. Se trataba también de un homosexual afincado en Barcelona, de 35 años, que ingresó en la Residencia Sanitaria Valle Hebrón de Barcelona con un sarcoma de kaposi, acompañado de infecciones de toxoplasmosis y sitomegalovirus que acabaron produciendo le la muerte.

El caso fue considerado atípico y publicado como tal en la revista médica inglesa LANCET varios meses más tarde. La evolución de la enfermedad en otros países, particularmente en los Estados Unidos, permitió identificarlo como uno más del síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

Estos son los dos únicos casos registrados en Cataluña, aunque ha habido otros enfermos que podrían haber padecido el SIDA, pero que posteriormente no se han confirmado. La Generalitat creó una comisión encargada de seguir la evolución de la enfermedad, en las que están representados todos los hospitales. En realidad, la comisión no tiene posibilidades de actuación más allá de la vigilancia y seguimiento de los casos que se produzcan, dado el estado actual de las investigaciones.

Hemofílicos y homosexuales

El último boletín epidemiológico de la Organización Mundial de la Salud, aparecido este mes de octubre, indica que hasta el 11 de julio de 1983 se habían registrado oficialmente en los Estados Unidos, país en el que el síndrome se ha extendido más, un total de 1.831 muertes por inmunodeficiencia adquirida. Las investigaciones sobre el origen y el comportamiento de la enfermedad siguen prácticamente estancadas.

Los contactos sexuales, las inyecciones intravenosas y las transfusiones sanguíneas parecen ser las tres vías de expansión de la enfermedad, que sigue un proceso muy similar al de la hepatitis B. Los dos casos registrados en Cataluña son los únicos que se han producido en España entre homosexuales, pues de los jóvenes muertos en Sevilla, los hermanos Juan Antonio y Diego de los Reyes Mesa, de 9 y 14 años, que fallecieron el 11 de enero y el 14 de abril pasados, eran hemofílicos que precisaban de frecuentes transfusiones del factor VIII de la sangre.

La mayor parte de la sangre y sus hemoderivados que se consume en España es importada de Estados Unidos. Por ello, tras las muertes ocurridas en Sevilla, se consideró la población hemofílica española, compuesta por unas 3.000 personas, como una de las que mayor riesgo corrían. No existe ningún medio para detectar si la sangre, y más concretamente en el factor VIII que se suministra a los hemofílicos, es o no portador de la enfermedad.

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