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Una España con salud y clase media, pero sin músculo y eliminada

La temprana despedida en la Billie Jean King Cup de Sevilla subraya el déficit del tenis nacional femenino, en busca de referentes que aporten un salto cualitativo

Billie Jean King Cup
Sara Sorribes y Rebeka Masarova, durante el partido de dobles que disputaron el miércoles contra Canadá.RAÚL CARO (EFE)
Alejandro Ciriza

Se contaba en el preámbulo de esta Billie Jean King Cup que España echa en falta aquellos tiempos en los que Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez tiraban del carro y guiaban hacia la victoria. Se mira con nostalgia hacia ese pasado reciente y ahora, resuelto ya el destino del equipo en esta última edición, todavía más. La añoranza crece. Son ya 26 años los que se resiste el bingo, dado que Canadá certificó este jueves la eliminación de las españolas en la serie contra Polonia, de modo que el pulso del viernes frente a las centroeuropeas (no antes de las 16.00, Teledeporte y RTVE Play) se convierte en un incómodo trámite. Las jugadoras de Anabel Medina saltarán a la pista de La Cartuja sabiendo que ya no tienen opción alguna y la anfitriona no figurará este sábado en el cartel de las semifinales.

Duele este adiós tempranero y frío, por el fondo y la forma. España, que no albergaba el epílogo de la competición desde 2008, no fue capaz de arañar ningún set en el pulso del miércoles con las canadienses y quedó en una situación terminal, a falta solo de la puntilla. No se produjo el milagro que, francamente, tampoco se esperaba. Después de una desagradable travesía por el desierto para regresar al Grupo Mundial, en 2019, las tres intervenciones posteriores –se canceló la edición de 2020 por el coronavirus– abren interrogantes y subrayan un déficit evidente. El tenis femenino español goza hoy día de buena salud y una meritoria clase media, pero demanda referentes. Por más calidad que atesoren, ni Garbiñe Muguruza ni Paula Badosa han llegado nunca a serlo, o al menos no al nivel suficiente.

La primera, indiscutible estandarte de la época más moderna, apenas disputó seis series –balance de 10-4, entre individuales y dobles– y su aportación ayudó a salir del fango, pero nada más allá. La segunda, por su parte, no encuentra correspondencia a su voluntad. Pese a forzar para estar presente en esta cita, no participó en la apertura de la competición contra Canadá –“al no estar preparada todavía”, en palabras de la capitana” – y el curso pasado erró cuando tenía la oportunidad de sellar el pase a las semifinales frente a Gran Bretaña, en Glasgow. La catalana –dos series, balance de 2-1– perdió esa noche intempestiva frente a Harriet Dart, una semidesconocida que en esos instantes ocupaba el 98º puesto mundial. La contribución de ambas ha sido, pues, más bien discreta.

Contrastan los registros de las dos frente a los de referentes inmensos como Sánchez Vicario (58 eliminatorias, 72 triunfos y 28 derrotas) o Conchita Martínez (53/68-23), e incluso los de representantes de segunda línea como Carmen Perea (29/19-24) y Virginia Ruano (29/15-17), o pretorianas como la propia Anabel Medina (21/18-16), Carla Suárez (17/19-12), Nuria Llagostera (16/13-10) o Magüi Serna (13/10-10).

Medina da instrucciones a Masarova.
Medina da instrucciones a Masarova.MARCELO DEL POZO (REUTERS)

La actual seleccionadora, en el cargo desde octubre de 2017, ha ido probando diferentes perfiles y ha revitalizado un equipo mustio, pero no ha dado con el giro de tuerca necesario para que España sea verdaderamente competitiva en las fases finales. La desaparición progresiva de Muguruza de la nómina –compitió por última vez hace cuatro años– y los contratiempos físicos de Badosa –este último y el de 2021, cuando llegó justa a la recta final de la temporada y priorizó la Copa de Maestras– han mermado de manera considerable las posibilidades. El peso ha recaído sobre las secundarias (Párrizas, Bolsova, Arruabarrena…), que han demostrado compromiso y apetito, pero no la fuerza suficiente como para rebatir a otras potencias de tú a tú.

En esta ocasión, Sorribes (50ª del mundo) se ha desempeñado como primera carta, pero ante un presente circunstancial. “Lo veo anecdótico”, reconocía la valenciana en septiembre, cuando se convirtió en la primera baza española. “Así es el tenis”, lamentaba el miércoles, cuando Canadá había consumado ya el categórico 3-0. “El deporte a veces es así, un poco cruel”, sentenciaba Medina, consciente de que su equipo tenía la soga al cuello y resignada ante la cuenta atrás. Se confirmó este jueves la despedida de España, y desde el equipo directivo y técnico se empieza a reformular. La base es buena y en el circuito –cuatro representantes entre el top-50 y el top-100– se van dejando huellas, pero falta músculo. Se incorporan por ahí jóvenes como Marina Bassols (110ª) o Jessica Bouzas (152ª), pero el éxito en un torneo de estas características exige un salto cualitativo que, tras más de un cuarto de siglo, se hace esperar.

ALCARAZ COMPARTIRÁ GRUPO EN TURÍN CON MEDVEDEV, RUBLEV Y ZVREV

A. C.

Carlos Alcaraz se desplazó el miércoles a Turín para abordar la Copa de Maestros, que reunirá a los ocho mejores de la temporada del 12 al 19 de este mes. El murciano, de 20 años, estuvo ejercitándose los días previos en la academia de Juan Carlos Ferrero en Villena (Alicante) y posteriormente viajó a Italia para reconocer la pista en la que buscará el título maestro.

Este jueves, la organización del torneo efectuó el sorteo y el tenista de El Palmar ya conoce quiénes serán sus rivales en la fase de grupos y cuándo debutará. A partir del lunes se medirá con los rusos Daniil Medvedev (tres del mundo) y Andrei Rublev (cinco), y el alemán Alexander Zverev (ocho); tanto el primero (2020) como el tercero (2018 y 2021) ya han logrado conquistar el cetro de los maestros.

En el otro bloque, Novak Djokovic, defensor del título y actual número uno, se enfrentará desde el domingo al local Jannik Sinner, el griego Stefanos Tsitsipas y el danés Holger Rune. En la modalidad de dobles, el catalán Marcel Granollers competirá junto a Horacio Zeballos.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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