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‘Desert’, la escucha cósmica

La compañía Atresbandes ofrece un viaje a las profundidades de nuestro universo con una propuesta escénicamente radical y conceptualmente muy rica

Una escena de la obra 'Desert', en el Teatre Lliure.
Una escena de la obra 'Desert', en el Teatre Lliure.BERTA VICENTE
Oriol Puig Taulé

La compañía Atresbandes (Mònica Almirall, Albert Pérez Hidalgo y Miquel Segovia) es una de las mejores representantes de la escena contemporánea catalana. Con calma y sin prisas, llevan desde 2011 estrenando espectáculos altamente estimulantes, que diseccionan con elegancia y un humor finísimo las contradicciones de nuestro tiempo. Esta temporada son la compañía residente del Teatre Lliure, donde acaban de estrenar Desert. Por primera vez, en escena no vemos a los tres creadores de la compañía, sino a cuatro intérpretes invitados: Ruben Ametllé, Nicolás Carbajal, Marina Rodríguez y Amaranta Velarde. Son gente rara, que provienen de la performance o la danza y ponen cuerpo y alma a una propuesta escénicamente radical y, como siempre, conceptualmente muy rica.

El espacio escénico diseñado por Fryderyk Swierczynski nos remete a un estudio de grabación, pero a la vez recuerda el artesonado en madera de la sala Fabià Puigserver. La caja mágica. Los cuatro personajes que habitan Desert llegan a este lugar con calma y precaución, y la forma como consiguen escuchar el mundo es de un alto voltaje poético. Y metateatral. El estupendo espacio sonoro de Sammy Metcalfe y Miquel Segovia resulta un elemento imprescindible en una propuesta que es a la vez espeleología acústica y arqueología sentimental. Con la simple ayuda de un micrófono, un cable infinito y un altavoz viajaremos, como el capitán Nemo, a las profundidades de nuestro universo. Gritos, cuentos, cantos, máquinas y otros seres fantásticos pueblan este inframundo, demostrando que, como cantaba Björk, todas las cosas modernas han existido siempre. Solo estaban esperando el momento adecuado para salir a la luz.

La peluca de Nicolás Carbajal, el albinismo de Marina Rodríguez, la delgadez de Ruben Ametllé o el vestido de Amaranta Velarde emulando a Loïe Fuller habitan un montaje visual, sonoro, irónico y enigmático. Un espectáculo de factura europea, que si viniera de Bélgica giraría por todo el continente durante años. Pero los Atresbandes son de aquí, y actuaran solo dos semanas en el Lliure de Gràcia. Habiendo recibido una ayuda a la creación Carlota Soldevila y una mentoría internacional promovida por el Institut Ramon Llull, que conste en acta. Apunte: del 7 al 18 de junio estarán en la misma sala con Aspecte global d’una qüestió, que estrenaron en el pasado festival Grec. No se pierdan ninguno de estos dos espectáculos. Una de nuestras compañías más interesantes merece más espacio, circuito y difusión. Y más altavoces, por favor.

‘Desert’. Creación de Atresbandes (Mònica Almirall, Albert Pérez Hidalgo y Miquel Segovia). Teatre Lliure. Barcelona. Hasta el 4 de junio.

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Sobre la firma

Oriol Puig Taulé
Oriol Puig Taulé (Sabadell, 1980) es crítico y cronista de artes escénicas. Es licenciado en Historia del Arte y tiene un Máster en Estudios Teatrales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Coordina la sección de teatro y danza del digital cultural 'Núvol', y lo encontraréis en los escenarios más insospechados

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