Dos estadounidenses mueren en un ataque con granadas a una iglesia en Pakistán
El atentado deja al menos otros tres muertos y 45 heridos en el templo
Al menos cinco personas resultaron muertas y más de 45 heridas en un ataque contra una iglesia protestante en pleno centro de Islamabad, cerca de la Embajada de Estados Unidos. Entre las víctimas mortales se encuentran la mujer de un diplomático norteamericano y su hija adolescente. En el momento del ataque, hacia las diez de la mañana (cuatro horas menos en España), se encontraban en el interior de la iglesia unas 150 personas, muchas de ellas diplomáticos y miembros de la comunidad extranjera en Pakistán. El presidente de EE UU, George W. Bush, expresó su indignación por el atentado.
Entre los muertos figuran también una mujer afgana y un paquistaní. La quinta víctima mortal no había sido aún identificada anoche. Entre los heridos se encontraban personas de ocho nacionalidades distintas. Numerosos norteamericanos y, al parecer, el embajador de Sri Lanka en Pakistán. Dos de los heridos están en situación crítica.
Existen informaciones contradictorias sobre el número de personas que llevaron a cabo el ataque. De acuerdo con un testigo, un individuo penetró en el templo, lanzó dos granadas y se dio después a la fuga. Fuentes policiales paquistaníes hablaban en cambio de al menos dos atacantes y precisan que fueron seis las granadas lanzadas contra los presentes en el templo, aunque sólo tres de los artefactos hicieron explosión. 'Fue terrible. Sólo había sangre, sangre, sangre. El olor era horrible y apenas se podía respirar', dijo a la BBC la alemana Elisabeth Mundhenk, una de las heridas, mientras recibía ayuda médica.
La Iglesia Internacional Protestante está ubicada en el barrio diplomático, cerca de la Embajada estadounidense, y a ella suelen acudir regularmente miembros de la comunidad diplomática y extranjera de la fe protestante. A pesar de las estrechas medidas de seguridad puestas en vigor en este barrio donde están las embajadas extranjeras, la seguridad del templo cristiano estaba en manos de un solo agente.
Al poco de producirse el atentado, decenas de soldados y policías rodearon la iglesia al tiempo que varias ambulancias acudían al lugar para socorrer a los heridos. Nadie se ha atribuido aún la autoría del ataque y se desconoce si el blanco era la comunidad cristiana, la extranjera o había algún otro motivo detrás del acto, que fuentes policiales calificaron de 'terrorista', y que fue condenado por el presidente paquistaní, Pervez Musharraf. 'Se trata de un acto de sabotaje contra los intereses nacionales de Pakistán', afirmó un portavoz de Musharraf. El presidente Bush, por su parte, expresó su solidaridad con las víctimas y su voluntad de trabajar con las autoridades paquistaníes para 'llevar ante la justicia a los responsables de este atentado terrorista'.
Los cristianos, apenas un 2% de los 140 millones de habitantes que tiene Pakistán, están divididos al 50% entre protestantes y católicos, y fueron en el pasado blanco de ataques atribuidos a radicales islámicos. El último de ellos, en el que perdieron la vida 16 personas, tuvo lugar el pasado octubre al este del país, cuando una iglesia fue atacada mientras se celebraba la misa del domingo.
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