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La guía definitiva de las VPN: de proteger la información a comprar billetes baratos

Las redes privadas virtuales sirven para establecer comunicaciones cifradas, pero es esencial contratar una que realmente garantice la privacidad de la información

Privacidad en internet
Dos personas con sus portátiles en una cafetería en Estambul (Turquía) en 2014.TOLGA BOZOGLU (EFE)
Clara Rebollo

Es probable que, al oír hablar de las VPN (redes privadas virtuales), a muchos usuarios les venga a la mente un hacker ataviado con una sudadera con capucha en una habitación oscura mientras accede a la dark web (internet oscura) en su ordenador. Sin embargo, estas herramientas resultan útiles para cualquier usuario de internet, pues garantizan la privacidad en las conexiones que nuestro dispositivo establece con páginas web u otros servicios.

Antes de empezar a usar una VPN, es importante tener en cuenta que privacidad no es sinónimo de seguridad y, como explica a este diario Josep Albors, director de investigación y concienciación de la compañía de seguridad informática ESET en España, “las VPN no evitan que accedas a una página web, te descargues un virus y lo instales en el dispositivo, porque no es su función”, a pesar de que muchas veces se ofrezcan como sistemas de seguridad.

“Una VPN lo que hace es generar un túnel en el que se realiza una comunicación cifrada entre tu conexión en tu dispositivo y una página web o un servicio al que quieres acceder, y no quieres que nadie pueda ver los datos que se están transmitiendo por ese túnel privado”, añade. Además de ofrecer privacidad, las VPN tiene otras utilidades, como permitir al usuario ver una película que no está disponible en su país o encontrar precios más baratos en algunos productos.

Conectarse de forma privada a redes wifi durante un viaje

Durante los últimos años, ha aumentado la concienciación sobre los peligros que entraña conectarse a una red wifi pública. Ya sabemos que, por muy tentador que nos resulte encontrar wifi gratis en la calle, en un centro comercial o incluso en la playa, puede haber un ciberdelincuente al otro lado listo para robar información a los usuarios que se conecten. Disponer de una VPN garantiza que, si nos conectamos a una red wifi pública, ya sea en la calle o en un hotel, las comunicaciones que se establezcan se realicen de forma privada, aunque eso no quite que haya que seguir manteniendo las mismas precauciones al acceder a las páginas web o al descargar aplicaciones o archivos. “Eso evita que alguien que esté espiando en esa wifi pueda saber dónde estamos accediendo o qué información estamos compartiendo”, explica Albors.

Comprar billetes de avión más baratos o conseguir suscripciones más asequibles

Como recuerda Josep Albors, hay usuarios que hacen uso de las VPN para obtener precios más bajos al comprar billetes de avión. “En función del país desde el que los compres, el precio puede variar en cierta cantidad dependiendo del poder adquisitivo que se presupone a las personas que viven en ese país. Si tú compras un billete de avión desde Filipinas es probable que con una VPN te ahorres una determinada cantidad de dinero”, explica.

Sin embargo, en un artículo publicado en el periódico US Today, el periodista Nathan Diller manifiesta haber comprobado que las diferencias entre los precios no suelen ser significativas, por ejemplo, en los billetes de avión entre Estados Unidos y México. De hecho, al utilizar una VPN con servidor en Reino Unido, una de las reservas de hotel que buscó resultaba más cara que si la pedía directamente desde su país. Aun así, depende del caso concreto y hay usuarios que aseguran encontrar precios más bajos al cambiar su ubicación a países con un menor poder adquisitivo.

En lo que se refiere a la discriminación de precios según la dirección IP del dispositivo, si se cambia la ubicación con una VPN y se borran las cookies y el caché, también podrían obtenerse mejores precios en la compra online en general. Hay usuarios que utilizan estas herramientas para comprar videojuegos al precio de países que están al otro lado del mundo o para hacerse con una suscripción, por ejemplo, a una plataforma de música, de forma que les sale más rentable sin demasiado esfuerzo.

Ver películas o series que no han llegado a España

¿Cuántas veces ha buscado el título de una serie o una película en Netflix, Amazon Prime y otras plataformas de streaming y le ha aparecido un mensaje lamentando que no esté disponible en su país? La alternativa suele ser ver dicho contenido en una página web ilícita donde aparecen decenas de anuncios, de forma que se acaba asumiendo el riesgo de encontrarse tarde un temprano con un virus en el ordenador y, además, contribuyendo a un sitio web que lleva a cabo una actividad ilegal. Con una VPN, el usuario puede acceder de forma más segura al contenido que no está disponible en su país, pues no tendría que recurrir a dichas páginas web, sino simplemente acceder a su cuenta de Netflix (o de cualquier plataforma que tenga contratada) con normalidad. Como si hubiera viajado a otro país. Basta con que a través de la VPN elija el lugar en el que quiere establecer la conexión con un servidor, ya sea Estados Unidos, Colombia o Japón. No todas las VPN ofrecen servidores en todos los países y regiones, por lo que muchas veces la elección de una u otra se fundamenta en la oferta. Unas cuentan con servidores en 90 países, otras en 50, etc.

Mantener la identidad oculta al navegar en países con gobiernos autoritarios

Las VPN no solo resultan útiles para el entretenimiento o para el consumo; en países donde no se puede acceder a determinados sitios web, hay censura e incluso corren peligro de acabar en la cárcel los usuarios que comparten o buscan ciertos contenidos, estas redes pueden ser fundamentales para ayudarlos a mantener su identidad e información ocultas.

Sin embargo, no todas las VPN blindan la información del usuario de la misma forma. En el caso de las redes gratuitas, Albors explica que suelen guardar algo de información: “Evitan que espíen lo que estás visitando o la comunicación que estás realizando, pero esas VPN, en sus servidores, sí que pueden guardar algo de información para después venderte otros productos. Y eso es un problema porque, si más tarde alguien requiere esa información en algún país con una legislación opresiva, puede poner al descubierto a gente que trata de acceder al contenido al que no se puede llegar desde su país y que se considera ilegal, por lo que se le puede condenar por ello”.

Mantener la información oculta puede resultar imprescindible para los activistas, los defensores de los derechos humanos o las personas que pertenecen al colectivo LGTBI. “Ese tipo de personas estaría en riesgo si utiliza una VPN que puede ceder los datos ante un requerimiento de las autoridades de ese país. Por eso, es importante contratar solamente aquellas que ofrecen garantías y que han sido auditadas (y eso se encargan de promocionarlo), que no guardan ningún tipo de registro y que, si intentan intervenir la información de sus clientes, no pueden proporcionar nada. Eso es lo esencial y las VPN gratuitas no suelen hacerlo”, añade el experto.

Para el teletrabajo también se recomienda utilizarlas

Albors insiste en que lo recomendable es que todas las empresas usen VPN porque “cuando utilizas el acceso en remoto a un ordenador de tu empresa o a alguna plataforma online de ella y manejas información confidencial, lo lógico es que solo puedas acceder bien desde la red interna de la empresa, bien desde un túnel que generes desde tu casa o desde donde estés trabajando y que se realice esa comunicación cifrada de forma que nadie pueda espiar ni robar credenciales. De esa manera, aunque alguien obtenga las credenciales, no puede acceder a la plataforma porque no se está conectando a través de la VPN que está admitida por la empresa”.

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Sobre la firma

Clara Rebollo
Es colaboradora de la sección de Tecnología, donde presta especial atención a la influencia de las redes sociales en la sociedad y a la ciberseguridad. Se graduó en Periodismo con premio extraordinario en la Universidad Complutense de Madrid y realizó el Máster de El País.

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