Dani Alves, más cerca de la libertad provisional que de obtener permisos penitenciarios

El exfutbolista Dani Alves seguirá durmiendo, en los próximos días, en su celda de la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires, donde permanece ingresado desde hace 13 meses. La sentencia dictada este jueves por la Audiencia de Barcelona, que le condena a cuatro años y medio de cárcel por la violación de una joven en la discoteca Sutton, ha confirmado que por ahora debe permanecer en prisión provisional. Pero precisa que, una vez que su defensa interponga un recurso contra la resolución —algo que hará con toda seguridad— volverá a examinar si lo deja en libertad provisional a la espera de que la sentencia sea firme o bien, lo mantiene como preso preventivo. En el peor escenario para Alves y según marca la ley, su situación como preventivo no podrá alargarse ya más de otros 14 meses.

La condición de Alves de preso preventivo tiene, para él, algunas desventajas. No puede beneficiarse, por ejemplo, de las normas que el reglamento penitenciario establece para los penados, es decir, los presos que cumplen pena con sentencia firme. El artículo 154 establece que los presos que hayan cumplido una cuarta parte de la pena pueden disfrutar de permisos de salida, siempre y cuando muestren buen comportamiento y cuenten con el informe favorable de los técnicos. Si se tiene en cuenta la pena impuesta, Alves —que ha cumplido un año y un mes en prisión— podría empezar a solicitar esas salidas en cuestión de semanas, pero no va a poder hacerlo por su condición de preso preventivo.

A la espera del recurso

En los próximos días, la defensa de Alves presentará con seguridad un recurso de apelación a la sentencia de la Audiencia de Barcelona ante la sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). La condena dada a conocer este jueves ya contempla que, una vez presentado ese recurso, “se valorará de nuevo su situación personal”, tal como marca la ley procesal. Si el TSJC ratifica la sentencia, a Alves le quedará aún una última opción: un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Aunque las causas con presos, como esta, suelen avanzar con mayor celeridad que otras, todos estos recursos y resoluciones de diferentes instancias pueden dilatar que haya una sentencia firme y, aunque parezca paradójico, pueden acercar al jugador a la libertad provisional.

La norma establece que un preso preventivo no puede estar en esa situación más de la mitad del tiempo que marca la condena que se le impuso en primera instancia, en este caso de la Audiencia de Barcelona. Con una sentencia por agresión sexual de cuatro años y medio, Alves podría seguir como preventivo, a lo sumo, dos años y tres meses. Como ya lleva 13 meses entre rejas, la conclusión es que solo puede permanecer (en el peor de los escenarios para él) otros 14 meses en esa misma situación. Después, y siempre y cuando no se haya dictado aún una sentencia firme, el tribunal se vería obligado a dejarle en libertad provisional.

Lo más probable, sin embargo, es que Alves quede mucho antes en libertad provisional. El tribunal debe valorar que, con el tiempo que le resta de preso preventivo (14 meses), lo más probable es que no se hayan resuelto todos los recursos y no se cuente, aún, con una sentencia firme. Si permaneciera preso preventivo todo ese tiempo, razonan fuentes penitenciarias, al final Alves habrá estado en una situación mucho más desfavorable que un reo con sentencia firme: habrá pasado dos años y tres meses sin poder obtener ningún tipo de salida ni otros beneficios penitenciarios que sí podría haber alcanzado como penado.