El Supremo condena a 135 años de prisión a un hombre que distribuyó fotos y vídeos de una treintena de niñas a las que cuidaba o daba clases
El pedófilo, de nacionalidad británica, trabajó como ‘au pair’ y profesor de inglés en casas y colegios de Zaragoza y Madrid
El Tribunal Supremo ha condenado a 135 años de prisión a un hombre de 33 años que distribuyó en un foro de pedofilia fotos y vídeos de más de una treintena de niñas a las que cuidaba en sus casas o daba clases de inglés en un colegio de Madrid. La Sala de lo Penal ratifica la condena dictada por la Audiencia de Madrid hace un año por ocho delitos de elaboración de pornografía infantil con la agravante de reincidencia, 32 delitos de revelación de secretos y uno contra la integridad moral.
Según los hechos probados que recoge la sentencia, el hombre, de nacionalidad británica y que había sido condenado por delito de pornografía infantil en Inglaterra en junio de 2016, empezó a actuar en España en agosto de ese mismo año. Primero lo hizo en Zaragoza, donde fue contratado por una familia como au pair y cuidador de tres menores. El acusado sacó fotos y vídeos de dos de ellos desnudos, y distribuyó las imágenes a otras personas.
En 2017 se mudó de Zaragoza a Madrid, donde actuó de forma similar con una familia con tres hijos menores, a los que fotografió y grabó sin que se dieran cuenta. Entre enero de 2018 y junio de 2019 trabajó en un colegio en Madrid, donde, “prevaliéndose de su condición de profesor, y aprovechando que se encontraba solo en clase con los menores, grabó varios videos y tomó fotografías a las menores de edad enfocando a las braguitas y en otras ocasiones, poniendo la cámara por debajo de la falda”, añade la sentencia. A partir de esas imágenes, el acusado hizo montajes en vídeos y fotografías que distribuyó en un foro de pornografía.
La sentencia, además, explica que, para poder trabajar como profesor auxiliar nativo de inglés en el colegio y posteriormente en otro centro, y con la finalidad de ocultar sus antecedentes penales, aportó una copia de un pasaporte de Israel que resultó ser una reproducción falsa, así como copias del título oficial de una Universidad de Hertfordshire y del certificado de docente titulado que también eran reproducciones falsas.
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