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La sequía cede en la mitad de California ante las intensas tormentas

Las históricas precipitaciones anulan el fenómeno de seca en el centro y la costa de la entidad, que aguarda nuevas lluvias y nevadas en marzo

Montañas nevadas en Los Ángeles
Una imagen de las montañas nevadas, en el condado de Los Ángeles.PATRICK T. FALLON (AFP)
Luis Pablo Beauregard

Las redes sociales de los angelinos están llenas estos días de postales de montañas repletas de nieve. La cordillera de San Gabriel, a espaldas del legendario letrero de Hollywood, lucen de blanco después de una tormenta invernal atípica. La nieve no solo ha dejado bellas imágenes, sino algo de esperanza. El hielo es vital para que la región pueda afrontar el verano, un periodo de altas temperaturas y escasez de agua. Después de más de dos meses de fenómenos climáticos, la mitad de California ha dejado de mostrar señales de sequía, la condición extrema que ha castigado al territorio desde hace casi cuatro años.

El reporte más reciente del Departamento de Agricultura destinado a vigilar la sequía en el país muestra la mejoría que han dejado nueve ríos atmosféricos consecutivos en el Estado. Desde finales de diciembre y durante dos semanas, fenómenos de baja presión provocaron intensas lluvias y vientos a lo largo del estado. El servicio meteorológico calcula que en esos días cayeron sobre el territorio unos 121.000 millones de litros de agua. Muchas regiones del estado recibieron en unas tres semanas cerca de su promedio anual de precipitaciones. La media en esos días rozó los 30 centímetros, la mitad de la cantidad de líquido que se recibe en toda la temporada de lluvias. El ciclo de tormentas también dejaron 19 fallecidos, más que cualquier incendio forestal registrado desde 2018.

El mapa publicado este jueves indica que hay dos regiones exentas de sequía. Estas son casi el 17% del territorio. Una es la zona de la costa del Pacífico, que se extiende desde Los Ángeles hacia el norte por los condados de Ventura, Santa Bárbara, San Luis Obispo y Monterey. La otra es el valle central de California, una zona considerada el motor agrícola del Estado. Hace una semana el 85% estaba castigado por el fenómeno de seca. Hace tres meses, la situación era todavía peor. Esta persistía en la totalidad del territorio. Al menos el 40% de la tierra estaba en condiciones extremas y excepcionales. Hoy estos niveles, los más graves de los seis, no están presentes.

Río de Los Ángeles
Otra imagen inusual: el río de Los Ángeles lleva agua este 1 de marzo después de varios días de lluvias.ETIENNE LAURENT (EFE)

El 83% de California, no obstante, se encuentra dentro del primer peldaño del monitor de sequía, que considera las condiciones de la tierra son anormalmente secas. De este porcentaje, el 49% está sufriendo de sequía moderada. “Los cambios son increíbles. No solo respecto a la semana pasada, sino comparados también con diciembre de 2022″, aseguró a la prensa Brad Purgh, uno de los autores del informe periódico.

La situación aún puede cambiar en las próximas semanas. El Servicio Meteorológico ha pronosticado un arranque húmedo para marzo, que traerá más lluvias y posible nieve a California. Los meteorólogos también prevén, para las próximas dos semanas, un nuevo río atmosférico entrando desde el Pacífico. La preocupación de los expertos es que este nuevo fenómeno llegue nutrido por aires tropicales, lo que elevaría la temperatura del agua y derretiría la nieve que ha caído en los últimos meses. Esto podría afectar el panorama más optimista para un Estado que busca abandonar un trienio de dificultades hídricas. La nieve representa un tercio del abastecimiento al complejo sistema de aguas. Es necesario un lento derretimiento del hielo para alargar el suministro. Las reservas de nieve están muy saludables por el momento.

Las presas y reservas también guardan buenas noticias. Los ocho mayores depósitos del Estado han elevado sus niveles desde diciembre. Tres de estos tienen actualmente su capacidad arriba del promedio histórico para esta época del año. Es una situación muy diferente a la que se vivía el año pasado, cuando ninguna de las presas estaba por encima de la media. Una de las más grandes, la presa de Oroville, está 18% por encima de sus niveles históricos. Al lago Shasta, la mayor reserva, ubicada al norte de la entidad, le resta un 14% para alcanzar la marca.

Ante este panorama la gente se pregunta si el Gobierno estatal mantendrá la emergencia por la sequía. Los expertos coinciden en que depende de las condiciones que se vivan a lo largo de este mes. Si la lluvia sigue llenado las reservas y las bajas temperaturas ayuda a conservar la nieve, California podría dar por concluida su emergencia más reciente. La situación sería parecida a la que se vivió en abril de 2017. El gobernador de entonces, Jerry Brown, decretó entonces el fin de cinco años de sequía tras un invierno con precipitaciones sin precedentes y un esfuerzo de conservación de agua impuesto por las autoridades estatales. Brown levantó la emergencia, peor mantuvo la orden para que los condados cuidaran del agua. Las condiciones podrían repetirse seis años después. Las buenas noticias podrían llegar en abril.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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