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Uno de cada 10 adolescentes ha recibido una proposición sexual de un adulto por internet

Un informe de Unicef revela que uno de cada tres estudiantes de ESO hace un “uso problemático” de la Red

Un grupo de adolescentes con sus móviles, en un parque en la Comunidad de Madrid.
Un grupo de adolescentes con sus móviles, en un parque en la Comunidad de Madrid.Olmo Calvo
María Sosa Troya

Es excepcional que un adolescente no tenga redes sociales, 9 de cada 10 se conectan a diario o casi todos los días a internet. La Red ofrece un sinfín de opciones —información, entretenimiento y amigos a golpe de clic—, pero es en demasiadas ocasiones un mundo sin supervisión y no exento de riesgos. Uno de cada 10 estudiantes de ESO ha recibido al menos una proposición sexual de un adulto a través de la Red o de videojuegos y a un 11% los han presionado para que enviaran fotos o vídeos suyos de contenido erótico o sexual. Son conclusiones de un informe que ha presentado Unicef este martes, que la organización califica como el “mayor estudio realizado hasta la fecha” en España y a nivel europeo sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia. Entre sus conclusiones destaca que uno de cada tres menores presenta un “uso problemático” de internet, es decir, que tienen un posible enganche: lo usan a diario, más de cinco horas al día y les impide hacer otras cosas, como relacionarse con su familia, estudiar o descansar.

Hay un mundo paralelo detrás de las pantallas, y Unicef ha hecho una exhaustiva radiografía, tras consultar a más de 50.000 adolescentes de 265 centros de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) de las 17 comunidades autónomas y analizar una muestra final de más de 41.000 chicos de 11 a 18 años. Se conectan buscando divertirse, el 97% ha sentido alegría o risa en internet; el 82%, tranquilidad o relajación. El 58% entra en la Red para hacer amigos, y un 44%, para no sentirse solo. “Para ellos es una fuente de experiencias y de afectos insustituible, un surtidor emocional que no se les puede negar. La mayoría comparte emociones positivas, aunque hay algunos que también sufren exclusión, ansiedad o acoso”, explica por teléfono Nacho Guadix, responsable de Educación de Unicef España.

Es indiscutible el peso de las pantallas en su vida. La edad media ala que se tiene el primer móvil roza los 11 años; casi la mitad de los jóvenes que tienen uno entran en internet más de cinco horas al día durante los fines de semana y un 31,5%, incluso entre semana. Casi el 60% duerme con el móvil o la tableta en la habitación todos o casi todos los días, y uno de cada cinco se conecta a partir de las doce de la noche, “cuando las prácticas de riesgo aumentan”, añade Guadix. Además, dos de cada tres cuentan con más de un perfil en la misma red social, que utilizan “selectivamente para familia y conocidos o para el grupo de iguales”, señala Unicef en el informe, “a menudo los progenitores pueden llegar a tener una falsa sensación de control”.

“El mundo digital ha entrado en nuestras vidas y se nos ha colado en casa. Nuestros hijos se encierran en la habitación con los dispositivos y no sabemos qué ocurre”, expone Guadix. Hay dos riesgos que preocupan especialmente a la organización. Por un lado, “los relacionados con el envío de fotografías o vídeos sexuales, con el grooming [prácticas por la cual un adulto se hace pasar por un menor de edad para ganarse la confianza de los niños con fines sexuales] y con los usos abusivos”, añade este experto. El 42% de los encuestados asegura haber recibido alguna vez mensajes de contenido erótico o sexual, el 44% conoce lo que es la internet oscura y un 4,7% ha entrado alguna vez en esta parte oculta de la Red. Los propios adolescentes identifican el ciberacoso, la sextorsión (cuando una persona es chantajeada con hacer públicas imágenes suyas de contenido erótico o sexual) o el acceso a contenidos inadecuados como los principales peligros de la tecnología.

Por otro lado, los datos revelan tasas de acoso escolar “sensiblemente más altas que las que ofrecen las estadísticas oficiales”. “Los datos hasta ahora apuntan a uno de cada cinco teniendo en cuenta las denuncias presentadas. Nosotros estimamos que son uno de cada tres, incluyendo tanto a las víctimas como a las víctimas que también son agresoras”, señala Guadix, “y en internet, la cifra es de uno de cada cinco″. Muy a menudo, además, quienes lo sufren no son conscientes de ello o no tienden a interpretarlo en esos términos. Solo el 3% de los encuestados diría que está sufriendo acoso escolar y solo el 2%, ciberacoso.

El estudio ofrece un reguero de datos. Se estima en más de 600.000 los estudiantes de ESO que pueden presentar un uso problemático de internet y las redes sociales (el 33%), que acarrea perjuicios en su bienestar emocional y que Antonio Rial, profesor de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela, responsable del estudio, ha definido este martes, durante la presentación, como “un problema de salud pública”. Además, “uno de cada cinco [alrededor de 400.000] podría tener ya cierto nivel de enganche a los videojuegos”. Este último es el principal canal de ocio y entretenimiento para 6 de cada 10 adolescentes, y más de la mitad participa en juegos no aptos para su edad. Además, el 3,6% de los estudiantes reconoce haber jugado o apostado dinero online alguna vez en su vida, lo que equivale a más de 70.000 alumnos.

Guadix insiste en que Unicef no quiere caer en una sensación “ni alarmista ni demonizadora” del entorno digital, imprescindible para la vida de los chicos, sino crear entornos protectores. “No podemos estar ajenos a lo que ocurre. Quizás si van por la calle no les dejaríamos cruzar solos a determinadas edades; en el mundo digital nos hemos dejado ir”, afirma. Asegura que las familias que están involucradas consiguen que los riesgos “bajen de forma notable” y que, aunque un cuarto de los encuestados dice tener discusiones con sus padres, madres o cuidadores por la tecnología al menos una vez a la semana, solo al 29% le ponen límites o normas sobre el uso de la Red.

Por ello, Unicef llama a aumentar las competencias digitales de los adolescentes, tanto en casa como en el instituto e insta a que las familias cuenten con apoyo. “Aunque no hay ninguna medida que consiga, por sí sola, eliminar los riesgos”, indica Guadix, es preciso “fomentar que los chicos y chicas puedan tener medidas de autoprotección”, deben estar informados. La organización reclama a las instituciones “políticas más contundentes” para proteger a los menores en la Red y a la industria tecnológica, que garantice recomendaciones claras de uso y privacidad.

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Sobre la firma

María Sosa Troya
Redactora de la sección de Sociedad de EL PAÍS. Cubre asuntos relacionados con servicios sociales, dependencia, infancia… Anteriormente trabajó en Internacional y en Última Hora. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cursó el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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