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Sanidad propone un tope de 1.500 pacientes por médico y enfermero de atención primaria

El plan de medicina de familia del ministerio prevé convocatorias obligatorias de plazas bienales

Una médica atiende a una paciente.
Una médica atiende a una paciente.Ó. Corral

Pocas afirmaciones son más compartidas en el mundillo sanitario como que la atención primaria es la clave, la puerta del sistema que debe asumir los cuidados a una población cada vez más envejecida y pluripatológica. Y también que es un sector abandonado, con protestas de los profesionales, falta de ellos y sobrecarga de trabajo como denuncian los médicos gallegos en sus protestas actuales. En medio de esta situación, el Ministerio de Sanidad ha presentado a las comunidades esta mañana un plan para potenciarla. Entre sus medidas, un objetivo catalogado como "a largo plazo": que en 2025 todos los profesionales (médicos y enfermeros) de primaria "tengan cupos que cumplan criterios ajustados a las características demográficas, epidemiológicas y socioeconómicas de la población. Una cifra de partida aceptable, sujeta a este análisis pormenorizado de los criterios, es que los cupos no superen las 1.500 personas, y en el caso de pediatría, las 1.000 personas", dice el documento que la ministra, María Luisa Carcedo, ha presentado este jueves a los representantes de las comunidades.

“Nos decían que si no hacíamos más con menos éramos malos médicos”

Una veintena de jefes de centros de salud de la comarca de Vigo renunciaron en bloque a sus cargos el pasado diciembre para no ser "cómplices" del destrozo de los recortes. "Los de arriba nos decían que si no éramos capaces de hacer más con menos es que éramos malos profesionales y nos lo creímos. Hasta que un día nos dimos cuenta de que no, de que la culpa no era nuestra". Aquí relatan las "trampas" de 10 años de austeridad.

En 2017, último año con datos, la media de tarjetas sanitarias por médico era de 1.347. Por comunidades, Baleares, Madrid y el Ingesa (Ceuta y Melilla, que están a cargo del ministerio) superan las 1.500 de media. Hay otras cuatro, Canarias, Murcia, Valencia y Andalucía, con medias por encima de 1.400, lo que permite suponer que haya tasas superiores a las 1.500 en algunos centros de salud. Los datos del ministerio no permiten saber las asignaciones médico a médico, pero por si se toman las áreas sanitarias se ve que de las 169 en que está dividido el territorio español, 32 tienen cupos de más de 1.500 de media (el 19%), y otras 39 tienen 1.400 o más. 

La que más pacientes asigna a cada médico es el área de Ibiza, con 1.834 tarjetas por facultativo. La que menos, Soria, con 656. Varias zonas del interior (además de Soria, Ávila, Zamora, Teruel, Calatayud) están al final de esta lista, lo que indica que el número en bruto de pacientes por médico no es, en sí mismo, un indicador de una buena atención, sino que puede reflejar la dispersión de la población. De hecho, hay profesionales que afirman que reducir la ratio no supone mejoría alguna.

Los datos dan otra pista: más que faltar médicos de primaria, están mal repartidos. Es decir, la media actual está por debajo del máximo fijado, pero hay muchas zonas que lo superan. Para solucionarlo, la idea que se baraja, desde Castilla y León a Andalucía, es incentivar los contratos de las zonas rurales o apartadas.

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En enfermería, la tasa actual es de 1.547 pacientes de media para cada uno de los 29.662 profesionales. Pero hay una gran variabilidad. Madrid es la comunidad con una mayor tasa de cartillas por profesional de enfermería de primaria (2.016), y otras seis comunidades (Baleares, Murcia, Andalucía, Canarias, Valencia y Cantabria), más el Ingesa, que lo superan. La Rioja, Extremadura y Castilla y León tienen menos de 1.200 tarjetas por enfermero de media.

Respecto a los pediatras, el documento establece un máximo de 1.000 tarjetas por especialista. La media de España está muy cerca, en 1.018. La horquilla va de las 848 de Canarias a las 1.284 de Ceuta y Melilla y las 1.162 de Madrid, donde la concentración de la población facilita esta acumulación.

El reciente estudio sobre oferta y demanda de especialistas que presentó el Ministerio de Sanidad calcula que el 63,4% de los médicos de familia y el 55% de los pediatras tiene más de 60 años, lo que quiere decir que se van a jubilar en cinco años como mucho. Esas plazas habrá que reponerlas y aumentarlas si se quieren bajar las tasas, además de reorganizarles. Y en ese sentido los consejeros han apuntado a la necesidad de ampliar la oferta de especialistas, con la reclamación incluso de un MIR extraordinario para primaria. Este ya fue rechazado por Carcedo al término del último consejo interterritorial (la reunión de coordinación entre el ministerio y las comunidades), cuando explicó que era preferible aumentar las plazas de las próximas convocatorias MIR ya que si no se produciría un solapamiento de los ciclos formativos.   

Para casos como el de Castilla y León y otras comunidades con características similares (Castilla-La Mancha, Galicia) u otros rasgos especiales (la insularidad, por ejemplo) se propone "identificar Zonas Especiales de Salud que, por sus especiales características demográficas y geográficas, precisarán una estrategia diferenciada para la contratación de profesionales y para la prestación de servicios".

El plan presentado establece que las ofertas públicas de empleo deben ser "al menos" bienales. Estas convocatorias son autonómicas y se reactivaron en 2017 después de que se redujeran al mínimo durante la crisis (desde 2012), cuando se estableció que la tasa de reposición del personal no podía ser de más del 10%. Precisamente, Sanidad propone, "a medio plazo", mantener una tasa de temporalidad inferior al 10%. De nuevo, los datos del ministerio reflejan lo difícil que va a ser. Estos demuestran que en 2014 el 70% de los contratos de médicos de familia eran por menos de un mes por el 64% de los demás especialistas. En 2017 la situación no era mucho mejor: ese año se firmaron casi veinte mil (19.978) contratos temporales con médicos de familia (equivalentes al 51% del total de médicos de familia del sistema nacional de salud en enero de 2018).  En 2017 solo el 6,9% de los contratos de los médicos de familia fueron indefinidos (el 9,4% para otros especialistas).

En esa línea y con la idea de fidelizar a los médicos jóvenes, se propone "nivelar los salarios" entre los profesionales de atención primaria y especializada. Y también "ofertar a los residentes que finalizan el periodo de formación sanitaria especializada, contratos de área con vinculación a equipos, de al menos dos años de duración", con lo que se reducirá la precariedad.

El documento, que aún puede ser sujeto de cambios, va más allá de los médicos y el personal de enfermería y propone que la cartera de servicios plantee una "integración en la atención primaria de todos los profesionales, sanitarios y no sanitarios, que vayan a trabajar en este ámbito, definiendo sus funciones y los servicios que deben desarrollar. Y cita a especialistas en medicina familiar y comunitaria, especialistas en enfermería familiar y comunitaria, especialistas en pediatría, especialistas en enfermería pediátrica, matronas, psicólogos o profesionales de la salud mental, fisioterapeutas, odontólogos, higienistas dentales, técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, trabajadores sociales, profesionales de las unidades administrativas, farmacéuticos de atención primaria y optometristas como posibles componentes.

El proyecto muestra que todo esto, más aspectos como la promoción de la investigación en atención primaria y la necesaria utilización de la sanidad electrónica (la historia clínica) interconectada para todos los profesionales implicados, tanto de primaria como en hospitales, necesita dinero. No hay una cifra en el texto, pero sí se menciona la necesidad de "habilitar créditos en el presupuesto de gastos anual del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social para financiar determinadas actuaciones de las comunidades autónomas en atención primaria enmarcadas en la implementación de la Estrategia de Cronicidad, la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención y la Estrategia de Seguridad del Paciente en el Sistema Nacional de Salud".

La reunión de ayer dejó con buen sabor de boca a los consejeros autonómicos, informa Efe. “Todos tenemos el compromiso de trabajar por mejorar la atención primaria, abordando las prioridades”, dijo Antonio Sáez (PP, Castilla y León). El de Madrid, Enrique Ruiz (PP), también destacó la “lealtad institucional” de las comunidades, al margen de su signo político, para dar a la primaria “la dimensión que merece”. La idea de que hace falta una coordinación del ministerio también la expresaron José María Vergeles (Extremadura, PSOE) y Jesús Vázquez (Galicia, PP). Este solicitó un MIR extraordinario, como su homóloga de La Rioja, María Martín (PP). Jesús Fernández (Castilla-La Mancha, PSOE) resaltó la idea de que todos los MIR pasen por Medicina de Familia.

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