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Cómo evitar las picaduras de los mosquitos este verano

Los expertos explican qué atrae más a estos insectos y cuál es la mejor forma de repelerlos

Solo pican las hembras porque los mosquitos necesitan la sangre para reproducirse, no para alimentarse.
Solo pican las hembras porque los mosquitos necesitan la sangre para reproducirse, no para alimentarse.Kwangmoozaa (Getty Images/iStockphoto)
Inés Sánchez-Manjavacas Castaño

Llega el verano al hemisferio norte, suben las temperaturas y aparecen los mosquitos. Este insecto, además de molesto, es también peligroso, ya que puede transmitir numerosas enfermedades. Raimundo Outerelo, profesor emérito de Zoología de la Universidad Complutense de Madrid, cuenta que en el mundo hay unas 3.500 especies de mosquitos diferentes, 62 registradas en España. Las más comunes son el mosquito común (Culex pipiens), que transmite la fiebre del Nilo, y el mosquito tigre (Aedes albopictus), que puede transmitir la malaria, la fiebre amarilla, el virus del dengue y el del zika. Aunque este insecto es originario de Asia, en los últimos años ha invadido Europa y el Mediterráneo.

En 2020, la OMS advertía de que este insecto causa más de 700.000 muertes al año en el mundo. En España no suponen un gran riesgo, el principal mal que causan son las molestias de sus picaduras, pero el territorio tampoco está exento de peligro. En los últimos dos años se diagnosticaron 10 casos de fiebre del Nilo y en uno de ellos el paciente murió, según el Instituto de Salud Carlos III. Varios expertos explican a EL PAÍS qué hace a unas personas más atrayentes que otras para ellos y cuál es la mejor forma de evitarlos.

¿Qué les atrae?

Solo pican las hembras porque necesitan la sangre para reproducirse, no para alimentarse. Hay diversos factores que las llevan hasta su víctima y cada especie tiene sus preferencias. Primero detectan el dióxido de carbono que exhala su presa, que les indica dónde se encuentra, dice María José Ruiz, investigadora de la Estación Biológica de Doñana (EBD). También utilizan temperatura corporal para localizarla, pero es el sudor lo que hace que se decanten por una u otra persona a la que chuparle la sangre.

Al sudar, emanamos una serie de sustancias químicas, como el ácido láctico o el octanol, que atraen a estos insectos, expone Ruben Bueno, entomólogo y responsable de Control Vectorial para Europa en Rentokil Initial. “Como estos compuestos varían en función de cada individuo, puede haber personas más atrayentes y menos”, continúa. La mayoría de estos elementos los producen las bacterias de nuestra piel, por lo que la edad, el sexo y estar enfermo pueden influir, amplía Ruiz y añade que las mujeres embarazadas son más atrayentes para los mosquitos.

En algunas especies se ha visto que el color de la ropa influye a la hora de convertirse en un blanco deseable para ellos. Por ejemplo, se ha visto que el mosquito tigre se siente atraído hacia los colores negros, según Roger Eritja, responsable de entomología de Mosquito Alert e investigador del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB). También se sienten atraídos hacia la ropa ajustada, añade Ruiz, de la EBD.

“No hay dos mosquitos iguales y entre sí tienen unas diferencias de comportamiento, costumbres, reacciones y apetencias enormes”
Roger Eritja, responsable de entomología de Mosquito Alert e investigador del Centro de Estudios Avanzados de Blanes

El pasado mayo, la revista Cell publicó un artículo en el que los autores habían probado cuatro jabones comerciales en diferentes sujetos para comprobar si sus componentes cambian la “huella de olor” de los voluntarios para atraer o repeler a estos insectos. Aunque los lavados modificaron “significativamente” los olores corporales humanos, la atracción o repelencia de los sujetos dependía de la interacción entre los cambios que producía el jabón y la composición específica del aroma de cada huésped.

Otras investigaciones han apuntado al grupo sanguíneo de las víctimas e, incluso, al consumo de cerveza como factores de atracción. Sin embargo, Eritja señala que estos estudios suelen hacerse con una única especie de mosquito y es complicado extrapolar los resultados a las demás especies. “No hay dos mosquitos iguales y entre sí tienen unas diferencias de comportamiento, costumbres, reacciones y apetencias enormes”, destaca el investigador del CEAB.

¿Cómo evitarlos?

Los expertos coinciden en que la mejor arma de aquellos que sufren la persecución de estos insectos es un buen repelente. Lo mejor es adquirirlos en tiendas especializadas o en farmacias y seguir “al pie de la letra” los consejos del etiquetado, afirma Bueno, de Rentokil Initial. Hay que tener en cuenta que su efecto depende del olor personal, por lo que debemos identificar cuánto atraemos a los mosquitos para utilizar un producto de mayor o menor graduación, dice Ruiz.

Hay que aplicar la loción por toda la piel. Si no se hace así, “los mosquitos encontrarán donde no te has puesto el repelente y te picarán allí”, concluye Eritja. Además de estos productos, también conviene usar manga larga si alguien sale de casa a primera o a última hora del día y va a una zona en la que haya concentración de estos insectos. Por ejemplo, si va a pasear al campo, indica Jordi Figuerola, profesor de investigación en la EBD. Ruiz agrega otros consejos como ponerse ropa holgada (la ajustada puede atraer a algunas especies, como el mosquito tigre) y colocar mosquiteras en casa.

Cuando un mosquito nos pica en casa, la mayoría de las veces “ha nacido en nuestra casa o en casa del vecino”, asegura Figuerola. El entomólogo explica que lo principal es evitar que haya en el hogar lugares en los que se puedan reproducir. Estos insectos necesitan el agua para depositar los huevos y que se desarrollen, por lo que conviene vigilar cualquier recipiente que pueda acumularla. Por ejemplo, los platos bajo las macetas, bebederos de pájaros, cubos, el recipiente para el desagüe del aire acondicionado, dice.

Eritja, de la CEAB, advierte de ciertos productos que se venden como medidas para repelerlos y evitar sus picaduras, pero que realmente no funcionan o su eficacia es limitada. El investigador afirma tajante que los aparatos de ultrasonidos dedicados a ahuyentar a estos insectos son “completamente ineficaces, un placebo. Nunca se demostró su eficacia”.

Las velas y las pulseras de citronela tampoco son la mejor opción, señala el investigador. Aunque esta sustancia sí puede actuar como repelente natural, la cantidad necesaria para que funcione es “muy elevada”, destaca. Eritja sugiere el aceite de eucalipto para aquellos que prefieran un producto más natural frente a los comerciales.

Los mosquitos y el cambio climático

El cambio climático puede suponer una dualidad para los mosquitos. Por un lado, las temperaturas cada vez más elevadas del planeta facilitan su proliferación. Los inviernos cada vez más cálidos hacen que su periodo de actividad se alargue y cuando llega la primavera hay más mosquitos para reproducirse, cuenta Figuerola, de la EBD. Si el frío no controla las poblaciones, aumenta la probabilidad de transmisión de patógenos, continúa. Sin embargo, si hace demasiado calor, también les perjudica porque no son capaces de regular su temperatura corporal, asegura Eritja.

La sequía, por otro lado, reduce la cantidad de agua disponible en el planeta, que es necesaria para su reproducción y el desarrollo de las larvas. Esto dificultaría mucho la cría a algunas especies que necesitan grandes cantidades de agua estancada para ello. El fenómeno lo notarán menos los mosquitos urbanos, que tienen una gran capacidad de adaptación. “Si no llueve, habrá menos jarrones con agua y menos mosquitos, pero si los rellenamos, paliamos los efectos de la sequía aportando agua manualmente”, expone el investigador del CEAB.

La tecnología como aliada: Mosquito Alert

Uno de los problemas más graves para estos insectos, además del cambio climático, es la llegada de especies invasoras. Una de ellas es el mosquito tigre. Su llegada a España supuso la transmisión de enfermedades que hasta ese momento no se daban en el país, según Figuerola.

La aplicación Mosquito Alert nació hace casi 10 años con el objetivo de detectar estas especies invasoras. Es una aplicación, un proyecto de ciencia ciudadana, en la que los usuarios envían fotos de mosquitos, picaduras, o posibles lugares de cría y los entomólogos las analizan para reconocer las especies y localizarlas, cuenta Eritja, que forma parte de su equipo.

Además del mosquito tigre, también buscan el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes japonicus), el de Corea (Aedes koreicus), el mosquito común y el mosquito de Japón. El último lo encontraron por primera vez en 2018 gracias a un ciudadano de Asturias. A principios de junio lanzaron una campaña conjunta con el Ministerio de Sanidad que pretende concienciar a la gente para que utilice la aplicación. También trabajan con las administraciones de otros países como Italia, Holanda, Austria y Estados Unidos.

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Sobre la firma

Inés Sánchez-Manjavacas Castaño
Redactora en la sección de Salud desde septiembre de 2022. Estudió un doble grado de Periodismo y Documentación en la Universidad de Murcia. Cursó el máster de periodismo UAM-EL PAÍS con la promoción 2021-2023.

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