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Columna
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‘True detective’ y la invasión femenina

Seguimos sumergidos en lo obvio: hombre (cierto hombre) no entiende espacio conquistado por mujer

Jodie Foster en una escena de la serie 'True detective'.
Berna González Harbour

Hubo un tiempo en que las mujeres en general no opinábamos en la prensa o lo hacíamos solo sobre temas de igualdad, un aburrimiento que nos encasillaba irremediablemente en la obviedad. Coincidía con muchísimas otras discriminaciones, claro, pero las noticias de esta semana nos ponen a mano esta esfera y otra muy destacable: en esa misma era del pasado, el cine y la novela negra —un género de enorme valor por su capacidad para retratar las zonas oscuras de lo contemporáneo— exhibían a hombres omnipotentes que resolvían en pasos certeros y resolutivos casos asombrosos mientras las mujeres estaban relegadas al papel de víctimas, busconas, prostitutas, malvadas o bellísimos objetos de deseo. No había mucho margen para la inteligencia en esa mitad del universo, con alguna excepción.

El asunto viene a cuento del increíble debate que ha estallado esta semana en torno a la nueva temporada de True detective, objeto de una campaña de indignación machista por el gran protagonismo que cobran las mujeres y las minorías. Lo woke enfada mucho a los señoros.

En el espejo inverso, el cabreo también ha estallado porque la directora y la protagonista de Barbie, la película que ha señalado lo peor de los clichés machistas que traslada la muñeca, hayan quedado fuera de los Oscar mientras que el actor que representa al inane Ken, Ryan Gosling, sí haya pasado el filtro. Momento paradójico como ninguno, digno de una eventual Barbie 2 en la que la protagonista, está claro, tendrá que volver a destrozarse los pies con los tacones de los que se liberó en la uno.

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Pero detengámonos un momento en esos clichés: si la primera temporada de True detective repetía la fórmula de dos hombres brillantes y escasas mujeres relegadas a esos papeles penosos, esta cuarta es, como la hipoteca, un cliché inverso. Jodie Foster y Kali Reis interpretan a dos agentes al mando que repiten lo que tanto hicieron ellos: son capaces de neutralizar a un hombre violento cual Humphrey Bogart en el papel de Marlowe en El sueño eterno; de afear la ignorancia de sus compañeros; o de visitar a sus amantes para tirárselos y dejarlos precisamente tirados tras el acto, rumbo a cosas más importantes. Y ellos, los hombres, siempre están por debajo o son más tontos.

Lo cansino de quienes denuncian “la invasión femenina” en el ámbito intelectual es que seguimos sumergidos en lo obvio: hombre (cierto hombre) no entiende espacio conquistado por mujer. Un aburrimiento. Por cierto, y por si a alguien le importa: la nueva temporada de True detective es woke, sí, pero también imprescindible y magnética. Un gran producto.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.
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