_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Neuralgias

La salud está bien, si no la conviertes en una creencia religiosa. Quiero decir que un poco de enfermedad también ayuda a la comprensión del universo

Mistura de ayahuasca siendo servida en un ritual.
Mistura de ayahuasca siendo servida en un ritual.GETTY
Juan José Millás

Cada día hay más idiotas que aseguran haber probado la ayahuasca, lo que me hace dudar sobre los beneficios de la “expansión de la conciencia” y todo eso. Quiero decir que si vuelves del lado de allá tan tonto como te fuiste a él, quizá no valga la pena afrontar los riesgos que conlleva su consumo. Esto vale para todos los viajes en general, incluidos los físicos. Hay gente que se va de vacaciones a Tanzania y regresa como si se hubiera ido al pueblo de sus padres y gente que se va al pueblo de sus padres y parece que ha veraneado en Marte. Los primeros hombres que pisaron la Luna, que está ahí al lado, nunca fueron los mismos.

Y de eso se trata, de no ser el mismo cuando vuelves. Nos drogamos para ser otros, porque ser los mismos es una maldición insoportable, sobre todo si nos han subido el precio de la hipoteca. Una de las promesas del otoño, con la caída de la hoja, es esa: que se nos caiga también algo a nosotros (además del pelo), que se nos caigan los prejuicios, no sé, que se nos caigan las obsesiones antiguas, los viejos tics, las convenciones periclitadas, signifique lo que signifique periclitadas, y se nos expanda la conciencia de verdad, de modo que alcancemos a ver cosas que nunca creeríais. Si la ayahuasca o el LSD o la cafeína ayudaran un poco a cambiar, yo me pondría ciego de las tres sustancias o de las que fueran necesarias, aun a costa de mi salud.

La salud está bien, si no la conviertes en una creencia religiosa. Quiero decir que un poco de enfermedad también ayuda a la comprensión del universo. El aura que precede a las grandes neuralgias tiene algo de viaje mental extraordinario, lo sé por experiencia propia. Un viaje cuyo precio, desde luego, es el dolor, qué le vamos a hacer. Pero se vuelve más transformado de una buena neuralgia que de un fin de semana en la sierra con un gurú de mierda.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_