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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Actualicemos nuestros currículos: todos hemos trabajado en Silicon Valley

La experiencia de un exempleado de Twitter le dan una idea a un tiktoker para que podamos maquillar nuestra experiencia laboral

Twitter
Las oficinas de Twitter en San Francisco, "nuestras" oficinas.Lea Suzuki/The Chronicle (AP)
Jaime Rubio Hancock

Twitter pasa por un momento, digamos, complicado. Muchos dan por seguro que en unos meses se habrá quedado convertido en un páramo sin apenas usuarios. Y si aguanta es porque aún no tiene alternativa clara.

Lo que ya es un páramo, o casi, son las oficinas de la empresa: Elon Musk ha despedido a tanta gente (5.500 de los 7.500 empleados que tenía en octubre de 2022) que desde fuera parece un milagro que la red social solo haya sufrido tres caídas graves desde diciembre. Y el ambiente no parece precisamente agradable: según la BBC, Musk va con guardaespaldas a todas partes, incluido el baño, porque no se fía de los empleados que quedan.

En ocasiones, las discusiones y despidos son públicos. Hace unos días, Haraldur Thorleifsson preguntó por Twitter a Musk si seguía trabajando en la empresa. Según contaba, ya no podía acceder con su ordenador, pero en recursos humanos no le confirmaban si le habían despedido o no. Musk pasó a preguntarle en público a qué se dedicaba y a reírse de él, concluyendo con un tuit que, como comentaban muchos, se iba a arrepentir de haber escrito si algún día llegaba al juzgado de lo laboral: “La realidad es que este tío (que es rico de forma independiente) no hacía ningún trabajo de verdad, ponía como excusa una minusvalía que le impide teclear y al mismo tiempo estaba tuiteando a lo bestia”.

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Gracias tanto a las respuestas de Thorleifsson como a lo que añadieron otros tuiteros, nos enteramos de que “este tío” tiene distrofia muscular y de que había conseguido su fortuna creando una empresa y vendiéndosela a Twitter. Además, prefirió cobrar con un empleo y no en acciones, para así pagar más impuestos, en agradecimiento a los servicios públicos de su país, Islandia. En Islandia, por cierto, ha lanzado una iniciativa para construir cientos de rampas en el país y mejorar la accesibilidad de las personas en silla de ruedas. Musk se disculpó con “ese tío”, que terminó la conversación preguntando si iba a cobrar lo que la empresa le debía. Luego, “ese tío” cambió de tema y anunció que abría un restaurante y que sacaba disco. No es broma.

Lo de Musk es otro día en Twitter, pero sorprende que una empresa no conteste cuando un empleado le hace una pregunta tan básica como si aún tiene un trabajo. De hecho, esto le dio una idea al tiktoker Alex Pearlman, idea que compartió en un vídeo que lleva unos 9 millones de reproducciones en menos de una semana y que ha acabado en Twitter, porque —esta es otra— Twitter ahora es, sobre todo, un sitio donde se comentan vídeos de TikTok.

En su vídeo, Pearlman habla de Circuit City, una cadena de supermercados estadounidense que cerró en 2009. Según cuenta, durante la crisis, él y sus amigos decidieron maquillar sus currículos con empleos en esa empresa. Nadie podría darse cuenta de que se trataba de empleos inventados porque no había nadie a quien pedir referencias.

Pearlman sugiere hacer lo mismo con Twitter, ya que la experiencia de Thorleifsson indica que, a efectos prácticos, no hay un departamento de recursos humanos en la compañía de Musk: “Ha llegado el momento de que todos nosotros seamos exempleados de Twitter”, propone.

Por supuesto, esto no es más que una broma. De hecho —y ahora hablo como exresponsable de contenidos de Twitter para Europa—, no puedo en ningún caso aconsejarle a nadie que haga nada ni remotamente parecido.

(Nota: creo que este puesto aún no se lo había pillado nadie, pero, si es así, tengo otras opciones. Solo es cuestión de organizarse bien).

@pearlmania500

Honestly circuit city going under was a net positive for all my friends income. #circuitcity #grift #recession #elonmusk #twitter #pearlmania500 #itsgettingworse #resume #2009 im sure some tech bro will come into the comments to tell me how this doesnt work anymore. Dont care.

♬ original sound - Pearlmania500

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Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

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