_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Feliz ‘déjà vu’

En general, sentimos que el planeta gira al revés. Y, al cambiar de año, el futuro ya no nos excita, sino que nos asusta. Feliz 2023

Iluminación de un árbol de Navidad en Odessa, Ucrania, el pasado 30 de diciembre.
Iluminación de un árbol de Navidad en Odessa, Ucrania, el pasado 30 de diciembre.OLEKSANDR GIMANOV (AFP)
Víctor Lapuente

¿Qué año comenzó ayer: 2023 o 1914? Algunas voces sensatas advierten sobre los paralelismos entre la situación actual y la inmediatamente anterior al estallido de la Primera Guerra Mundial. Los anglosajones observan las similitudes entre el periodo eduardiano (o la Belle Époque) y el mundo de hoy: creciente tensión internacional entre países en declive y en ascenso, creciente desigualdad socioeconómica dentro de los países entre ricos y pobres, y creciente desapego social, con las clases privilegiadas entregadas al lujo y al consumo conspicuo. Un mundo Titanic, que se va hundiendo mientras la orquesta sigue tocando.

Lluís Bassets nota que, si dura la guerra de Ucrania, crece el peligro de que se extienda y adquiera el contorno de un conflicto europeo o mundial, como sucedió en 1914 o 1940. Gracias a dirigentes como Putin, la geopolítica está retornando a conceptos que parecían caducos, como que las potencias disfruten de exclusivas “áreas de influencia”.

Es como si una espesa capa retro se estuviera extendiendo en todas las esferas de la vida. Las relaciones exteriores entre naciones están involucionando, pasando de la calidez y el comercio abierto a la frialdad y el cierre de fronteras de tiempos pretéritos. Las relaciones personales entre compatriotas también están en regresión, transitando de la unión alrededor de unos servicios públicos para todos a la ancestral división en castas, con la gente acomodada disfrutando de una educación y sanidad privadas.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Asimismo, hay un déjà vu en la política. Como señala Juan-José López Burniol, en cierto sentido estamos volviendo a los tiempos del Pacto de San Sebastián, la alianza en 1930 entre socialistas, republicanos y nacionalistas que posibilitó la proclamación de la Segunda República. Como en aquella ocasión, los acuerdos del PSOE, UP y otras formaciones de izquierda con los nacionalistas vascos y catalanes son de conveniencia y están traídos por los pelos. Pero, a pesar de las incoherencias internas, ahora como entonces esta entente de intereses perdura más de lo que sus agoreros pronosticaban.

En general, sentimos que el planeta gira al revés. Y, al cambiar de año, el futuro ya no nos excita, como cuando esperábamos el lanzamiento de un nuevo teléfono móvil o tableta, sino que nos asusta, como el temor que despierta la inteligencia artificial.

Feliz 2023.

@VictorLapuente

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_