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Columna
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Tiempo 2023

Es todo un arte el saber colocarse discretamente al borde del camino para contemplar el paso de los días y de las horas con una copa en la mano y brindar por el hecho de seguir vivo

Celebraciones de año nuevo con fuegos artificiales en Sídney (Australia), en 2019.
Celebraciones de año nuevo con fuegos artificiales en Sídney (Australia), en 2019.BROOK MITCHELL (Getty Images)
Manuel Vicent

Puesto que el tiempo pasa de forma cruel e inexorable y no hay cómo pararlo, una prueba de sabiduría consiste en hacerse a un lado y dejar que transcurra sin que te dañe demasiado. Es todo un arte el saber colocarse discretamente al borde del camino para contemplar el paso de los días y de las horas con una copa en la mano y brindar por el hecho de seguir vivo. El tiempo no existe, solo es el cortejo de la historia que pasa con su fanfarria. Nadie cumple años. La edad no es sino el número de placeres y heridas que a cada uno le tiene asignado la fortuna. Este 2023 el cortejo lo abrirá, como siempre, el carro de heno, que transporta la vida y la muerte cogidas de la mano. Seguirá detrás un gran rebaño humano que desfilará bailando, cantando, riendo, llorando, con la gloria y la miseria dentro del mismo saco y que dejará un rastro de hedor cabrío, producto de todos los sueños de felicidad no cumplidos. Cada uno tiene asignado un papel en este circo ambulante, siendo el de equilibrista el más valorado. Considera un regalo de los dioses la capacidad de ver el mundo solo como espectáculo, aunque en este nuevo año que empieza no suceda nada que no haya sucedido ya innumerables veces, guerras, crímenes, grandes descubrimientos, triunfos, fracasos, momentos muy dulces y motivos para flagelarse con un látigo de esparto ibérico. Por encima del carro de heno pasarán las nubes acarreando huracanes, olas de calor sofocante, sequías muy ásperas y también brisas de álamos perfumados en primavera y lluvias benéficas que llenarán el campo de flores y de todos los bienes que ofrece la naturaleza. El terror moderno ha adoptado el nombre de cambio climático, pero si eres catastrofista no esperes ver el fin del mundo este año; el apocalipsis se sirve siempre en pequeñas dosis; en cambio, si eres optimista el tiempo se pondrá de tu parte y te pasará por dentro sin dañarte.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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