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Joaquín Medina, del coro de la iglesia a revolucionar los corridos tumbados con la electrónica

Dos de las últimas canciones del joven intérprete de Chihuahua, ‘ELOVRGA’ y ‘ONTAS BB’, suman más de 200 millones de reproducciones en Spotify

músico mexicano Joaquín Medina
El músico mexicano Joaquín Medina.Cortesía
Andrés Rodríguez

Ando tras de ti, pues me gusta tu silueta. Traigo el cuerno tercia’o por si traen la metralleta. Blindaje artesanal es el que trae la camioneta. Un pase de lavada, bien trabada, trae la jeta, canta y rapea Joaquín Medina en un fragmento de ELOVRGA. La lírica, que roza una delgada línea entre el corrido tumbado y el bélico, no es acompañada por los tradicionales instrumentos de estos subgéneros, como la guitarra y el bajo quinto, o la tuba y el trombón, sino más bien con un beat “bien perro” de house, explica el cantante, más propio de la música electrónica. Lo denomina como un electrocorrido: “Es una pista de música electrónica con la letra típica del corrido, las armas, la fiesta, los lujos, los personajes. Nació como un corrido que se pueda bailar, que se pueda poner en el antro”.

Medina viste una playera negra Dolce & Gabbana, un brazalete brillante y pendientes con piedras preciosas en el video de la canción. Rodeado de mujeres en una discoteca y en una camioneta. Bebidas alcohólicas, ambiente de fiesta y la compañía del cantante Alex Favela y la agrupación Marca Registrada, con quienes colabora en la canción. ELOVRGA, con casi 90 millones de reproducciones en Youtube y más de 200 millones en Spotify, han puesto en el mapa a este cantante y compositor de 22 años originario de Chihuahua.

Sin embargo, antes de tener casi 10 millones de oyentes mensuales, Medina siempre tuvo el gusto por la música y esa idea de conectar con la gente a través de ella y generar algún sentimiento o emoción. Cuando tenía 14 o 15, no lo recuerda con exactitud, empezó a cantar en el coro de la Iglesia, después estuvo en un grupo de pop, aprendió a tocar la guitarra y finalmente comenzó a escribir su propio material. “Desde que entré al coro comencé a tomarme más en serio la música, pues ya era cantar entre un público, ensayar, aprenderte las canciones. Y ya después brinqué a cantar un poquito más en fiestas privadas, en antros”, cuenta.

Su formación musical tuvo algo de autodidacta, pero también contó con maestros en algunos apartados. Un amigo lo introdujo a la guitarra cuando estaba en la secundaria, a la par que comenzó a instruirse en una formación músical más clásica a través de tutoriales y clases disponibles en Youtube. “También estuve en clases de canto tres años con un profesor ahí en la ciudad de Chihuahua, quien me enseñó también un poco de guitarra, de voces, de cantar. Hace siete años que empecé con este trayecto y ahorita puedo decir que vamos poco a poco obteniendo el éxito que siempre había querido, pero quiero llegar a más personas”, precisa.

Inspirado por quien fuera la joven estrella del corrido mexicano Ariel Camacho, otros cantantes y agrupaciones como Gerardo Ortiz, Grupo Codiciado y Enigma Norteño, por mencionar algunos, Medina comenzó en el regional mexicano escribiendo corridos tradicionales, como Me salí con la mía, o de tipo romántico, como El cielo a tus pies, rancheras y poco a poco fue evolucionando su música. Tomó elementos de los corridos tumbados, una variante que se le atribuye a un referente del género como Natanael Cano y que nació al mezclar los viejos corridos tradicionales —episodios de la vida cotidiana narrados a modo de gesta épica— con géneros urbanos como el rap y el reguetón. Con esa inspiración, Medina junto a su productor Hiram Orozco, mejor conocido como Sheeno, le dieron forma a los electrocorridos.

Joaquín Medina durante una presentación.
Joaquín Medina durante una presentación.ALEKS RAMIREZ (Cortesía)

“Ya se dejó atrás que esto es un solo género y que solo se puede cantar sobre un tema. Ahorita todos los artistas son más versátiles y hay que tener más armas para gustarle al público. Pienso que es cuestión de tiempo para que la gente empiece a hacerlo, se empiece a adaptar a ese tipo de canciones y pues poco a poco se va a ir llenando de más electrocorridos la industria”, agrega.

Si bien Medina es quien pone la letra, una de las mentes detrás de la creación de los ritmos y la música de algunos de los electrocorridos más sonados, como ELOVRGA y ONTAS BB, es Sheeno. Este productor y compositor de 21 años de Chihuahua comenzó grabando sus rapeos en su celular y a grabar su música con equipo amateur. Es de la filosofía que no se necesita el equipo más caro o el estudio más exclusivo. A veces, como en ELOVRGA —que se mantiene en el top 50 de Spotify después varios meses de ser la segunda canción más escuchada del país—, solo se necesita una lata vacía de RedBull.

“Al principio era un beat de house cualquiera [la canción], pero queríamos que tuviera ese toque de regional mexicano. Dijimos vamos a agregarle el trombón, pero a falta de ese instrumento, con una lata de RedBull no hay pedo. Ecualizamos, saturamos, autotune y listo. La neta para mí esto significa mucho, porque lo grabamos en un Airbnb en Chihuahua con una Scarlett Solo, la interfaz más barata del mercado”, cuenta Sheeno en un video en su canal de TikTok.

El caso de Medina y sus dos colaboraciones con Sheeno, que además incluye a Grupo Firme y Grupo Marca Registrada en ONTAS BB, no es el único ejemplo reciente del coqueteo entre el regional mexicano y la música electrónica. Según diversos especialistas, la primera colaboración se remonta al año 2013, con Hey you, la canción de Joan Sebastian y el productor estadounidense Will.I.Am, reconocido por su trabajo en la agrupación The Black Eyed Peas. Aunque esta canción haya sido principalmente blanco de burlas y memes, se podría decir que planta la semilla para esta combinación de dos mundos.

Otra colaboración, aunque si bien no fue una fusión como tal, fue la de Natanael Cano con el DJ estadounidense Steve Aoki en Nataaoki (2022). Salieron otras fusiones como Guisao, de Luis R. Conriquez, considerado como uno de los referentes de los corridos bélicos; o Corrido espacial, de Dan Sánchez y Kidd Keo. Un año después, Fuerza Régida incluye también un electrocorrido en su disco Pa las Baby’s Y Belikeada que se titula HARLEY QUINN.

“El colaborar con otros artistas y géneros siempre será un ganar-ganar para la música. Si de otros géneros se están volteando al regional mexicano es porque ya vieron el potencial que tenemos, ya sea fusionando los corridos tumbados con la música electrónica o reguetón”, desarrolla el cantante de Chihuahua.

El ritmo es más bailable y apto para la fiesta, pero mantiene las características y estilo de vida que pregona el subgénero de los corridos tumbados, en el que se describen momentos de hedonismo, consumo de estupefacientes y referencias bélicas, como también ocurre en el trap o el rap. Trae tostón arriba del Convoy. Las babys y el alcohol. Ya me pegué un jalón, pues es lo verga, la mota en su entrepierna, recita un fragmento de ELOVRGA o Compre la Glock para cuidarte, pero ya no estás aquí. Traigo las pacas pa gastar y no puedo gastarlo en ti, dice un fragmento de ONTAS BB.

Medina dice que no hay caso de entrar en polémica con las personas que ven apología del delito en el género y cree que “hay que quitarle el tabú” al tema: “El rap de Estados Unidos o el de Latinoamérica siempre ha hablado de eso, de armas, drogas, mujeres, dinero, narcotráfico. No por un corrido vas a ser un malandro. Al final de cuentas es música, es para compartir, y hay para todos los gustos y colores”, concluye.

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Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México
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