La caída de Christian von Roehrich, de estrella de la derecha en Ciudad de México a la cárcel por corrupción
El exdelegado de Benito Juárez pasó de gozar de una prometedora carrera política en el PAN capitalino a ser el principal detenido por el ‘caso del cartel inmobiliario’
Con la camisa blanca impecable, Christian von Roehrich sonríe a la cámara. El entonces delegado de Benito Juárez ha ido a la televisión a promocionar su exitosa estrategia. Apenas han pasado unos meses del sismo de 2017, que dejó 370 muertos y múltiples heridos. Muchos edificios en la ciudad han colapsado, y la delegación que gobernaba von Roehrich, Benito Juárez, ha sido una de las más golpeadas. El alcalde está contento porque ha conseguido hacer obras de reconstrucción gratuitas y ha logrado que varias personas puedan recuperar su casa sin gastar dinero. “La gente no nos creía que íbamos a reconstruir sus viviendas sin costo alguno”, dice en la entrevista, en ADN40. No va a ser la primera vez que lo publicite. Unos días después difunde un video en el que los vecinos le agradecen y cuentan su experiencia positiva. A cinco años de aquella entrevista, esas reparaciones se han vuelto la última palada de tierra en su tumba política. La Fiscalía apunta a que esas obras que promoció el delegado, ahora preso por el caso del cartel inmobiliario, forman parte de un enorme esquema de corrupción.
La desenvoltura con que se maneja Von Roehrich ante las cámaras es una de las cualidades que le otorgan algunos excompañeros de trabajo. El exdelegado inició su carrera en la política a finales de los años noventa como voluntario en la campaña de un familiar, José Espina von Roehrich, a diputado federal. Después de eso se metió a militar en las juventudes del Partido Acción Nacional en Ciudad de México. En aquellas filas conoció a quienes terminarían siendo sus amigos, sus “hermanos”, como le llama. Un grupo de ambiciosos jóvenes que comenzaron en las bases de la formación y acabaron dirigiendo, con el diputado federal Jorge Romero a la cabeza, el partido en la capital.
Al grupo de amigos se le conocía como Los Ocean, un clan que solía juntarse en una antigua marisquería del mismo nombre ubicada en un acomodado barrio del sur de la capital. De la agrupación formaban parte, además de ellos dos, el diputado federal Luis Mendoza; el actual alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe; Luis Vizcaíno, detenido por el cartel inmobiliario; y el alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada.
El grupo comenzó a ganar mucha influencia dentro del PAN a finales de la primera década de este siglo porque consiguieron una gran adhesión de nuevos militantes. “Entendieron que a través de la afiliación masiva podían acceder a candidaturas, y empezaron a usar la estructura juvenil del partido para obtener cargos públicos”, dice un antiguo compañero de formación que prefiere no dar su nombre. El cómo consiguieron que tanta gente se enlistara ha estado envuelto en una polémica. Otra fuente que prefiere mantener el anonimato, y que aún pertenece al PAN, explica que afiliaban vendedores ambulantes a los que prometían beneficios, u ofrecían a personas tramitar la Clave Única de Registro de Población (CURP) y los anotaban sin su consentimiento. Esas jugadas produjeron que algunos miembros del partido conservador terminaran llevando el asunto a los tribunales.
El ascenso gracias a la masiva afiliación se correspondió con un noviazgo que catapultó al grupo dentro del partido. Por aquellos años, Jorge Romero comenzó una relación con Mariana Gómez del Campo, la sobrina política de Felipe Calderón, que entonces era presidente de México. Algunas fuentes del PAN señalan a este periódico que fue en ese momento cuando Los Oceans comenzaron a decidir sobre las candidaturas plurinominales que llevaba el partido y a consolidar su poder en la capital. Para ese entonces, el clan ya estaba metido en diversos puestos políticos, principalmente en Benito Juárez, que sirvió de semillero para el partido.
A finales de esa década, Von Roehrich se quedó un tiempo sin un cargo político y decidió ponerse un bar llamado VS Cuvée. La sede de reuniones del grupo se movió entonces a aquel rincón de la Colonia del Valle. Quienes trabajaron con él lo describen como un hombre muy sociable, que andaba mucho por aquellos años de fiesta con sus amigos, y bastante bisnero. “Él era el que menos traía en la bolsa, pero siempre estaba buscando un negocio que hacer”, dice una las fuentes, que prefiere no dar su nombre. Recuerda, además, que cuando llegó a la capital mexicana comenzó trabajando de mesero en una taquería y llegó a ser uno de los hombres fuertes del PAN en la ciudad.
En 2015, Von Roehrich ganó la elección como jefe delegacional de Benito Juárez, donde el PAN lleva gobernando más de 20 años. Al frente de esa demarcación le tocó enfrentar el sismo de 2017. “Durante su gobierno colapsan edificios nuevos que habían sido aprobados por su administración”, recuerda Paula Soto, que conoció al grupo panista cuando militaba en el partido, y ahora trabaja para el Gobierno de la ciudad. Soto asegura que el delegado se gastó el dinero designado para la reconstrucción en asuntos que no tenían nada que ver con el sismo, como fotocopias o útiles escolares.
En las entrevistas que dio por aquellos meses, Von Roehrich explicó que la demolición y reparación de los edificios se iba a hacer gratuita, pero no detalló de dónde salía el dinero. La Fiscalía hizo público hace unos días la declaración de un empresario de la construcción que relató los vericuetos de la corrupción en la alcaldía. El hombre, de quien no se dio a conocer la identidad, aseguró que Von Roehrich le pidió que llevara a cabo obras de reforzamiento y demolición de edificios que habían quedado dañados por el sismo en Benito Juárez, pero sin cobrarle por el servicio. A cambio, el empresario recibiría facilidades para levantar un enorme complejo de viviendas de lujo llamado City Towers. Además, aseguró que le exigía cada año que pagara una pista de patinaje sobre hielo para la gente y que le vendiera departamentos por debajo del precio de mercado.
Esa declaración forma parte de una de las múltiples investigaciones que manejan las autoridades contra Von Roehrich. En diciembre pasado, la Fiscalía le acusó de uso ilegal de atribuciones y asociación delictuosa y obtuvo una orden de aprehensión en su contra. El exdelegado, que en el momento en que se le comenzó a buscar ocupaba un curul en el Congreso local de la ciudad, se lanzó a la fuga en una carrera de escondites que duró más de cuatro meses hasta su detención el 20 de abril. Las fotografías que le mostraban con el rostro contra las vallas y las manos esposadas por un par de agentes migratorios de Estados Unidos fueron el retrato final de la caída en desgracia de quien hace cinco años sonreía a la cámara y se vendía como la promesa de la derecha capitalina.
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