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La primera ministra de Estonia: “La duda es cuándo comenzará la próxima guerra”

Kaja Kallas, que reclama más inversión en defensa, cree que la UE debe elegir entre “prepararse para disuadir a Rusia o cerrar los ojos”

Estonian Prime Minister Kaja Kallas
Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, este miércoles en la sede de la representación permanente estonia ante la UE en Bruselas.Delmi Álvarez
María R. Sahuquillo

La de Kaja Kallas es una de las voces que más claro reclama que Ucrania debe ganar la guerra contra Rusia y Vladímir Putin tiene que perderla. La primera ministra estonia, una política liberal que ha aumentado impuestos en su país para dedicar más a seguridad por la amenaza rusa, que ha encabezado iniciativas decisivas en la UE para apoyar a Kiev y a la que el Kremlin ha puesto en su lista de busca y captura, urge a los países de la UE y la OTAN a invertir más en defensa. Putin no ha aparcado sus objetivos imperialistas, dice, y no parará en Ucrania si la conquista. Y eso no solo afectará a los vecinos, sino a todos.

“La duda es cuándo comenzará la próxima guerra y qué hacemos mientras, si nos preparamos para ayudar a disuadir a Rusia o si cerramos los ojos y fingimos que no pasa nada”, advierte Kallas (Tallin, 46 años) en una entrevista con EL PAÍS en Bruselas antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, donde aumentan las voces, como la suya, que alertan de que no es imposible que la guerra llegue a territorio comunitario, que busca fondos y mecanismos para rearmarse. “La solución es ser lo suficientemente fuerte y enfrentarse al matón, Rusia, para que la guerra no se extienda”, remarca Kallas, que reclama “fórmulas creativas” para buscar esa financiación.

Pregunta. La UE ha dicho que apoyará a Ucrania el tiempo que sea necesario, pero cada vez cuesta más tomar decisiones históricas en cuanto a ese sostén. La ayuda militar efectiva y decisiva se está reduciendo y retrasando.

Respuesta. Esto es cierto. Si no nos fijamos la victoria como objetivo, entonces no actuamos de acuerdo con él. Así que tenemos que decir claramente que el objetivo es la victoria de Ucrania. No hemos sido lo suficientemente rápidos en apoyar y ayudar a Ucrania y a veces pienso en que nuestra respuesta a la agresión rusa ha sido débil. La triste verdad de las guerras es que el que tenga más munición ganará. Y Ucrania no ha recibido las municiones que necesita para derribar y enfrentar los cohetes, misiles y drones que Rusia lanza. También me planteo que a veces en Europa tenemos miedo de nuestro propio potencial y poder.

P. ¿No cree que el objetivo de la UE sea la victoria de Ucrania?

R. Si escuchamos con atención, algunos hablan de la victoria de Ucrania, pero otros dicen que Ucrania no debe perder o que Rusia no debe ganar. Y son cosas diferentes. Defiendo la victoria de Ucrania como objetivo. Como dijo el historiador Timothy Snyder: ‘No siempre se ganan las guerras, pero nunca se ganan si no se pone la victoria como meta’.

P. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha reclamado más defensa antiaérea y un sistema similar a los de Israel que derribaron drones y misiles iraníes el sábado, también que sus aliados le den ese apoyo. ¿Es factible?

R. Ucrania necesita urgentemente defensa antiaérea. Estoy hablando personalmente con varios países de la UE que tienen esas capacidades y que podrían enviarlas a Ucrania. Ucrania no ha pedido a nadie que vayan allí derribar los misiles o cohetes rusos. Piden el equipo y medios para fabricarlo, porque es más barato. También es más barato evitar una guerra.

P. Usted ha liderado varias iniciativas de apoyo a Ucrania, como la de enviar un millón de rondas de artillería. También puso sobre la mesa la idea de emitir eurobonos para financiar la defensa. ¿Qué otras propuestas maneja?

R. La idea de lanzar eurobonos responde a que necesitamos financiación para aumentar la inversión en defensa. La industria dice que no tenemos pedidos y los gobiernos que no hay fondos para adquirir equipos de defensa adicionales. Y también hay fondos de capital privado y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que tienen restricciones a la inversión en la industria de defensa. Tenemos que trabajar sobre distintos y variados canales: cuando no tenemos suficiente financiación, tenemos que conseguir capital fuera.

P. Para los eurobonos no hay consenso…

R. Bueno, no ha sido un “no” tajante e instantáneo. Me alegra ver que los países, también los más frugales, se están adaptando a la idea. No me voy a enrocar en los eurobonos, si hay otras iniciativas, bienvenidas, hay que pensar de forma creativa para aumentar la inversión en defensa.

P. ¿Es real la posibilidad de que la guerra se extienda y alcance a un país de la UE?

R. Rusia no ha cambiado sus objetivos. Si tienen éxito en Ucrania, dispondrán de un ejército de un millón de hombres armados y una industria militar que trabaja en tres turnos para suministrarles. La duda es cuándo comenzará la próxima guerra y qué hacemos mientras: prepararnos para ayudar a disuadir a Rusia para que esa guerra no suceda porque somos suficientemente fuertes, para que no piensen en dar el siguiente paso; o cerrar los ojos y fingir que no pasa nada. Lo que se hizo antes de 2022 [cuando Rusia lanzó la invasión a gran escala sobre Ucrania] fue lo segundo. Hay que superar esa fase y avanzar para prepararnos.

P. ¿Ha experimentado Estonia, en el flanco este de la UE y la OTAN, un aumento de ataques híbridos de Rusia?

R. Rusia está llevando a cabo ataques híbridos en todos los países de la UE, no solo en Estonia. Usan distintas herramientas para ello: guerra de información, ataques cibernéticos, usan la inmigración como arma… Hay ciberataques cada día que son, además, más grandes que el que sufrimos en 2007 [el gran ciberataque masivo ruso contra Estonia, que tuvo que cerrar sus fronteras digitales]. Y otros países, como Bélgica o República Checa han descubierto las redes que los rusos tienen dentro de sus sociedades.

Kaja Kallas.
Kaja Kallas.Delmi Alvarez

P. La guerra híbrida…

R. Estamos muy concentrados en la guerra convencional, pero hay que poner el foco también en los ataques híbridos, como la presión migratoria dirigida en la frontera de Rusia con Finlandia, la frontera polaca, la lituana… También en el flanco sur, desde Siria o en el Sahel. Rusia sabe que la inmigración, y el debate en torno a ello, es una vulnerabilidad de Europa y está tratando de crear presión migratoria también, por ejemplo, atacando infraestructura energética y civil en Ucrania para que esos ciudadanos huyan como refugiados y vengan a la UE. Rusia es realmente buena en encontrar conflictos que ya existen en nuestras sociedades y echar leña al fuego para crear inestabilidad. Y hay que estar muy atentos, especialmente ahora que se acercan las elecciones al Parlamento Europeo.

P. Algunas voces creen que la UE se ha embarcado en una retórica demasiado beligerante al hablar, por ejemplo, de economía de guerra. El presidente español, Pedro Sánchez, habló sobre ello en la última cumbre europea. ¿Qué opina usted?

R. No conozco una sola persona en Ucrania que sea proguerra. Están sufriendo por la guerra cada día. Tampoco conozco a nadie en Estonia, Polonia u otros países con frontera con Ucrania o Rusia que esté a favor de la guerra… Todos queremos la paz, pero sabemos que las acciones del Kremlin son lo opuesto a la paz. La solución no es ceder, porque su apetito solo va a aumentar, sino ser lo suficientemente fuerte y enfrentarse al matón, Rusia, para que la guerra no se extienda.

P. Hay quien cree que el rearme que la UE está emprendiendo puede llevar a una guerra.

R. Pienso lo contrario, porque Rusia se está rearmando. Si nos quedamos quietos observando cómo lo hace, Rusia pensará que somos débiles y que puede emprender una guerra, porque no tenemos nada con qué defendernos. Si nos hemos preparado, también hará cálculos y maniobras para que no tengamos éxito. Que sea una disuasión creíble depende solo de nuestras inversiones en defensa. Tenemos que hacer más para prevenir una guerra…

P. La percepción del riesgo de que la guerra llegue a la UE no es igual en todos los Estados miembros, no lo es en los más alejados de Rusia.

R. La cuestión es cómo respondemos a ese riesgo. Hasta que sucedió, muchos no creyeron que Rusia fuera a invadir y a atacar a Ucrania. Dijeron que era imposible, que la guerra es cara, que [Vladímir Putin] no podía conquistarla. Pero un dictador no piensa como el líder de un país democrático y sus cálculos son diferentes. Así que lo único que disuade a Rusia o a los agresores es la fuerza, la debilidad los provoca. Entiendo que hay países en distintas posturas porque están más lejos de esta guerra, pero lo que la década de 1930 nos enseñó es que Europa es un continente relativamente pequeño y si algo pasa en un país se propaga, y lo hace rápidamente afectando a todos. Por eso estamos juntos en esto. En ese tiempo se trató como crisis separadas la ocupación alemana de Renania, la guerra civil española, la invasión italiana de Etiopía... Pero hay ver la imagen completa. No podemos cometer el mismo error.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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