Joran van der Sloot: dos asesinatos, una condena de 28 años y una extradición temporal a EE UU

“Yo nunca mataría a una chica”, dijo con firmeza ante la prensa el neerlandés Joran van der Sloot, allá por el 2008, cuando todavía estaba libre, pero ya era el principal sospechoso de un asesinato. La víctima se llamaba Natalee Holloway, una jovencita estadounidense que se había graduado de la secundaria y viajó a Aruba en mayo de 2005 para celebrarlo. Fue vista por última vez en compañía de Van der Sloot, de 17 años por aquel entonces, y los hermanos surinameses Satish y Deepak Kalpoe. Comenzó entonces una búsqueda tortuosa para la familia de Holloway, sobre todo porque los implicados cambiaron de versión varias veces.

Van der Sloot, quien fue arrestado en dos ocasiones y pasó sus primeros tres meses en prisión, dijo en un inicio que dejó a Natalee Holloway en su hotel y no supo más de ella, y luego que se fueron a la playa y allí se despidieron. Hasta que en febrero de 2008, un documental de la televisión neerlandesa exhibió una confesión que Van der Sloot hizo ante un colaborador que se había ganado su confianza durante meses y que había ocultado cámaras dentro de un auto. Contó que la muchacha sufrió una convulsión y que, como no respondía, supo que estaba muerta y llamó a un amigo para deshacerse del cuerpo. La arrojaron en el mar. “Todo terminó mejor de lo que nunca hubiera soñado, porque nunca la encontraron. Si la hubieran encontrado yo estaría hundido en la mierda”, contó con frialdad en el video.

Descubierto, Van der Sloot dijo que su testimonio era mentira y que se había inventado todo para impresionar a su acompañante. Por increíble que parezca, la justicia no consideró que el documental fuera una evidencia suficiente y no lo apresó. Dos años después, en febrero de 2010, el neerlandés se contactó con Beth Holloway, la madre de la víctima, y le pidió 25.000 dólares a cambio de darle información sobre las coordenadas donde podían hallarse los restos de Natalee. Según el FBI, se le transfirieron 15.000 dólares a su cuenta bancaria y el resto se le pagó en efectivo. Pero van der Sloot no cumplió con el acuerdo y se fugó.

Poco después, a fines de mayo, apareció en Perú por un torneo de póker, donde conoció a Stephany Flores, una peruana de 21 años. La sedujo, la invitó a su cuarto de hotel y acabó con su vida. Le golpeó el rostro, intentó estrangularla y la asfixió con una camisa. También escapó, pero fue detenido a los días en Chile, y llevado de vuelta a Perú, donde se declaró culpable y fue condenado a 28 años de cárcel y al pago de una reparación civil de 75.000 dólares. A partir de allí ha estado recluido en el penal de Piedras Gordas y desde el 2014 en Challapalca, un establecimiento penitenciario de máxima seguridad, a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar, en la sierra de la región Tacna.

Joran van der Sloot, que se casó y tuvo una hija en prisión, cumplirá su condena en junio de 2038. Todo indicaba que no saldría de Perú. Sin embargo, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema accedió este miércoles a una solicitud de los Estados Unidos: una entrega temporal para que sea juzgado por los presuntos delitos de extorsión y estafa. Se refieren a los 25.000 dólares que le habría sacado a la familia de Natalee Holloway que, por cierto, emitió un comunicado. “Tuve la bendición de tener a Natalee en mi vida durante 18 años, y a partir de mayo, estaré sin ella exactamente 18 años. Ahora tendría 36 años. Ha sido un viaje muy largo y doloroso, pero la persistencia de muchos va a dar sus frutos. Juntos, por fin estamos consiguiendo justicia para Natalee”, ha escrito la madre Beth Holloway. En cuanto a la situación de Van der Sloot, el Poder Judicial ha dejado en claro que “(Estados Unidos) deberá mantener en custodia al procesado durante todo el procedimiento que se siga en su territorio”. Una vez que concluya el proceso, van der Sloot será devuelto al Perú.

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.