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Miles de sudaneses exigen a su Ejército que fuerce la caída de Al Bashir

Los manifestantes rodean el cuartel general de las Fuerzas Armadas y resisten los intentos de desalojo de la Policía desde el sábado pasado

José Naranjo
Manifestantes cerca de los cuarteles militares de Jartum, este martes.
Manifestantes cerca de los cuarteles militares de Jartum, este martes. AP
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El presidente de Sudán declara el estado de emergencia durante un año y disuelve el Gobierno

Miles de manifestantes continúan este martes congregados en los alrededores del cuartel general del Ejército de Sudán, en su capital, Jartum, por cuarto día consecutivo pese a los reiterados intentos de las fuerzas de seguridad del régimen de Omar al Bashir de desalojarlos por la fuerza. Testigos aseguran que la pasada madrugada se produjeron disparos y lanzamiento de gases lacrimógenos que provocaron, según fuentes de los manifestantes, entre dos y siete muertos. Las protestas ciudadanas que comenzaron el pasado mes de diciembre y que piden la dimisión del dictador sudanés, en el poder desde 1989, se han reavivado desde el sábado coincidiendo con la caída de Abdelaziz Buteflika en Argelia.

El 6 de abril de 1985 y tras largos meses de inestabilidad, el Ejército sudanés daba un golpe de estado y forzaba el derrocamiento del sanguinario dictador Jaafar al Numeiri. Esto es lo que decenas de miles de sudaneses piden, en el 34 aniversario de aquella revuelta, a sus Fuerzas Armadas: que se hagan con el poder y desalojen a Omar al Bashir del palacio presidencial. Así, las protestas que comenzaron el 19 de diciembre de 2018 por la subida del precio del pan y que pronto se convirtieron en un clamor por la dimisión del presidente, con al menos 32 muertos en todo el país, alcanzaron este fin de semana su momento de máxima tensión y suponen la más seria amenaza hasta ahora para el dictador sudanés, contra quien existe una orden de arresto de la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Detrás de las protestas se encuentra la Asociación de Profesionales Sudaneses, un colectivo de trabajadores que agrupa a médicos, mecánicos, ingenieros o profesores, a quienes se han sumado varios partidos de la oposición para formar la Alianza por el Cambio y la Libertad. El sábado, coincidiendo con el aniversario del golpe de Estado de 1985, miles de personas respondieron al llamamiento de este colectivo y se congregaron en torno al cuartel general del Ejército para pedirle “que elija entre su pueblo y el dictador”, según fuentes de la citada alianza.

Los ciudadanos han pasado el fin de semana gritando “¡Libertad, libertad!” y aplaudiendo a los soldados que se encuentran en el cuartel, instándoles a unirse a la protesta. Según AFP, las fuerzas de seguridad han intentado en varias ocasiones dispersar a la masa sin éxito. El ministro del Interior sudanés, Bushara Aror, aseguró este lunes que se habían producido siete muertos y 2.946 detenciones solo este fin de semana, además de 57 heridos, 15 civiles y 42 agentes de Policía.

El último intento de desalojar a los manifestantes la pasada madrugada, en la que según varias cadenas de televisión se registraron disparos, podría haber provocado otros siete muertos, según un sindicato médico opositor, uno de ellos un doctor que asistía a los heridos. La Asociación de Profesionales asegura que miembros del Ejército “protegieron” a los ciudadanos de los ataques de las fuerzas de seguridad, que dispararon al aire y que se produjeron “enfrentamientos” entre ambos bandos.

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Este lunes, el ministro de Defensa, el general Awad Ahmed Benawf, aseguró que “el Ejército comprende los motivos de las manifestaciones y no está en contra de las demandas y las aspiraciones de los ciudadanos, pero no permitirá que el país se hunda en el caos”, según informa la agencia oficial Suna. Mediante un comunicado, el general Kamal Abdelmarouf, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, aseguraba que estas “continúan cumpliendo su responsabilidad de proteger a los ciudadanos”.

Mientras tanto, desde Nueva York, el secretario general de Naciones Unidas Antonio Guterres ha hecho un llamamiento a evitar todo tipo de violencia en Sudán y ha instado al presidente a “crear un ambiente favorable para una solución a la situación actual y para promover un diálogo inclusivo”. Por su parte, las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Noruega en este país africano pidieron este martes al Gobierno sudanés que diera una respuesta “seria y creíble” a los manifestantes y que pusiera en marcha “un plan de transición política creíble”.

Los organizadores de las protestas han creado un consejo ciudadano para negociar con las fuerzas de seguridad, el Ejército y la comunidad internacional con el objetivo de transferir el poder “a un gobierno de transición, fiel a las voces de la revolución”, según dijo Omar el Digeir, líder del opositor Partido del Congreso Sudanés. “Reiteramos la demanda del pueblo de dimisión inmediata del jefe del régimen y de su gobierno”, añadió, según informa AFP.

Las protestas de este fin de semana se producen después de varios días de cortes de luz provocados, según el Gobierno, por problemas técnicos. Omar al Bashir decretó el pasado 22 de febrero el estado de emergencia en todo el país a raíz de las intensas manifestaciones que comenzaron en diciembre. Tras la independencia de Sudán del Sur en 2011 y la consiguiente pérdida de tres cuartas partes de sus antiguas reservas de petróleo, Sudán se enfrenta a serios problemas económicos que han derivado en una inflación del 70% anual. 

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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